"¿Lleva a esto la misericordina del papa Francisco?" es el título que da a su dolor de cabeza, o por mejor decir, dolor espiritual, mismísimo dolor del alma, el ilustre bloguero Francisco José Fernández de la Cigoña. La entrada es una de las últimas suyas. La crisis de la Iglesia católica es indudable. La amenaza de cisma (por la derecha), incuestionable, no son cuentos chinos. La Iglesia, desde hace décadas, hace aguas por todas partes, como un barco a la deriva cuyo timonel se las viera y deseara para manejar con apostólico tino el timón de la nave. Y el ilustre bloguero gallego, muy crítico en su momento con el cardenal arzobispo de Buenos Aires Jorge Mario Bergoglio, ha querido romper una lanza por Francisco Papa: muere el cardenal Bergoglio, nace el papa Francisco.
Pero la paciencia parece que se les acaba a muchos: Francisco debe renunciar, es el peor papa de la historia de la Iglesia en siglos, es un desastre, la situación es insostenible... Y cuántas de estas voces tan tradicionalistas como críticas con el papado de Francisco repararán -quiero imaginarme- en las advertencias del intelectual y apologeta católico argentino Dr. Antonio Caponetto, quien, a las pocas horas de subir a la silla o cátedra de Pedro Jorge Mario Bergoglio, ya hacía circular por Internet un muy sesudo artículo suyo con el que pretendía encender la luz de alarma: ¿Un desastroso cardenal arzobispo de Buenos Aires Jorge Mario Bergoglio puede llegar a ser un buen papa? Un arzobispo y cardenal que se ha caracterizado por su irenismo, por su apuesta acrítica por el ecumenismo, por los experimentos pastorales, por su clara oposición a la liturgia tradicional, por su apoyo tácito o explícito a ciertas manifestaciones doctrinales heterodoxas allende sus formas y maneras en apariencia conformes con la doctrina tradicional de la Iglesia, ¿puede llegar a ser un buen papa? Eran preguntas que universalizaba a través de Internet el historiador, filósofo, poeta y apologista católico Antonio Caponetto.
En el Sínodo Extraordinario de la Familia se habla de la posibilidad de que accedan a la comunión eucarística o sacramental los fieles divorciados vueltos a casar o emparejar, disposición o reforma (de orden práctico: praxis pastoral) que sería incompatible, según sostienen cardenales conservadores como el norteamericano Leo Bürke, también padre sinodal, con la verdad doctrinal de la indisolubilidad del vínculo matrimonial. Y a su vez, si se permitiera la comunión a fieles divorciados y vueltos a casar, se estaría poniendo en entredicho la propia esencia doctrinal de la Eucaristía, a menos que la propia Iglesia considerase que ya no es pecado mortal el adulterio que supone que convivan maritalmente dos fieles católicos divorciados y vueltos a emparejar. Mas esto sería cambiar la doctrina...
Comoquiera que vaya a ser, para no perder las buenas costumbres he aquí mi opinión para La cigüeña de la torre:
Enviado por quijotarioxl el Lun, 13/10/2014 - 14:52
"Tengo amigos homosexuales que me parecen excelentes personas. No soy quién para juzgarlos".
Cardenal Carlo María Martini, eminente biblista, jesuita, etcétera. En Coloquios nocturnos en Jerusalén o en Estamos todos en la misma barca. No recuerdo bien y cito de memoria, pero en una o en otra aparece la cita. Son libros que leí en su momento, de lectura amable, serena, llena de hondura espiritual pese a algunas heterodoxias del gran cardenal italiano. Quien, aunque no entró como claro favorito en el cónclave del que salió elegido Joseph Ratzinger, en el cual quedó en segunda posición tras los escrutinios el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio, actual Francisco (he llegado a leer en algún lugar que entonces pidió llorando a sus hermanos cardenales que no lo eligieran a él como Vicario de Cristo), pudo haber ocupado la silla de Pedro. También si no hubiese estado casi 27 años de Romano Pontífice el hoy san Juan Pablo II... Pero el caso es que fue durante algunas décadas uno de los principales candidatos al papado del ala progresista de la Iglesia.
Prosigamos. Apenas unos pocos años más tarde... "Si un gay es sincero y busca a Dios, ¿quién soy yo para juzgarlo?"
Palabras del papa Francisco, en rueda de prensa distendida con los periodistas que volaban con él, de regreso de Brasil al Vaticano, una vez hubieron finalizado las Jornadas Mundiales de la Juventud 2013.
De modo que esto es lo que ha pasado y viene pasando en la Iglesia, señor bloguero, usted lo sabe mejor que yo: usted tiene la edad de mi madre. Muchos lo saben bien. Y como todo hay que decirlo, todo lo que se sepa y sea prudente decir, antes de las respectivas declaraciones de tan altos prelados hermanos de religión (jesuitas ambos, por si hubiera algún despistado...), hubo un obispo llamado "obispo de los gays" (claro, me refiero al francés Jacques Gaillot). Y mientras tanto, ha habido un monseñor Ricca, un don Gallo y un De Paolis en Italia, un Paco Bello en la Diócesis de Canarias (Dios haya perdonado y acogido en su seno a Paco Bello), con sus izadas de la bandera del orgullo gay en la torre del campanario de la iglesia parroquial (una vez vi esto mismo con mis propios ojos), y miles y miles de ejemplos más tendentes a buscar "normalizar" las relaciones homosexuales en la Iglesia.
Solo que ahora comienzan a cosecharse algunos frutos de toda esa siembra. Cuántos vayan a ser esos frutos, el alcance del sabor de esos frutos, ni idea: no tengo bolita de cristal. Soy un católico más de la grey, que camina con la Iglesia, santa y pecadora pero, como reconociera D. Tomás Malágón, lo mejor para la sociedad: "La mejor forma de hacer sociedad es hacer iglesia", solía decir el gran sacerdote impulsor en España del movimiento obrero de inspiración cristiana. Y confío plenamente en que la barca de Pedro, desde hace 19 meses gobernada por Jorge Mario Bergoglio como Papa Francisco, no va a naufragar, pese a todas las mares procelosas que haya que navegar, pues tiene la promesa de Cristo: "Y las fuerzas del Malo no podrán con ella la Iglesia".
1 comentario:
los apostatas mundanizantes llevados por el Inicuo dejan de ser Iglesia.
THE END
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