Preámbulo:
"Que nuestro lenguaje sea evangélico, sencillo, y que hablemos con verdad y amor" (...)
Son palabras del Papa, pronunciadas en la homilía de su misa diaria en la Casa de Santa Marta, esta mañana 4 de junio de 2013.
Papa Francisco:
Tus palabras están muy bien, son muy auténticas, muy evangélicas; nada que objetar: ojalá las aplicara a mi vida de mediocre católico. Pero lo que predomina en la Iglesia universal, al menos en la que peregrina por España, es justo lo contrario a lo que tú enseñas, santo padre, siervo de los siervos de Dios.
De entrada, los obispos son distantes, salvo raras excepciones. Y algunos, claramente mediocres, hipócritas, trepas, burócratas eclesiales; con lo cual, se hace muy difícil el poder apreciar ese talante evangélico en ellos, esa sencillez de "hacerse como niños", que es expresión que los exégetas reconocen como muy probable venida directamente de Jesús; vamos, que ese fue el talante de Jesús.
La gente, santo padre Francisco, creo que sabe que esto que denuncio es así; ergo, sus palabras no termino de ver cómo van a ser recibidas... Ojalá las suyas sean bien recibidas, y las mías no me importa que se las lleve el viento... Sin embargo, me temo que mis palabras, al contrario que las suyas, santo padre Francisco, expresan más la realidad de decadencia hipócrita de la Iglesia; las suyas, papa Francisco, expresan más claramente el deseo de renovar la Iglesia desde el Evangelio, puesto que usted es el Papa, el Vicario de Cristo.
¡Pero es que, papa Francisco, no hay sino que contemplar el estado de la Iglesia: sigue saturada de trepas, burócratas, antinatalistas, mundanizantes, figurones, desencarnados, mediocres, arribistas y meros enchufados que muy poco o nada arriesgan en el camino de la fe...! ¡Pero si es que lo que más critica la gente de curas y obispos es lo hipócritas que son o resultan o parecen, claro que a ojos y oídos y entendimiento del común de las gentes!
Y si es así -y yo no tengo ninguna duda de que es así: mi causa o experiencia de puteado-ninguneado eclesial es la mejor evidencia de lo que afirmo, junto con la de otros amigos que me sé-, no es por mi culpa (en este caso, soy solo víctima, no victimario); la culpa principal la tienen los obispos, los curas y aun los seglares con altas responsabilidades eclesiales que han ido propiciando que la situación haya devenido lo que ha devenido.
Luis Henríquez. 4 de junio, 2013.
4 comentarios:
Te comprendo perfectamente y comparto tu opinión. He sufrido como tu esa cara de la Iglesia, y es cierto todo lo que dices.
De todas maneras, perdona. Te aseguro que es la mejor medicina. Nunca podrás olvidar, pero perdónales, deja que abandonen tus pensamientos, y todo será mucho mejor.
Perdónales porque no saben lo que hacen.
Gracias por tu comentario. Se hace lo que se puede, que siempre es poco.
En realidad, aunque no te conozco discreparía casi de un matiz de tu intervención: no es cosa de perdonar o no perdonar -que también, y que es empresa difícil-, es cosa de reconocer que todos esos hipócritas están al frente de la Iglesia.
Este es el drama.
Así que gracias por tu comentario.
Saludos.
Beatriz:
Cuando se actúa de manera tan hipócrita, a mí lo que me da por pensar que lo menos que se tiene es fe religiosa, en el caso cristiano, fe en Cristo y en su Iglesia.
Y este es el gran drama de la Iglesia en la actualidad: su crisis de fe interna. Yo no voy a dar lecciones de testimonio cristiano a nadie, pero creo que entre mis defectos no está el ser un hipócrita.
Pero gracias por tu visita.
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