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domingo, 9 de octubre de 2016

"Odium fidei"

¿Por qué en general los comunistas en España -salvo honrosísimas excepciones, por lo común hechas públicas a título individual- y similares correligionarios (izquierdistas de varia tipología, neomarxistas, feministas radicalizadas…) nunca piden perdón por la bestial persecución religiosa contra la Iglesia católica llevada a efecto desde 1931 a 1939 por odium fidei?
 
 
Julio Anguita, comunista de toda la vida, es muy probable que sea un hombre honesto, fiel a sus ideas marxistas -a mi juicio, equivocadas, al menos la inmensa mayoría de las mismas-, un hombre talentoso, con valores, con carisma, con sed de justicia social en claves marxistas, vale. Pero recoño, ¿por qué no piden perdón por ese horroroso episodio de persecución religiosa en España por odio a la fe, llevado a cabo desde 1931 a 1939?Image result for odium  fidei
 
 
Constantemente piden a las autoridades de la Iglesia que pidan perdón, por el apoyo de esta a la dictadura de Francisco Franco. No es mi propósito defender el régimen autoritario o dictatorial de Franco -ni viene al caso aquí y ahora, ni soy competente para tal acometida intelectual-, pero ¿tan malo fue el régimen franquista que sigue impulsando a  muchos izquierdistas de España a estar constantemente recordándolo, mentándolo a toda hora, culpando al régimen de Francisco Franco (41 años lleva casi ya muerto y enterrado el que se autoproclamó “caudillo de España por la gracia de Dios”) de ser el causante-culpable de todos los males de la Patria (hasta de la renuncia de Pedro Sánchez como secretario del PSOE es culpable Francisco Franco, probablemente), exigiendo responsabilidad a la Iglesia por su complicidad con ese tan funesto régimen, en tanto los izquierdistas (ya queda dicho: comunistas de varias escuelas o tendencias, neomarxistas, feministas radicalizadas…) tratan de exculpar esa horrorosa persecución a la Iglesia por odium fidei de todas las maneras dialécticas posibles? Image result for odium  fidei


Obsérvese que de los cuatro mártires de Nembra que la Iglesia ha beatificado y que hoy sábado 8 de octubre del presente 2016 merecerán un acto litúrgico propio de "refrendo" de la beatificación ya reconocida y solemnemente decretada por la Santa Sede, con Santa Misa incluida en la catedral de Oviedo, dos de ellos eran padres de familia numerosa, jóvenes aún (48 y 43 años, respectivamente: Segundo Alonso González e Isidro Fernández Cordero, 12 hijos el primero, 7 el segundo), y eran hombres trabajadores, jornaleros, pequeños comerciantes, mineros ambos; esto es, eran hombres del Pueblo, no eran burgueses, no eran aristócratas adinerados, seculares enemigos del socialismo y de la lucha proletaria. No; el único delito de ambos, ser “rezadores”, dirigentes locales del Sindicato Católico de Mineros y de la Adoración Nocturna, o sea, el delito de ser católicos.Image result for odium   fidei
 
 
Yo, que ni pretendo ni puedo ser abogado del Diablo -en este caso, jugando a favor de los perseguidores-, a menudo me he planteado qué razones ocultas pudieron darse a través de las cuales sea más fácil entender hoy día, casi un siglo después de acontecidos los hechos, la ferocidad de una persecución religiosa como la que se vivió en España durante esos años. O lo que es lo mismo: es tan absurdamente arbitrario y ferozmente inhumano asesinar a alguien por el simple hecho de ser católica esa persona, que uno tiende a buscar otras causas de fondo, motivos no desenterrados aún, no iluminados, la sombra alargada de seculares odios alimentados contra la Iglesia...

 
No me parece que alguien como el genial trovador alejandrino y sobre todo en lengua francesa Georges Moustaki (de ideología entre trosquista y anarquista), autor de canciones convertidas en himnos a la libertad y la solidaridad para varias generaciones de aficionados a ese tipo de música contestataria, fallecido en el año 2013, aplaudiera un hecho tan deplorable como la persecución religiosa que se dio en España entre 1931 y 1939. Sin embargo, más allá de la consideración que me merecen algunas personas marxistas o izquierdistas en particular -merced a la consideración que me merecen por su obra literaria, filosófica, artística, musical, etcétera-, de toda esa búsqueda de causas o motivos de fondo explicativos del odio a la fe, quien las líneas de esta nota escribe solo ha encontrado una permanente respuesta, digo causa: la persecución religiosa aconteció por la razón principal del odium fidei enarbolado hasta el más bestial de los paroxismos por ideologías materialistas y ateas empeñadas en arrancar de la faz de la tierra todo rastro de la fe católica. En España como en México con su Revolución, y en el país azteca lo mismo que en la antigua URSS y Estados comunistas satélites: el totalitarismo marxista persigue con saña a la Iglesia.
 

 

Con todo, si hay otras causas que vengan a ser importantes y determinantes de esa persecución, o lo que viene a ser lo mismo, explicativas de tal persecución religiosa, yo al menos no he sabido encontrarlas desde la inevitable modestia de mis herramientas y recursos.

 

 

 
9 de octubre, 2016. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social.

 
 
 
 
 

miércoles, 5 de junio de 2013

"Érase la pose de un obispo católico cualquiera"

La 2impronta" evangélica de los jerarcas católicosYo veo a este señor, que resulta ser el arzobispo Carlos Osoro (retratado junto al famoso P. Ángel, y junto a otras personas varias en foto que reproduce Religión Digital), actual de la Diócesis de Valencia, y ya solo por el hecho de cómo va vestido y de toda la elevada "dignidad" que parece desprenderse de su cargo (poder, dignidad, sumisión, clasismo... son conceptos que para mí van asociados como indeleblemente, impepinablemente, a la imagen que tengo de un jerarca cristiano, preferentemente católico u ortodoxo), de su pose, de la forma protocolaria y "obediente" sumisa como hay que tratarlo, ya solo por este simple hecho, decía, me cuesta Dios y ayuda reconocer en él la "huella" de Jesús de Nazaret, el Señor, el Cristo: amigo de todos y todas, especialmente de pecadores, de gentes sencillas del Pueblo, de gentes de "mal vivir" marginadas, pobres, e incluso con hambre y sed y aquejadas de graves enfermedades.


Es más: en no poca medida, la propia estructura jerárquica de la Iglesia me parece que tiene no poco de "montaje" a propósito del Evangelio. No afirmo esto para negar que en efecto los jerarcas tienen una función importante en la Iglesia, y el mandato del mismo Cristo para "gobernarla", solo que el Evangelio y en general todo el Nuevo Testamento lo que no afirman es que tiene que ser de la forma en que se hace actualmente, con toda esa adherencia de poder y más poder que se ha ido agregando al orden episcopal.

Espero no ofender con mi opinión, y ciertamente puedo estar equivocado, pero considero que esto que afirmo es no poco cierto; vale que no totalmente cierto -en verdad, asuntos absolutamente ciertos debe haber pocas en este mundo-, pero sí bastante.


Postdata:

El filósofo y escritor Fernando Savater, con la demoledora ironía que lo caracteriza afirma en una obrita cuyo título aquí y ahora no recuerdo (me parece recordar que se trata de una breve historia de la filosofía para jóvenes), su desconfianza ante "gurús y maestros espirituales de todo signo" que, para más énfasis de credibilidad otorgar a sus credos (sic), se revisten de "ropajes" llamativos, completamente inusuales (sic).

Sin señalar quien estas líneas escribe particularmente a nadie, la ironía de Savater desde un primer momento no me pareció gratuita, meramente juguetona, superficial o desestimable; muy al contrario, tiene su enjundia.

Así que quien tenga oídos para oír...


Luis Henríquez. 5 de junio, 2013.

jueves, 30 de mayo de 2013

"Las buenas intenciones del obispo Ricardo Blázquez"


Los obispos siempre tiene una palabra OPORTUNA, aunque ellos mismos sean muy hipócritas y muy mezquinosMonseñor Ricardo Blázquez, acual arzobispo de Valladolid, celebraba ayer miércoles 29 de mayo del corriente 2013, las bodas de plata de su ordenación episcopal. Según informa Religión Digital, el portal de información religiosa dirigido por José Manuel Vidal y Jesús Bastante.

Según el prelado católico, "la Iglesia debe sembrar semillas de esperanza. En actitud de servicio y de salida al encuentro de las ovejas descarriadas, a ejemplo de los pastores con sus ovejas, a ejemplo del Buen Pastor"...

Formidable. Nada puedo ni debo objetar al respecto, pues en efecto tal es la esencia de la fe cristiana, del Evangelio. Y además, estoy convencido de que no pocos obispos en efecto se han comportado como dilectos y celosos pastores de la grey que les tocó "en encomienda" por la Iglesia (no raramente hasta el martirio  y la confesión heroicamente testimoniante de la fe: Leónidas Proaño, Dom Hélder Cámara, Óscar Romero, Juan Girardi...

Empero, cosa distinta es que a menudo, desde luego que a mí los obispos no me transmiten la impresión de empeñados en ir en busca de las ovejas descarriadas; y asimismo me parece que los prelados en general ni se unen siquiera a la vida y a las vicisitudes de la gente normal, ni departen normalmente con la gente, en un clima de confianza, respeto y fraternidad. Porque hasta en la forma en que hay que tratar a los jerarcas (que si monseñor, que si eminencia, que si ilustrísima...), se palpa que se presentan como personas distintas, segregadas del común de los mortales. O al menos es la impresión que a mí me transmiten: yo veo Juan Nadie, pongamos, el genial film de Frank Capra, y desde luego los personajes protagonizados por Gary cooper y Walter Brennan sí son hijos del Pueblo (si se quiere, incluso en su acepción libertaria); los obispos -salvo honrosas excepciones, algunas de ellas verdaderamente heroicas, martiriales y santas-, para nada me parecen hijos del Pueblo. Y como impresión que me transmiten, ahí queda.



De modo que sí todo lo contrario: no saliendo al encuentro de las gentes comunes, son las personas interesadas las que tienen que ir, de forma "sumisa", a ellos los obispos. El orden clerical-piramidal o jerárquico parece exigir que sea así. 

(Por otra parte, en Religión Digital no faltan foristas que aventuran afirmaciones como esta: "En España, casi todos los obispos católicos son carreristas, o sea, trepas eclesiales". O como esta: "En la Iglesia católica que peregrina por España, una nada desdeñable cantidad de obispos son trepas, burócratas, hipócritas, figurones y mediocres". 



De modo que solo cabe preguntar que, de ser así la cosa como señalan esos foristas, ¿qué tiene que ver tal realidad eclesial con el modus vivendi de Jesús de Nazaret, a quien los cristianos confiesan como el Cristo?

Yo al menos no lo termino de ver. Sin ánimo de ofender lo digo. Pero con voluntad de ser sincero, sincero hasta los huesos, que dijera mi siempre admirado César Vallejo.


Luis Henríquez. 30 de mayo, 2013, Día de la Comunidad Canaria.