martes, 23 de septiembre de 2014

"Pero ¿dónde nos situamos por la Esposa?"

De La cigüeña de la torre, me tomo la libertad de comentar las opiniones siguientes. Una de ellas, precisamente la primera, es del bloguero Francisco José Fernández de la Cigoña, no en balde administrador del blog o bitácora más leído de cuantos se dedican a la información religiosa en español, ni que aclarar que centrado en la Iglesia católica. El señor Cigoña debe tener algunos enemigos, pues no tiene pelos en la lengua, como él mismo suele reconocer: "No tienes enemigos, ¿es que nunca has dicho la verdad?", dijera el Nobel de Medicina español Santiago Ramón y Cajal.

Deslenguado, hombre de derechas, "detestado" por una innúmera legión de católicos progresistas y de izquierdistas en general, próximo al conservadurismo eclesial tradicionalista pero a la vez alejado del lefebvrismo por situarse en el deseo de comunión cum Petro et sub Petro, es justamente este dato de fidelidad al sucesor de Pedro lo que el ilustre bloguero pone de manifiesto en la siguiente respuesta que él se permite a una forista asidua de su bitácora y que firma como Teresa. La que sigue:


Teresa: 

La posición del Blog es que el Papa es Francisco, con sus virtudes y sus defectos. No cree en la estupidez de que la elevación al Papado elimina todo defecto que pueda tener una persona. Y además el Blog no se esfuerza en resaltarlos aunque en ocasiones exprese preocupaciones. Cierto que hay comentaristas menos respetuosos. Pero es lo que hay. Y salvo excesos verbales impresentables creo que no sería honesto ocultar que hay gente que piensa así. Y que este Papa no les gusta. Tampoco entre las obligaciones del católico está que le guste el Papa. En el Credo desde luego no viene. 
No he borrado ni una sola alabanza al Papa Francisco, aunque algunas me hayan parecido exageradas, y sí muchas palabras hirientes contra el mismo. Algunas verdaderamente insultantes. Y es evidente que el Blog no es sedevacantista en modo alguno. La sede de Pedro está ocupada por el Papa Francisco. Por el que pido a Dios todos los días. Como hacía por Benedicto XVI, Juan Pablo II, Juan Pablo I, Pablo VI, Juan XXIII y Pío XII. Por Pío XII más que por decisión propia, que probablemente entonces no la tenía, porque en el colegio de los jesuitas de Vigo, mi colegio, teníamos misa todos los días de la semana. Los siete.idem supra


Pues bien: asumo la posición no sedevacantista del bloguero Fernández de la Cigoña: el sucesor de Pedro desde hace 18 meses es el cardenal Jorge Mario Bergoglio (Papa Francisco). Muy bueno, menos bueno, decididamente malo según para quién y cómo, empero es el Papa. Lo acepto. Y debo aceptarlo con humildad, no exenta de sentido crítico desde la fidelidad, la lealtad, pero sin ofender, sin atacar, sin despreciarlo. La fidelidad al sucesor de Pedro que expone Cigoña la hago mía, aunque no siempre hago mías todas y cada una de las opiniones que se vierten en su blog: abunda en el mismo el tradicionalismo más recalcitrante, la insinuación sedevacantista, el gusto lefebvriano o lefebvrista, la demonización del Concilio Vaticano II, la defenestración de teólogos de la talla de Henry De Lubac, K. Rahner, I. Congar, W. Kasper, Müller (¡Dios mío, hasta contra este eminente teólogo y cardenal , actual prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, de la Comisión Teológica Internacional, de la Comisión Bíblica y de la Pontificia Comisión "Ecclesia Dei", he leído despiadados ataques en el blog de marras), etcétera, de forma sumarísima acusados de herejes y hasta de apóstatas. No: estaré equivocado o lo que sea, pero nunca he sido tradicionalista, nunca.

Y la que sigue es la respuesta de Teresa Nafría: 



Gracias por su respuesta, Sr. Fernández de la Cigoña. Sé muy bien que usted no es sedevacantista. Por mi parte, nunca he sostenido que la elevación al Papado elimine toda mácula, ni con el actual Papa ni con ninguno, pero como usted mismo reconoce, ha tenido que borrar muchas palabras hirientes contra el Papa. Es cierto que el amor al Papa no figura en el Credo, pero en el catecismo que yo estudié se decía que la Iglesia es la congregación de los fieles cristianos, fundada por Jesucristo, cuya cabeza visible es el Papa. Y por lo tanto, se merece un respeto.
No es pecado criticar al Papa pero a mi juicio debe hacerse con respeto y es aquí donde muchos se pasan demasiados pueblos. Pasarse el día cargando contra el Papa por cualquier cosa, con razón o sin ella, y hacerlo sin ningún respeto, en mi opinión no es una postura muy católica.


Completamente de acuerdo con las matizaciones de Teresa Nafría. Me las aplico; a veces, sin embargo, como pecador que soy, temperamental, etcétera, he podido cargar hasta contra el papa Francisco -no tengo memoria de haberlo hecho, pero podría ser-, lo cual es algo que no está en mi adn de formación eclesiológica.

Y aun vamos con una tercera opinión, que también asumiera como propia, a fecha de hoy al menos, mañana Dios diría: desde principios de septiembre hasta este 1 de octubre del corriente 2014, en que reviso estas notas, estas reflexiones. Dice Caridad:



Señor Bloger, su posición siempre ha sido clara en ese aspecto. Y me parece bien que el blog sea abierto y que podamos expresar cada uno nuestras posturas.
Leo este blog precisamente por que muchas opiniones (del bloger y de la mayoría de los comentaristas) son diferentes a las mías. Y en muchas ocasiones he encontrado puntos de vista interesantes distintos a los míos, escritos por personas normales.
Ayer entré en el blog (con un poco de mala leche y sarcasmo por mi parte), para comentar acerca de las fotos que usted puso. Como muchas otras veces las pone, acerca de un tema tan discutible como la vestimenta o el aspecto de las personas consagradas. De repente me vi envuelto en una discusión que fue subiendo de tono hasta puntos que me parecen desagradables. Al menos a mí no me agradó nada. Me cabreé delante del ordenador, y eso no tiene ningún sentido. Ya sé que a mucha gente le gusta meterse en estos fregados. A mí no.
No me parece nada cristiano andar así (y lo digo también por mi). Ahora bien, reconozco que algunas cosas que leo (o intuyo, y espero estar equivocado) me dan miedo. Claro que se puede criticar al Papa. A este y a los anteriores. El problema no son las críticas al Papa, sino las insinuaciones que creo se hacen, tanto de su validez como de sus intenciones. Y peor aún me parece rogar a Dios por el fin de su pontificado.
Si a alguien he ofendido, pido perdón. Y siento haber subido el tono, y sobre todo, haberme encelado, que lo hice.
Teresa, gracias por poner un poco de cordura.


1 de octubre, 2014. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social.

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