Enviado por Teresa Nafría el Jue, 04/09/2014 - 17:09
Gracias por su respuesta, Sr. Fernández de la Cigoña. Sé muy bien que usted no es sedevacantista. Por mi parte, nunca he sostenido que la elevación al Papado elimine toda mácula, ni con el actual Papa ni con ninguno, pero como usted mismo reconoce, ha tenido que borrar muchas palabras hirientes contra el Papa. Es cierto que el amor al Papa no figura en el Credo, pero en el catecismo que yo estudié se decía que la Iglesia es la congregación de los fieles cristianos, fundada por Jesucristo, cuya cabeza visible es el Papa. Y por lo tanto, se merece un respeto.
No es pecado criticar al Papa pero a mi juicio debe hacerse con respeto y es aquí donde muchos se pasan demasiados pueblos. Pasarse el día cargando contra el Papa por cualquier cosa, con razón o sin ella, y hacerlo sin ningún respeto, en mi opinión no es una postura muy católica.
Completamente de acuerdo con las matizaciones de Teresa Nafría. Me las aplico; a veces, sin embargo, como pecador que soy, temperamental, etcétera, he podido cargar hasta contra el papa Francisco -no tengo memoria de haberlo hecho, pero podría ser-, lo cual es algo que no está en mi adn de formación eclesiológica.
Y aun vamos con una tercera opinión, que también asumiera como propia, a fecha de hoy al menos, mañana Dios diría: desde principios de septiembre hasta este 1 de octubre del corriente 2014, en que reviso estas notas, estas reflexiones. Dice Caridad:
Enviado por caridad el Jue, 04/09/2014 - 18:27
Señor Bloger, su posición siempre ha sido clara en ese aspecto. Y me parece bien que el blog sea abierto y que podamos expresar cada uno nuestras posturas.
Leo este blog precisamente por que muchas opiniones (del bloger y de la mayoría de los comentaristas) son diferentes a las mías. Y en muchas ocasiones he encontrado puntos de vista interesantes distintos a los míos, escritos por personas normales.
Ayer entré en el blog (con un poco de mala leche y sarcasmo por mi parte), para comentar acerca de las fotos que usted puso. Como muchas otras veces las pone, acerca de un tema tan discutible como la vestimenta o el aspecto de las personas consagradas. De repente me vi envuelto en una discusión que fue subiendo de tono hasta puntos que me parecen desagradables. Al menos a mí no me agradó nada. Me cabreé delante del ordenador, y eso no tiene ningún sentido. Ya sé que a mucha gente le gusta meterse en estos fregados. A mí no.
No me parece nada cristiano andar así (y lo digo también por mi). Ahora bien, reconozco que algunas cosas que leo (o intuyo, y espero estar equivocado) me dan miedo. Claro que se puede criticar al Papa. A este y a los anteriores. El problema no son las críticas al Papa, sino las insinuaciones que creo se hacen, tanto de su validez como de sus intenciones. Y peor aún me parece rogar a Dios por el fin de su pontificado.
Si a alguien he ofendido, pido perdón. Y siento haber subido el tono, y sobre todo, haberme encelado, que lo hice.
Teresa, gracias por poner un poco de cordura.
1 de octubre, 2014. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social.
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