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martes, 3 de marzo de 2015

"Fidelidad crítica, creo"

“El primer paso de la vida cristiana es acusarse a sí mismo”, predica el papa Francisco en la primera homilía en Santa Marta luego de concluidos sus ejercicios espirituales cuaresmales.Resultado de imagen de los pecados capitales

Vale: inobjetable, Santo Padre. Pero papa Francisco, ayer mismo me confesé con un religioso cura al que conozco hace años y del que me he hecho la no tan firme promesa de “huir”,o sea, de no volver a confesarme jamás con él, pues creo que lo más bonito que se podría decir de este fray es que es un déspota. Y que no escucha.Resultado de imagen de los pecados capitales

Pero ayer fue más grande el deseo de pedir perdón por mis pecados que la contrariedad que me supone hacer confesión sacramental con tal sacerdote. Que no se sé cuántas veces repitió (sin exagerar, lo menos debieron ser 5 veces), que yo confesaba tales o cuales pecados -siempre me ha dejado la impresión de que te regaña como si recordara tus pecados, y de paso te los echara en cara- porque no estaba arrepentido de verdad de los mismos. Y entretanto yo pensaba: “Otra vez este señor con la misma historia, mas a todo esto, ¿tú quién te crees que eres, padre o fray, para suponer lo que me estás espetando en toda la cara de penitente ‘no arrepentido’, según tú?"Resultado de imagen de los pecados capitales

Y asimismo, no contento con lo anterior, no pareció escuchar que en varias ocasiones yo le dije que me considero débil, pecador, siempre me considero débil, falible,pecador, y que me engañan a veces o a menudo las seducciones del mundo. Porque sin solución de continuidad pasó a otra de sus retahílas predilectas, a saber, la de acusar al penitente -o sea, a mí-,de ser el único culpable de mis pecados.Resultado de imagen de los pecados capitales

Entretanto yo pensaba:”La teología de este fray es tan penosa que lo salva el ser cura, no quiero imaginarme qué sería de él si fuese médico, profesor o albañil con unos conocimientos equivalentes, para cada una de esas disciplinas, a los que me ha demostrado cada vez que he confesado con él.”Resultado de imagen de los pecados capitales

Y esto es lo que también hay en la Iglesia, papa Francisco, de la que tú eres la cabeza más visible: curas que ejercen su ministerio también en el confesionario, bendito sea Dios, y que -por supuesto, no sé con qué intención lo hacen, no me compete ponderar esto- según su modus operandi no parecen entender que la confesión sacramental es una suerte de juicio de Dios, en efecto, mas de juicio desde la misericordia entrañable del Dios que perdona y sana.Resultado de imagen de los pecados capitales

Dios que acoge, aconseja, perdona, sana, y no Dios que “desconfía del sincero propósito de la enmienda del penitente”,incluso al precio de machacar al prójimo, como hace este cura, al menos conmigo cada vez que he confesado con él. Y me conste que también con algunos fieles católicos más, que me han mostrado su contrariedad ante las maneras despóticas de este ministro del Señor, cuya fe solo Dios conoce y juzga, ciertamente, pero cuyas maneras de en el confesionario y cuyas vulgaridades teológicas son un oprobio contra mí mismo, mucho más grave que la supuesta o real falta de respeto que para algunas personas pueda suponer el que yo me haya referido a este religioso en esta reflexión mía tuteándolo.
Resultado de imagen de los pecados capitales
Vamos, considero que esto es lo mínimo por mi parte que podría ante sus maneras que atropellan; a sabiendas de que la mayoría de las personas que se tropezaran con un cura así, lo mandarían a paseo a él, a menudo mandando a paseo, todo en el mismo lote, la propia práctica religiosa, esto es, abandonando la pertenencia sacramental y activa a la Iglesia. Pues estoy convencido de que curas tan nefastos como el de marras aquí y ahora espantan más que atraen. Y ciertamente, si el sacramento de la confesión o penitencia es uno de los más en estado calamitoso y enfermo o insano hoy día, con curas como el traído a estas líneas la cosa iría a peor. Todo agravado además por la pérdida del sentido del pecado en la sociedad neopaganizada actual.


5 de marzo, 2015. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social. 

miércoles, 5 de junio de 2013

"¿Por qué un sí incondicional al papa Francisco frente a un sí condicional a Berty Russell? (XXXII)"

A vueltas con el feminimso, dentro y fuera de la IglesiaAna Rodrigo:



El problema no es la entrevista a la intelectual feminista mexicana (Atrio, 2 de junio, 2013), entrevista a la que ni me he referido. Porque he querido ir “más al fondo de la cuestión”: el feminismo revanchista, promotor del aborto, por ejemplo, promotor de los derechos sexuales de la mujer, por ejemplo, “enemigo” de la familia tradicional, por ejemplo, etcétera, es incompatible con la visión que de la mujer propone el Magisterio, o sea, el papa Francisco. A esto me refiero, no a los aspectos positivos del feminismo -los cuales no rechazo, los acepto-.

Otra cosa son las autoridades de la Iglesia: muchas, en efecto, por activa y por pasiva en vez de promocionar militantes cristianos fieles al Evangelio y al Magisterio promueven lo que he denunciado bajo la forma de una enumeración: trepas, arribistas, mediocres, mundanizantes, o sea, en palabras del papa Francisco, “cristianos tibios, comodones, razonables, arribistas, sociales, adaptados al espíritu del mundo”.

Siento que mi opinión haya molestado; si la he expuesto, con voluntad telegráfica, es porque sigo convencido de que refleja un conjunto de verdades como una catedral de grandes, esto es, muy ciertas.

Buenas tardes-noches.

sábado, 11 de mayo de 2013

"De golondrinas y de flores: es el amor que pasa (IV)"

Un vistazo a nuestro medio natural
7/3/2011





Querida Cándida Sofía, saludos:



Creo en los derechos de la mujer, sí, y en que gozan las mujeres, ante los ojos del Creador, de los mismos derechos y deberes que el hombre, de la misma dignidad, pues varón y hembra Dios los creó (primeros capítulos del Génesis).

Pero el problema, Cándida -al menos para mí, claro es- es que hoy día el feminismo, legítimo seguramente en sus inicios y en sus intenciones primeras, ha devenido ideología de género: negación de Dios, negación de la diferencia natural entre sexos (deconstrucción de la diferencia sexual, argumentando para ello que todo es cultural, constructo, genérico), antinatalismo y promoción del aborto, el homosexualismo y el ataque a la familia, etcétera. Y ello me parece ya más discutible.

No me cierro al diálogo y a poder aprender de todas las personas interlocutoras, pero creo que el feminismo de género se mueve ya en una pendiente de egoísmo, revanchismo contra el hombre, individualismo materialista, antinatalismo transgresor...

Lo veo así. Y además, si contrasto lo que defienden las formas más radicalizadas del feminismo y lo que defiende el Magisterio, me llevo la sorpresa de descubrir que en la Iglesia católica, ganándose la vida en lo profesional gracias a la Esposa de Cristo, no faltan las feministas partidarias de justo lo contrario a lo que enseña el Magisterio. Piensa, si no, en las catequesis del papa Benedicto XVI sobre la familia [como corrijo este apunte fechado en marzo de 2011: consideremos la catequesis del papa Francisco sobre la familia...], sobre la vida, la natalidad, el aborto, la homosexualidad...

El Papa puede estar equivocado, y con él la centralidad nuclear de lo que llamamos Magisterio (hipótesis), pero lo cierto es que las diferencias saltan a la vista entre la visión de la mujer y la familia propia de la Iglesia católica y la que despliegan casi todas las corrientes del feminismo. Y yo te puedo asegurar, Cándida, que he conocido a feministas contratadas por la Iglesia católica, digo feministas radicales, antinatalistas, partidarias del aborto, de la homosexualidad... Mientras que a mí ni se han dignado responderme, recibirme, consolarme, pese a años y años de pedirles auxilio, audiencia, SOS, algo. Y pese a que en público jamás -y eso que soy pecador, falible, cómo negarlo, nunca lo oculto, y tú lo sabes, Sofía- he rechazado el Magisterio; al contrario, en todos esos ambientes progres (en algunos de los cuales no puedo ya desarrollar ninguna actividad cultural por mi iniciativa, por mi cuenta y riesgo) que alguna vez frecuenté, me alineé siempre con las posturas del Magisterio, fidelidad de la que no podrían presumir no pocos que ahora viven en lo profesional de la Iglesia...

Qué pasada, Cándida Sofía: vivir para ver... En fin: a seguir jodiéndose, amiga. Si las autoridades de la Iglesia lo quieren así, nosotros qué podemos hacer, ¿patalear? Poco podemos hacer si trepas, burócratas, figurones, antimilitantes, arribistas, antinatalistas, mundanizantes, ultrafeministas y meros enchufados parecen tener cancha libre en el seno de la Esposa de Cristo... Es triste todo esto.

Luis Henríquez. 11 de mayo, 2013.