En
definitiva, que van por la vida haciéndose los buenos cuando
conocemos que son capaces de desplegar contra sus presas inocentes
toda la artillería de su maldad, de su ruindad moral (o amoral, más
bien). Todas las tecnologías perversas con las que perpetran su
despiadada violencia psicológica: cosificación y humillación del
otro, irredento desprecio a sus víctimas, injurias, calumnias, luz
de gas, juego de la piedad, manipulación de la verdad,
tergiversación de todos los datos de la realidad, infravaloración
del otro...
Totalmente
dados a transferir la culpa en los demás (ellos jamás piden perdón
ni reconocen culpa ni error alguno que puedan poner en entredicho su
falso yo endiosado), es imposible dialogar con ellos: desprecian la
verdad, la razón, la lógica, la amistad, el amor, los valores
éticos y morales, la reciprocidad, la sinceridad, la asertividad...
Ergo, a todo intento de diálogo posible irían invariable e
impenitentemente con la intención de salirse con la suya al precio
que fuere (usando para ello comúnmente toda clase de marrullerías,
juego sucio, trampas, traiciones, deslealtades…). Porque únicamente
les interesa humillar y vencer a su víctima, totalmente ajenos a la
verdad y a la propia idea del respeto y de desear eñl bien del otro:
solo manipular, abusar, dominar a la víctima y lastimarla para
hacerla sentir inferior y ellos siempre por encima, endiosados en su
delirio de grandeza (esto es, en el grave trastorno de la
personalidad que sufren).
Habitantes
de un mundo paralelo en cuyo centro tratan de dar combustible a su
insaciable delirio de grandeza, ¿cómo ser amigo, hermano, colega,
buen vecino de estos seres malignos cuyo único deseo para contigo es
despreciarte, lastimarte, herirte, calumniarte, enemistarte de tu
propia familia, mortificarte, ningunearte, cosificarte, y hacerte
sentir en todo momento que los superiores son ellos y los
siempre inferiores tú y el resto de víctimas inocentes? Con
alguien cuyo modus vivendi y modus operandi es el que
es, ¿cabe algún tipo de relación que no sea el contacto cero?
Así
las cosas, ¿qué relación se puede sacar de ahí que merezca tal
nombre desde el amor, la amistad, la cordialidad, la fraternidad, el
respeto al otro...? Si el narcisista maligno y el psicópata
integrado, justamente por causa de su delirio de grandeza, de su
falso yo endiosado, te cosifica, te ve siempre inferior a él y, por
ende, intenta en todo momento humillarte, hacerte sentir por debajo
de él y a sus órdenes, ¿cómo se puede uno sentir hermano, primo,
sobrino, amigo, vecino o colega de alguien así, o incluso hijo o
hija?
Gracias
a incansables profesionales como el Dr. Iñaki Piñuel*, entre otros
tantos que citaría y cuya labor es encomiable, el mundo es menos
oscuro en cuanto al conocimiento que podemos alcanzar a atesorar
sobre este fenómeno devastador. Sin embargo, tengo la impresión de
que todavía mucha gente sigue ciega a este fenómeno. Es decir,
muchas personas aún no son capaces de darse cuenta de verdad de la
clase de monstruos del mal que son estos sujetos. Y así, los siguen
teniendo en un pedestal. E incluso no pocas de esas personas se
decantarían por la "bondad" de ellos antes que por la
inocencia de sus víctimas. Personas que, como pasara en tiempos de
Jesús de Nazaret, gritarían "queremos que nos sueltes a
Barrabás, no a Jesús. ¡A Barrabás!"
Pues
eso: a Barrabás. Los narcisistas malignos y los psicópatas
integrados siguen entre nosotros causando estragos a sus víctimas.
Incapaces de amar genuinamente -porque en verdad no aman a nadie, ni
a sí mismos se aman como Dios manda-, destiladores de odio y de
envidia, incapaces por supuesto de llorar auténticamente, empero
siguen camuflados con su piel de cordero, pasando por las más
preclaras, excelentes, perfeccionistas y cordiales personas, en tanto
asesinan el alma de sus víctimas. Dan ganas de llorar, solo que
estos perversos que tampoco pueden llorar de verdad, al carecer de
empatía emocional no merecen nuestras lágrimas y sí nuestro
irrevocable contacto cero, siguiendo en esto el consejo nada menos
que de Robert Hare, el mayor experto mundial en el estudio de
psicópatas o uno de los máximos. A saber: “Si usted descubre un
psicópata en su vida, no se lo piense dos veces y corra”
*
El
psicólogo y psicoterapeuta Iñaki Piñuel, considerado uno de los
principales expertos europeos en la investigación y divulgación del
acoso psicológico, afirma que «los especialistas estamos atendiendo
muchos casos de víctimas de psicópatas integrados agravados por el
confinamiento». Autor
de títulos tan exitosos como
Amor
Zero
–con
varias ediciones en La esfera de los libros–
acaba
de publicar Familia
Zero,
un manual dirigido a miembros de familias disfuncionales que
sufrieron los abusos de esos depredadores sociales y que repiten esas
relaciones tóxicas en su vida adulta.
Pues
bien, valga esta nota para dejar constancia de todos los autores a
los que he escuchado y, excepcionalmente, leído un poco (el caso del
citado Iñaki Piñuel: he leído suyos Amor
Zero
y Familia
Zero).
En
el último año y medio de mi vida, coincidiendo con un episodio de
violencia psicológica que sufro, del que soy víctima, perpetrado
contra mí (instigado y protagonizado por un psicópata integrado o
narcisista maligno de libro), me he documentado sobre esta cuestión
disputada desde Youtube
gracias
al magisterio de autores como Antonio de Vicente (veterano psicólogo
español, experto en estos asuntos, entrañable,
muy
ameno y cordial), Marcelo (canario-venezolano residente en Tenerife,
teólogo, profesor y psicólogo: estupendos sus vídeos en Youtube
y
su blog Libres
del narcisista), Paula
(dominicana, víctima y a la vez estudiosa de estos asuntos, muy
simpática, cristiana evangélica; tiene
un canal llamado Cristianos
contra el abuso narcisista),
Omar Rueda (español, joven, muy ameno, ilustrativo,
directo
y cordial), Tabatha
Lepe (víctima y a la vez estudiosa de estos asuntos; ella tiene un
canal en Youtube
titulado
Identifica
a un narcisista),
Natasha Lopera (colombiana, víctima y a la vez estudiosa de este
asunto), el canal Psicopsiquis,
Hugo Marietan (psiquiatra argentino, padre o al menos principal
impulsor de la
teoría de la complementaria o complementario: pareja cómplice del
psicópata o narcisista), el canal Terapia
Grupal
(llevado por una joven psicoterapeuta argentina), Fernando Leiva
(profesional peruano, muy carismático, ameno y cordial, sin duda muy
buen profesional), Yocasta
Reyes (latina, víctima del abuso de psicópatas o narcisistas,
metida ahora a estudiosa de este drama tan implantado en nuestros
días)… En fin, hasta aquí; soy consciente de que me quedan por
nombrar no pocos más. Mil
disculpas. De
manera que al decidir hacer esta nómina que finalmente he hecho,
partía de la conciencia o evidencia de que se me iban a quedar sin
nombrar algunos; vamos, “que no les voy a hacer publicidad en este
escrito”.
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