miércoles, 30 de julio de 2014

"Hablemos claro de lo que pasa, procurando no ofender a ningún particular"

No hay apenas fe crística en esta Iglesia, simplemente. Por esto, por esta causa, pasan en ella Esposa del Esposo las cosas que pasan.

Es decir, sí que hay fe y credibilidad y coherencia: por eso aún hay comunidades monásticas o religiosas profesas de contrastada vitalidad. Por eso hay aún obispos que ejercen de buenos pastores, fieles al mandato del Señor, frente a otros que, de tan cobardes, de tan aburguesados, de tan mundanizados, se bajan constantemente,los pantalones trocando la verdad de Cristo por el plato de lentejas que ofrece el mundo.idem supra 

Incluso, soy de los que están convencidos de que allende las fronteras visibles de la Iglesia, de las iglesias, sectas y resto de credos religiosos y aun no religiosos y sí más bien librepensadores, hay personas de las llamadas de buena voluntad, a las cuales yo mismo, católico mediocre a mi pesar, no sería digno de desatarles las sandalias. 

Pero a lo que íbamos, o en lo que estábamos: la apostasía es muy grande en los tiempos que corren: como que es precisamente la Gran Apostasía ya profetizada.


4 de agosto, 2014. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social.

"Sobre los 10 consejos del papa Francisco para ser feliz"

Estimo que el papa Francisco debió haber presentado su particular catálogo de 10 consejos para ser felices haciendo alguna clase de presentación aclaratoria, propedéutica, a fin de no cogernos tan desprevenidos a los católicos. Hablo de alguna suerte de exordio... Aunque puede que lo más de ese catálogo para ser feliz sea obra y gracia de los periodistas que le hicieron la entrevista al Papa, para un diario argentino; y también obra de todos los que en algún momento participaron en el resultado final de esa entrevista al papa Francisco, quien hasta la fecha parece prodigarse en entrevistas, para contento de muchos y descontento de otros tantos.

Porque, comoquiera que la entrevista de marras haya venido a ser, es ciertamente inadmisible -o lo parece- que el Vicario de Cristo pueda decir lo que dice (el papa Francisco) en estos consejos. Hasta el extremo de que me parece entender la alarma que ha producido ese decálogo papal, meramente inmanentista, secular, entre las filas o sectores católicos más tradicionalistas y por ende, desde un primer momento, más críticos con el papado del cardenal Bergoglio.
idem supraAsí que alucinante: el catolicismo que se degrada, que se descompone como afectado de una gran diarrea ya cronificada, a ojos vista y entendimiento de muchos, y el papa Francisco “predica” ahora estos consejos para ser felices en este mundo, en los cuales no aparece ni rastro de Dios, ni referencia alguna a Jesucristo, mucho menos a la Iglesia que es Esposa del Esposo. 

Desde luego, ninguno de esos 10 consejos para ser feliz del papa Francisco sirve para impulsar la nueva evangelización en este mundo; ninguno sirviera para impulsar en la Iglesia la indispensable promoción de militantes o evangelizadores fieles a Cristo y a su Iglesia, en vez de la superabundancia actual de tibios (“A los tibios vomitaré de mi boca”, dice el Señor) , mundanizantes o secularistas, arribistas (también llamados trepas, medradores, carreristas, meros enchufados), burócratas antimilitantes y antinatalistas de mentalidad neoburguesa.

Alucina, Catalina. Y entretanto, el homónimo del papa Francisco y pastor de la Diócesis de Canarias, tan contento de haber decretado que un servidor no merece ni agua. ¿Será porque, como porfía un amigo mío, este obispo católico hoy día no es más que otro apóstata de Cristo? (Si no lo eres, monseñor Cases Andreu, en contra de lo que sugiere ese amigo mío muy católico, me querrás perdonar, supongo, por más que tú respetarme y estimarme nunca hayas querido o mostrado. A decir verdad, son ya multitud las voces católicas que precisamente los acusan a ustedes pastores, monseñor Cases Andreu, de ser los principales responsables de la muy evidente debacle de la Iglesia actual: como que la Gran Apostasía ya profetizada a quienes más daño habría de infringir es precisamente a los pastores de la Iglesia). 
Así las cosas en la Iglesia, o abundando en este mismo particular, no me extraña nada la patética “labor” de no pocos obispos católicos, que son verdaderamente una vergüenza y un escándalo de hipocresía y de mundanismo de lo políticamente correcto. Toda vez que ¿será verdad aquello ya profetizado de la pérdida de la fe en Cristo y en su Iglesia que se ha de dar en la jerarquía católica, como preludio a la Parusía?
Desde luego, según cantan algunos signos y cómo cantan, es para temer que sí. Tiempos de tinieblas en esta Iglesia.


4 de agosto, 2014. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social.

"¿Ser católico 'cum Petro et sub Petro' "?

Y ante sus “amigos” protestantes pentecostales -no digamos ya ante sus “amigos” judíos, musulmanes, ateos, agnósticos, librepensadores, hinduistas…-, ¿el papa Francisco, amén de pedir disculpas por los males históricos de los católicos, no podía haber recordado, como sucesor de Pedro que es, su petrina fidelidad a la doctrina cristológica y eclesiológica expuesta en un documento del Magisterio como Dominus Iesus?
Desconcertante el papa Francisco con gestos como este suyo de pedir perdón a los evangélicos pentecostales por el mal trato perpetrado contra estos hermanos separados por algunos católicos durante la dictadura fascista de Mussollini en Italia, cuando lo muy sabido es que los grupos evangélicos pentecostales, radicalmente sectarios, anticatólicos y doctrinalmente heréticos, pescan sobre todo entre los fieles católicos poco formados de Hispanoamérica, que resultan, pues, presa fácil para el belicoso proselitismo de esos grupos pentecostales ya he dicho que radicalmente anticatólicos.idem supra

Y si el papa Francisco repite una y otra vez que él descree del proselitismo, desde luego los círculos evangélicos pentecostales, a los que él acaba de pedir perdón, como Papa, por lo ocurrido en Italia ya va para casi un siglo, no son en modo alguno de su misma opinión.

No pretendo marcar la hoja de ruta nada menos que del Papa, ni tampoco me tengo por crítico de su papado como sí lo es un vaticanólogo de la categoría intelectual de Sandro Magister, o como lo es el blog Wanderer (no digamos ya desde bitácoras lefebvristas y más o menos sedevacantistas: en ellas se le da caña al santo padre Francisco de una manera que no está ni en los escritos, con alta modulación o frecuencia injuriosa además), pero ciertamente su reciente decálogo para ser feliz, compuesto de 10 consejos en que no aparece ni mencionada la palabra Dios, mucho menos aparece referencia alguna a la persona de Jesucristo, tampoco referencia alguna a la pertenencia responsable y gozosa a la Iglesia, me ha dejado el poso un desasosiego tremendo.
No estoy entre los católicos que ya han dictado sentencia contra el papa Francisco: es malo, perverso, indocto, una alimaña enemiga de la Iglesia, apóstata y hereje, blasfemo, etcétera. Pero el Papa, con ser su figura ciertamente “descomunal” en el organigrama y en la vida de la Iglesia, no está por encima de la doctrina de la fe, sino a su servicio; siendo el Vicario de Cristo, debe estar al servicio de este, para que la humanidad entera se encuentre con el que es el Señor de la Historia, el único Redentor de la Humanidad, la segunda persona de la Trinidad Santísima. 

Y para que ese encuentro con Cristo el Señor acontezca en la Iglesia católica, que es la Esposa de Cristo. Lo cual, ni que decir que en millones de casos no podrá ser, ni podría, por la diversidad de comunidades cristianas existente y por la propia diversidad de religiones, solo que hasta la fecha el deseo del Vicario de Cristo no había sido otro que el de ofrecer el catolicismo a toda la humanidad. Ofrecerlo, predicar a Cristo a tiempo y a destiempo, por más que luego cada persona, en su múltiple y condicionada libertad, elija a Cristo y a su Iglesia o acabe rechazando a uno y a la otra.
De modo que yo querré seguir creyendo cum Petro et sub Petro, pero sin que ello signifique hacer oídos sordos y sin cerrar los ojos a la realidad y a ciertas evidencias que parecen, como poco, preocupantes.


4 de agosto, 2014. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social.

domingo, 27 de julio de 2014

"¿Esta es la Iglesia que quiere el papa Francisco?"

Tu comentario está pendiente de moderación 
La que describiré a continuación, de forma muy gruesa, a grandes pinceladas, brochazos más bien, ¿es la Iglesia que quiere el papa Francisco? Hasta la fecha de hoy (4 de agosto, 2014) no me he proclamado sedevacantista, ni tampoco partidario de considerar que el papa Francisco es ilegítimo; sobre este particular, me alineo con la postura del vaticanólogo Sandro Magister. De modo que no paso a creer que la que describiré, grosso modo, a continuación, sea la Iglesia que prefiere el papa Francisco. Solo que es la Iglesia que abunda, especialmente en Europa.


Así que veamos el desfile del orgullo de proabortistas, lesbianas y homosexuales activos, secularistas, mundanizantes de corte agnostizante, entre otros varios de mentalidad en todo caso muy poco evangélica y eclesial, que he creído conocer como personal contratado en Cáritas a lo largo y ancho de los últimos lustros.

Y trabajadores desde luego -ignoro si muy buenos en lo suyo técnico específico o profesional- de mentalidad antinatalista. Es lo que impera hoy día, en esta sociedad decadente, nihilista, descafeinada, descristianizada. Y aun es lo que impera en esta Iglesia mundanizada a fondo, a tope; asechada por el Maligno...idem supra

Todavía recuerdo el examen inicial para acceder a una plaza en una escuela católica gestionada por Cáritas Diocesana. Ni una sola de las preguntas del cuestionario tenía ni remotamente que ver con la escuela católica entendida como plataforma de evangelización, ni con la doctrina social de la Iglesia, ni con el compromiso militante cristiano del candidato a obtener esa plaza, ni con la fidelidad a la noción de familia cristiana a la luz de la doctrina de la Iglesia católica: alianza de amor entre un hombre y una mujer, escuela de solidaridad, apertura generosa a la vida: tener hijos según el plan de Dios…

Pero es claro lo que han hecho y hacen los demoledores que se han ido adueñando de la Iglesia: si se exigiese compromiso militante, amén de competente formación académica, muchos y muchas de los que se han ido “enchufando” en la Iglesia católica, hoy día tendrían que salir por patas de ahí: por carreristas (también llamados trepas, medradores, arribistas), por burócratas antimilitantes, por mundanizantes (también llamados laicistas o secularistas), por tibios (“A los tibios vomitaré de mi boca”, dice el Señor), por antinatalistas: a ver cuántos de los profesionales  eclesiales (escuela católica, docencia de Religión católica en la escuela pública, facultades teológicas, centros asistenciales diversos...) son padres o madres de familias con 3, 4, 5, 6 hijos…

Desde luego, qué pasada más grande la cosa. Y a todo esto, el titular de la Diócesis de Canarias (según A. A, otro prelado que...), quien sigue considerando que soy como agua sucia... En fin, o es decir, ¿no se dan cuenta, amables lectores, de cuál es el nivel de putrefacción de esta Iglesia? ¿Hacen falta más ejemplos, otros datos...?

Es una vergüenza, con todas las letras, el que las cosas sean así. Pero también se les pedirá cuentas, en el Tribunal de Dios o Día del Juicio, a tantos pastores hipócritas y apóstatas...


4 de agosto, 2014. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social.

miércoles, 23 de julio de 2014

"Sobre el socialismo 'amaestrado' "

Lo es.

Dios me perdone si lo juzgo mal, solo que lo siento así. Yo me considero pecador, soy católico, confieso a menudo, soy falible, y además no cobro nada por tratar de ser socialista, en el sentido original del término. A años luz de Charles Peguy, de quien este año se cumplirá el primer aniversario de su muerte, pero en esa línea de mística socialista quiero perseverar. El doctor Carmona cobra como profesor universitario, igual lo gana bien y de forma merecida, no me pareciera mal, pero también cobra como contertulio televisivo y acaso también como político del PSOE; todo ello,  por ser un falso socialista. Tan falso socialista como Zapatero, Jerónimo Saavedra, Juan Fernando López Aguilar, y tantos otros: más bien, aburguesados que viven muy muellemente de aparentar ser socialistas.

Qué absurdo sería todo si no existiese la Promesa del Juicio de Dios: “Muchos últimos serán primeros y muchos primeros serán últimos”. Tan absurdo como que el mal, la opresión del hombre por el hombre, la enfermedad, el dolor y la muerte tendrían la última palabra. Pues habría dado igual pasar por la vida como pasó la Madre Teresa de Calcuta que haber pasado por la vida en este mundo como un actor porno cualquiera, pongamos, que jamás se arrepintiera de sus inmoralidades.idem supra

Y a modo de postdata, en alta voz me pregunto qué lograré con unas líneas escritas como estas, en apariencia inoperantes. Pues esto mismo: que los políticos, en la medida en que estos repartan el bacalao, o controlen las distintas administraciones públicas, pasen aún más de mí, me ninguneen aún más. Como castigo por mis críticas. Bendito sea Dios, empero, en cuya bondad, misericordia y justicia confío, no así en la de los hombres.

A decir verdad, políticos honestos me ha parecido conocer en prácticamente todos los partidos políticos. Pero las cúpulas de los partidos políticos están conformadas, salvo algún que otro Giorgio La Pira de turno, por una casta, como "predica" el ateo o agnóstico Pablo Iglesias, alejada del sentir común del Pueblo, alejada de los graves problemas de paro, precariedad, crisis, pobreza, desahucios, etcétera, con que se despierta, desayuna, almuerza, merienda, cena y convive la clase media, la clase media baja, la clase baja, la clase miserable... 


5 de agosto, 2014. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social.