miércoles, 15 de septiembre de 2021

"Aunque lo confiese el mismísimo Pedro Manuel Guerra Mansito"



Suele afirmar el cantautor canario Pedro Guerra, afincado desde hace varias décadas en Madrid, que a él lo que se le sigue indigestando es la injusticia imperante en el mundo. Ergo, él pertenecería al sector de los ateos que lo son por causa de la injusticia sobreabundante en nuestra tierra; por causa principal, se entiende, del mal reparto de la riqueza.


De educación tradicional católica en el antaño de su adolescencia y apenas amanecida primera juventud temprana, hogaño Pedro Guerra se confiesa ateo; progresista ateo. Dicho más precisamente, de esa clase de ateos dedicados a la canción de autor, el cine, el arte, el mundo de influencias de Youtube, el espectáculo y la creación literaria a quienes empero sin ningún impedimento invitan, convocan y contratan para los actos festivos en honor a la Virgen o a los santos, en tanto a otros autores sí confesantemente católicos ningunean, obvian, desprecian, marginan.

Una primera observación, celebrado cantautor. Si Dios no existe, que es en lo que tú crees, habrán ido al pudridero lo mismo María del Carmen Alejandra Cabrera Llergo que sus verdugos: María del Carmen Alejandra Cabrera Llergo, por el simple "delito" de ser católica en la España de la Segunda República y la Guerra Civil; sus criminales verdugos, por el odium fidei que los impulsó, desde la militancia izquierdista más feroz, a ejecutar la, según no pocos estudiosos,  mayor persecución religiosa desatada contra la Iglesia  luego de las persecuciones contra el cristianismo alentadas por el Imperio Romano en la hora inaugural de nuestra fe, cimiento indiscutible de todo Occidente. 

De manera que de ser cierto el ateísmo, Pedro, el mal tendría la última palabra, la injusticia, la maldad, la ruindad moral. Y de ser finalmente así, al menos yo no podría evitar una vez más esa suerte de sensación radical de contrariedad o disconformidad porque toda vida humana a su paso por este planeta llamado Tierra tendría como único horizonte final el guiño faltal del absurdo, de la injusticia radical, del sinsentido.


Si todo acabase como tú sospechas, sientes o sugieres, paisano Pedro, definitivamente no podría haber una justicia reparadora y póstuma para María del Carmen Alejandra Cabrera Llergo, celebrado Pedro Guerra, víctima que fue ella del odio contra la fe católica desatado con saña sin igual por movimientos de izquierda (de estirpe socialista, comunista y anarquista) en cuyo seno yo mismo fui destetado para la lucha militante y con los que, es de suponer, tú sigues identificándote. Como tampoco la habrá o la habría para millones de víctimas inocentes que a lo largo de los siglos de historia de la humanidad han sufrido la injusticia radical de ser abusadas, atropeyadas, vilmente asesinadas.


De manera que la existencia de Dios sería sobre todo una buena noticia para los que sufren toda clase de injusticias, todo ese mal reparto de las riquezas, cosa que parece que a ti te quita el sueño, paisano. Que el sufrimiento, la injusticia, la enfermedad y la muerte pueden hacer que se tambalee nuestra fe en la bondad, justicia y providencia de Dios, pues sí, que no en balde somos débiles, vemos como a través de espejos y el Maligno, ciertamente, nos tienta… Solo que sin Dios la muerte, la enfermedad, la injusticia, el sufrimiento y la múltiple explotación del hombre por el hombre tendrían la última palabra. Serían el sello definitivo de todas las respuestas.


Si Dios no existe, Pedro Guerra, que es en lo que tú crees y lo que cantas en tus canciones, todo tan progre, tan multiculturalista, tan políticamente correcto -al tiempo que a los autores más o menos literarios y artísticos que se confiesan católicos les cierran el paso hasta en los ambientes eclesiales, en los que tengo entendido que no te lo cierran a ti, ni a otros perroflautas del tamaño del galdense Arístides Moreno (1), pongamos -, tendrán como único destino final el pudridero lo mismo el más vil y no arrepentido asesino genocida que el pobre niño de cinco añitos muerto por hambre o por cualquier otra atroz injusticia.


Si Dios no existe, paisano Pedro Guerra, hombre progresista tú, de izquierdas, globalista y ateo, irán al pudridero lo mismo el recientemente fallecido Manuel Rubén Abimael Guzmán Reinoso (de alias o  nombre de guerra, "camarada Gonzalo") que cualquiera de las más de 30.000 víctimas mortales ocasionadas por el Diablo o la Bestia (así era conocido y sobre todo temido el marxista leninista y maoísta Abimael Guzmán, fundador del peruano grupo terorista Sendero Luminoso). Entre esas víctimas ocasionadas por el delirio criminal del considerado mayor genocida de toda la historia del Perú, muchos niños despiadadamente arrancados de sus padres y madres, muchas mujeres embarazadas vilmente violadas y finalmente despedazadas, muchos campesinos sádicamente asesinados.  


Por último, me gustan tus canciones, y es de suponer que me seguirán gustando. Eres un hombre sensible, lírico, emotivo. Y de paso me gustan también las canciones de la mayoría de los que son de tu cuerda (de la llamada canción de autor), de ayer, de hoy y de mañana. Porque no en balde soy tan melómano que lo mismo me sigue fascinando John S. Bach que el llamado rock sinfónico, lo mismo el blues de la América profunda que los clásicos del jazz, lo mismo el folklore internacional que la música popular brasileña (MPB). 


Sin embargo, me permito decirte que tu ateísmo no tiene nada que hacer frente a la apologética católica de un joven tan deslumbrante y genial como el peruano Dante Urbina, cuyos vídeos en Youtube te recomiendo. Y también los del analista y politólogo argentino Agustín Laje, entre otros varios autores que te podría recomendar (te recomendaría asimismo, ahora que lo pienso, el canal de Youtube Arturo, Periodista Católico). Los tres jóvenes (Arturo es de tu quinta, como lo soy yo), representantes de la batalla cultural en pro de un catolicismo sin complejos y una derecha no maricomplejines. Y en todo momento reconociendo tú por lo menos, Pedro Guerra, que con tu ideología tan progresista, tan políticamente correcta, juegas a favor de la corriente (a favor de la Agenda 2030 del NOM). Pues no en vano los que nos confesamos católicos fieles a la Tradición, la Sagrada Escritura y el Magisterio, y por ende nos confesamos identitarios y patriotas, somos hoy por hoy los marginados, los mal vistos, los señalados como "fachas, fascistas, cavernícolas, católicos con cara de pepinillos en vinagre, católicos rígidos, homófobos, xenófobos y neofranquistas".


Despreciados así, Pedro Guerra, comprenderás que los aplausos, condecoraciones, premios, felicitaciones y oportunidades casi todas se los lleve la aduladora corte de  cultivadores del nihilismo y la postmodernidad, la decadencia moral, el ateísmo práctico, la llamada postverdad, el solipsismo y el pensamiento progre en torno a la políticamente correcto; todo a juego con la decadencia moral imperante, la crisis de Occidente, la apostasía desatada, la masonería infiltrada en la cúpula de la Iglesia y los planes perversos del Nuevo Orden Mundial. 


Despreciados así, Pedro Guerra, comprenderás que se nos cierren casi todas las puertas. Más te digo: tú mismo, que resides en Madrid y que hoy por hoy estarás próximo al comunismo elitista o pijo, me figuro, tienes cancha y puertas abiertas en nuestra tierra canaria cada vez que decides venir a cantar o a hacer activismo multiculturalista, que es lo tuyo (esto es, justificación de la invasión migratoria; justificación del eclipse de la civilización occidental de raíces cristianas). Pues total, los que detentan el Gobierno de Canarias también son representantes de ese comunismo elitista y pijo socialcomunista. 



(1) En fin: contradicciones e incoherencias de una sociedad que habiendo  dado la espalda a Dios chapotea en el neopaganismo y la apostasía. Contradicciones e incoherencias de no pocas personas se supone que vinculadas a la Iglesia pero en verdad ligadas o rendidas a la mundanidad. De modo que ante todo esto, distinguido Pedro Guerra, si la última palabra -como colofón de la terrenal historia hacia el apogeo de la beatífica eternidad- no la ha de tener Dios, que es el sumo bien, y sí que el mal saldrá triunfador, el mal radical acabará teniendo la última palabra, esto es, se saldrá con la suya, esbozando por toda la eternidad como una suerte de burlona y mortal sonrisa de cinismo.



15 de septiembre, 2021. Luis Alberto Henríquez: profesor de Humanidades, educador, bloguero, escritor, militante social.




miércoles, 8 de septiembre de 2021

"De una javierada a otra (o cómo es el pulso de la apostasía en la Iglesia)"


Este sábado se cumplió un año del inicio de esta ficción muy real, un año desde que el presidente Pedro Sánchez anunciaba un estado de alarma que sonaba a guerra. Y ayer se celebró la segunda Javierada oficialmente suspendida -la primera fue la semana pasada-, desde que se instauró en 1941 esta peregrinación al castillo de Javier. El año pasado no llegaron a cancelarse. Pese a las recomendaciones de este 2021 de las autoridades civiles y eclesiásticas de no peregrinar a Javier, la tradición, la fe o el deporte pudieron con el virus y las recomendaciones, y el castillo que vio nacer a Francisco de Jaso y Azpilicueta en 1506, a San Francisco de Javier, congregó ayer a centenares de personas.

Información sobre la Javierada 2021 (crónica fechada el 14/3/2021).


Ciertamente, lo que me sorprende más de la deriva del ya exobispo catalanista o catalufo Javier Novell no es tanto que haya colgado hábitos y mitra por el amor de una mujer; lo que me sorprende es haber conocido, a través de los medios de comunicación, la identidad de la mujer elegida para dar un volantazo tal a su vida y así emprender un nuevo rumbo. Lo cual es lo mismo que afirmar que «la mujer del obispo» no es una mujer con reputación de católica practicante precisamente, pongamos que soltera, militante de la causa del Dios Uno y Trino, fiel a nuestra patria, que es España. No, ni modo. El señor Javier Novell, a todas luces va y se enamora de una muchacha divorciada, de trayectoria más bien secularista, mundana, tal vez catalanista, emparejada en su momento con un ciudadano marroquí ni que decir que musulmán, madre de dos hijos, y escritora de al menos dos novelas de altísimo voltaje erótico, blasfemo, irreverente y hasta satánico.

Mis respetos hacia el aún eclesiástico Novell; iguales respetos hacia la psicóloga, escritora y joven madre catalana Silvia Caballol: lo que ellos hagan con sus respectivas vidas a partir de ahora no es asunto mío. No soy quién para juzgar; yo también soy pecador, no estoy libre de pecado como para tirar la primera piedra, pero… Pero no puedo dejar de reflexionar en voz alta, al precio incluso de compartir esta reflexión. A saber: «monseñor» Novell, ¿qué es para usted la familia cristiana, católica para más señas, como núcleo de amor esponsal que busca la santificación de los esposos? ¿Qué significa para usted, estando en una relación con una mujer al parecer nada católica y además divorciada de un ciudadano marroquí, o sea, musulmán (ni que recordar así las cosas que fiel de una religión que es enemiga declarada de Cristo y de su Iglesia), que la familia cristiana es Iglesia doméstica, escuela de solidaridad, experiencia de amor esponsal fiel y abierto generosamente a la vida (tener hijos, según el don de Dios)?

A este respecto, he conocido a varias monjas de clausura, exclaustradas y reducidas al estado laical por diversas circunstancias personales que ahora no vienen a cuento. En todos los casos las susodichas me han confesado confidencialmente: "Yo, la verdad, luego de haber sido esposa del Divino Esposo, como que siento que la vocación al matrimonio, que es sin duda muy buena, que es un sacramento y que es verdad que nos santifica, como que se me hace poco ". Me parece que nunca olvidaré estas confidencias. Porque expresan en buena medida una verdad radicalmente católica: la preclara dignidad de ese tesoro de la Iglesia que es la consagración a Cristo en la vida de castidad perfecta por el Reino. Aceptación que por mi parte no significa en modo alguno la mirada con desconfianza al estado de casados, que también es una forma de buscar ser santos desde la común llamada a la santidad propia de todo bautizado. De suerte que la Iglesia ha proclamado solemnemente la santidad de algunos matrimonios católicos: san Isidro Labrador y su esposa santa María de la Cabeza, los padres de santa Teresita de Lisieux, entre otros. Pero nombrados estos casos salta a la vista una radical diferencia: los cuatro santos citados vivieron su vocación al matrimonio desde la plena aceptación de la gracia, en perfecta comunión con la doctrina de la fe de la Iglesia, en indubitable perspectiva de aceptación de la providencia de Dios. Reconozco que por mi parte estoy a años luz de la ejemplaridad de vida de los cuatro santos citados, pero aquí y ahora no se trata de mis mediocridades como católico y sí más bien de ocuparnos del caso del exobispo Novell que ha saltado recientemente a la opinión pública. 

Todos nos equivocamos, somos pecadores todos; yo que estas líneas escribo el primero. Todos tenenos el derecho (y aun el deber) de buscar la verdad, la felicidad, la justicia, la libertad, la realización personal… De acuerdo. Usted ha sido obispo de la Iglesia de Cristo; ha decidido dejarlo todo por una mujer. No es un paso el suyo como para tirar voladores, como para prorrumpir en aplausos y felicitaciones para todos, pero bueno, ya que lo ha hecho, yo al menos le deseo toda clase de éxitos personales y felicidad. Empero, el daño y un nuevo episodio de descrédito a la Iglesia ya están hechos, ¡como si tuviera pocos la Iglesia de nuestro tiempo histórico, constantemente sacudida por escándalos de todo tipo! Solo que insisto, permítame, aunque sigo reconociendo que no es asunto mío: en su paso dado me cuesta adivinar el deseo de construir una familia cristiana fiel a Cristo y a su Iglesia según la enseñana de sus pastores, de Juan Pablo II, por ejemplo, gran impulsor del Evangelio de la vida y de la familia.

Y esto es lo que me quita el sueño: la demoledora apostasía que se está viviendo en la sociedad, en el mundo entero, urbi et orbi, y en la Iglesia. De modo que no defiendo el paso dado por el obispo Novell de abandonar su ministerio de pastor en la plenitud del orden como obispo (sucesor de los Apóstoles), pero sí que me sigue desconcertando que la mujer elegida no sea una mujer de convicciones confesantemente católicas, discípula por ende de Cristo y de su Iglesia, soltera, patriota, hija de España o de la patria que sea si no es española. Esta joven mujer llamada Silvia Calballol me merece todos los respetos, y desde luego no es asunto mío lo que ella haya hecho con su vida, ni tampoco lo que vaya a hacer a partir de ya, probablemente en compañía de su nueva pareja el exobispo Novell. Pero es que Novell no es cualquier cosa sino que ha sido en las últimas décadas, nos guste más o menos, una figura importante de la Iglesia que peregrina por España. Ha sido nada menos que sucesor de los Apóstoles. 

¿Será todo mera casualidad o será más bien porque en Cataluña ya es que no deben ni quedar mujeres jóvenes católicas, señor Novell, en gran parte porque el separatismo catalanista que usted siempre ha abanderado se ha encargado de vaciar los templos, las iglesias, los seminarios, los noviciados, las conciencias mismas?


Postdata. A decir verdad, nada me extrañan estos hechos en el seno de la Iglesia, así que ilustremos o abundemos más con mi propia experiencia. Llevo varios lustros en la enseñanza pública. En la misma, he conocido a docentes de Religión católica descaradamente burócratas, laicistas, abiertamente gais, sociatas, globalistas, conformes con la ideología de género y el feminismo supremacista, podemitas, o convivientes maritalmente en unión libre; militantes católicos enamorados de Cristo y de su Iglesia, en plena comunión con la Tradición, el Magisterio y la Sagrada Escritura, contados con los dedos de una mano y...

Y para no variar ese siniestro personaje llamado Pablo Iglesias (el Chepas para los amigos y no tan amigos), comunista bolivariano, nuevo rico y exvicepresidente del Gobierno de Pedro Sánchez, mucho bla bla bla advirtiéndonos del peligro de la arribada a España de la extrema derecha antidemocrática financiada por los grandes poderes económicos y cierta disidencia política iraní (en clara referencia a Vox), y el nota resulta que procede de Podemos (comunismo bolivariano totalitario, de cuya narcodictadura ha recibido financiación), es ateo (enemigo de Cristo y de su Iglesia), abortista, laicista, defensor del feminismo supremacista, el marxismo cultural, la ideología de género y partidario de la eutanasia (hostil por ende a la civilización cristiana, a la Ciudad de Dios agustiniana), y empleado ahora del comunista multimillonario Roules y su oligopolio informativo (o sea, enemigo acérrimo de la libertad de expresión). Solo que todo este material daría para otro artículo.


8 de septiembre, 2021, festividad de la Virgen del Pino, Patrona de la diócesis de Canarias y de toda Gran Canaria. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de Humanidades, educador, bloguero, escritor, militante social.