viernes, 31 de julio de 2020

<<Esta perversa habilidad para la mentira resulta enormemente chocante y suele dejar a sus víctimas perplejas y psicológicamente desarboladas>>. Esto dice muy lúcidamente, como de costumbre, el Dr. Iñaki Piñuel y Zabala. Y yo añadiría, si se permite el atrevimiento, que no solo desarboladas sino, más pronto que tarde, el psicópata y el narcisita perverso dejan a sus víctimas inocentes "moralmente devastadas". Mentir, y más como los hacen estos perversos, es lo propio de Satán, el príncipe de la mentira. Reconozco que debe sonar contundente esta expresión mía, lo admito -y que a más de uno hasta pueda llegar a molestar, a impactar-, porque además todos somos débiles, frágiles, falibles, pecadores; todos no, perdón, que los narcisistas malignos y los psicópatas son perfectos, intachables, infalibles, perfectísimos, inimputables (es decir, se lo creen ellos que son así). Pero es que ante un problema tan grave uno no debe andarse con paños calientes.

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