miércoles, 1 de julio de 2020


"Ese espanto que no cesa"



Llevo un año y medio aproximadamente profundizando en estos asuntos. Con el resultado de que cada día que pasa me parece sentir más espanto ante la sola toma de conciencia de lo perversos y tóxicos que son estos seres malignos, que de tan malvados parecieran salidos de las entrañas del mismísimo infierno, por más que ellos se empeñen en mantener su máscara, su antifaz de cara de ángel, su piel de cordero que esconde al lobo feroz.

Psicópatas, Robert Hare. ( Protegerse de los psicópatas ). - YouTube

Así las cosas, lo que no termino de aprehender aún es cómo podrían reaccionar estos seres malévolos a tope (los más malos de entre los seres humanos) si, luego de ser desenmascarados, los denuncias ante la justicia y esta, apoyada en el informe pericial correspondiente que "oficialice" lo que es un secreto a voces (esto es, su trastorno de la personalidad antisocial, narcisista o psicopático), deja en efecto oficialmente establecido el grave y muy pernicioso trastorno que sufren.

Psicópatas, Robert Hare. ( Protegerse de los psicópatas ). - YouTube
¿Ni aun así modificarían su conducta? ¿Ni aun así darían su brazo a torcer? ¿Seguirían erre que erre en su maldad, en su descarga de odio, resentimiento, envidia, infravaloración, manipulación y desprecio contra sus víctimas inocentes? ¿Seguirían encastillados en su ego narcisista endiosado, en su delirio de grandeza que los lleva a creerse los mejores sin mácula, sin errores, impecables e intachables que no se sienten exhortados a pedir perdón por todo el daño que causan a sus presas?

Carentes de empatía emocional, sin alma (desalmados), invadidos por el odio y lastrados por una muy baja autoestima y un tenebroso complejo de inferioridad sepultado por el delirio de grandeza de su vanidoso yo falso, ¿no dejarían de ejercer y, sobre todo, de ser trastornados ni aunque un equipo de especialistas en este asunto de las psicopatías emitiese un dictamen médico diríamos que inapelable?

Me gustaría que algunos especialistas y algunas víctimas de estos despiadados abusadores me dijeran que sí existe una posibilidad de cambio, un resquicio, por muy pequeño que sea, para la piedad, para los sentimientos humanos en estos tenebrosos seres. Pero me temo que, siendo como son contumaces manipuladores y mentirosos compulsivos capaces de hacerse pasar por víctimas de sus propias víctimas, lo que va a seguir sucediendo es la falta total de empatía a la hora de seguir lastimando, manipulando y dañando a sus presas; verbigracia, hasta el extremo de acabar enfrentando a sus víctimas contra otros miembros del clan familiar, a fin de rebajar estas a la condición de victimarias, malvadas, ruines, locas, necias, desequilibradas, desquiciadas...


Vaya espanto. ¿Qué clase de extravío o perversión moral hay que padecer para, ejecutando contra las víctimas todas las tecnologías de la violencia psicológica (la injuria, la difamación, el hostigamiento, la luz de gas, el juego de la piedad, el clásico vacío, la manipulación de la verdad en todo intento de diálogo, la humillación, el insulto, el descrédito, el desprecio, la cosificación, la infravaloración, la triangulación amorosa...), no obstante empeñarse cínicamente en hacerse pasar por las víctimas de las víctimas? ¿Cómo se puede llegar a ser una persona tan cínica, abusadora, tan malvada?


¡Qué patético que haya personas que necesiten de humillar al otro (siempre víctima o presa inocente del maltratador) para engrandecerse ellas! Personas incapaces de amar porque carecen de empatía emocional -y de conciencia moral y de sentimiento de culpa-, solo ofrecen odio, envidia, rabia, rencor y resentimiento travestidos de amor: vampiros emocionales que chupan del otro la energía de la que ellos carecen totalmente. Dios nos libre y guarde.


30 de junio, 2020. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de Humanidades, educador, bloguero, escritor, militante social.

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