- Nunca es tarde si la dicha es buena, y bien que lo es para esta oportunidad. De manera que ya un poco “sacudidos” por lo de los conejos y conejas del Papa en referencia a las mujeres y hombres católicos que se deciden por la apertura generosa a la vida -que es uno de los ideales de la familia cristiana, no lo olvidemos-, mejor quedarse con la catequesis de hoy miércoles 21 de enero de 2015, con la cual el santo padre Francisco, en el marco del Aula Pablo VI, volvió a elogiar las familias numerosas, luego del revuelo que causaron sus para muchos desafortunadas palabras dichas en el diálogo informal que mantuvo en la rueda de prensa concedida a los periodistas que viajaban con él de vuelta del viaje pastoral del Pontífice a Filipinas.No debiera ser posible que el Papa negara la grandeza de la familia numerosa. Porque negar o conculcar esto es meter tijera en el depósito de la doctrina de la fe. Y el Papa no está para estos trotes, sino justo para todo lo contrario: para confirmarnos en la fe a los católicos, según el mandato dado por Jesús mismo a Pedro: Lc 22, 32. Lo sí vergonzoso e impresentable es que luego hasta en muchos centros culturales católicos (jesuitas, diocesanos, salesianos, paúles…) se haga promoción de la ideología de género y no de la familia numerosa. Como igualmente vergonzoso e impresentable es el hecho de que la inmensa mayoría de los que dan clases en la escuela católica, en facultades teológicas católicas, etcétera, manifiesten con los hechos de su vida que se pasan por el forro la enseñanza de la Iglesia sobre la paternidad responsable, que no consiste en tener hijos a la baja y que el propio papa Juan Pablo II prefería, a través del rico magisterio de su teología del cuerpo, que se denominara paternidad consciente.La paternidad responsable consiste en la apertura generosa a la vida, según el plan de Dios. Responsabilidad desde la generosidad. Por eso la Iglesia canonizó a un santo matrimonio italiano (ambos santos): tuvieron 21 hijos: confianza plena en la Providencia de Dios. Si bien luego lo increíble, insisto, es que la propia Iglesia mantenga a tanto profesional eclesial que pasa de tomarse en serio la paternidad responsable o consciente. Con el agravante de que también abundan en la Iglesia los pastores que hacen la vista gorda a todo esto, o sea, que hasta llegan a practicar el el ninguneo y el desprecio a católicos que sí desean ser fieles al Evangelio en comunión con el Magisterio.Será que no es la cruz un lugar hecho para estar cómodos, como a menudo repitiera ese maestro de militantes obreros cristianos que se llamó Guillermo Rovirosa, alma máter o fundacional de la HOAC, y quien por cierto no tuvo hijos en su matrimonio, no los pudo tener, no porque no quisiera, y hoy día camino va de los altares.Mas ¿cuántos de entre todos los de mentalidad antinatalista que en lo profesional viven de la Iglesia, señores pastores, conocen algo del testimonio de alguien como Guillermo Rovirosa? Porque no solo es la mentalidad antinatalista neoburguesa, materialista y preñada de desconfianza en la Providencia de Dios, sino que es también la espantosa mediocridad de lo políticamente correcto que se ha ido instalando en la Iglesia, la dramática y mundanizante tibieza de muchos de sus hijos e hijas, la mía incluida también seguramente.“A los tibios vomitaré de mi boca”, dice el Señor. Pues eso.Pero no todas las voces coinciden con la mía, ¡faltaría más! La de un forista que firma como David, a renglón seguido de mi comentario en el mismo artículo de Infovaticana, es muy crítica con el pontificado de Jorge Mario Bergoglio. Contundente pero respetuosamente crítica, sin el recurso al insulto y al menosprecio fácil, pero ciertamente crítica; mejor, contundentemente crítica. Y la hace un tal David, que puede ser millones de personas, pues ese nombre propio sin más detalles ni apellido alguno identificador es un alias en toda regla. Digo esto porque yo, que acostumbro a firmar mis escritos incluso en foros de Internet con mi nombre, no sería capaz, con luz y taquígrafos, es decir, dando mis datos personales identificativos, de escribir algo del papa Francisco así como lo hace quien firma como David. Pero Francisco, sin duda es el primero que conoce que en foros de Internet no solo se discrepa amable y respetuosamente de su manera de ejercer el ministerio de sucesor de Pedro -lo cual es algo que yo mismo no desapruebo-, sino que se arremete contra él de manera acalorada e injuriosa. Yo por mi parte, teniendo el cuenta algo que dijera nada menos que F. Nietzsche, ese filósofo ateo a un bigote pegado ("La altura moral de un hombre se mide según su capacidad de asumir la verdad"), paso de decir bajo seudónimos lo que no soy capaz de decir dando la cara. Así las cosas,dice el tal David:
- Con esto queda demostrado, que el Papa conoce la indisposición de muchos católicos, en cuanto a su ligereza verbal y en cuanto a su debilidad en su formación teológica y filosófica, tan poco consistente y dispersa; y… a lo molesto que resulta a los fieles su poco tono humano y sus modos un tanto vulgares.Con esto no digo que un papa tenga que ser un príncipe de la altura de Benedicto XVI , un papa también puede ser la persona más sencilla y con menos formación, pero… por muy sencilla que sea, hay virtudes sobrenaturales que tienen los santos, como por ejemplo aquellos sencillos como Santa Catalina de Siena o Fray Escoba… Lo que pasa en que con Bergoglio parece no haber rastro de estas virtudes sobrenaturales y lo que le deja muy expuesto.Hay cristianos que siendo humanamente poco, son verdaderos príncipes por gracia sobrenatural; es el ejemplo de tantos abuelos nuestros que con menos estudios, parecía tenían don de ciencia… y sobre todo de sabiduría.Lo que hay que hacer es velar, orar y no estar tan pendiente de todo lo que dice y hace el papa a no ser de que hable excatedra… si no quieres enloquecer….Este papa suele sufrir de mal de alturas, así que cuando veas al papa subir a un avión y detrás gentecilla con cámaras y micrófonos… ponte a cubierto en tu trinchera y apaga Internet.Hay que ir con cuidado para que un papa calamitoso no enferme más de la cuenta a los fieles; que por cierto, ya bastante mal que estamos, el pecado no es solo del Papa… la Iglesia militante está en la UCI y lo demuestran más que nunca sus obispos, cardenales… y nuestro calamitoso papa actual.
miércoles, 21 de enero de 2015
"Reflexiones 'cuniculares ' (III)"
martes, 20 de enero de 2015
"Reflexiones 'cuniculares' (II)"
- La mentalidad antinatalista, radicalmente mundana y burguesa, está instalada a tope en la conciencia postmoderna del católico. Especialmente en Occidente, pero cada vez más en Iberoamérica, en todo el orbe. No hay más que ver el escaso número de hijos que se tienen por matrimonio o pareja,¡casi han desaparecido de la faz de España, la vieja piel de toro, los matrimonios jóvenes con 3, 4, 6 hijos…!Ni la mayoría de bautizados católicos en edad fértil predica con el ejemplo. Y los curas, ¿los curas alguna vez predican a favor de la exigente belleza de la familia numerosa? ¿Dónde, cuándo?Lo acaba de hacer el Papa, en su visita pastoral a Filipinas, no sin polémica ulterior, pues en efecto a pocas horas, como quien dice, de haber elogiado a las familias numerosas, bien para la sociedad y y para la Iglesia, en la rueda de prensa concedida, como de costumbre, a los periodistas que viajaban con él en avión rumbo a casa, al Vaticano, pronunció las tan traídas y llevadas palabras: "Pero bueno, tampoco es que para ser buena católica tenga una mujer que parir como una coneja".Y se armó el belén, digo el lío, el revuelo mediático y bitacórico: un número que solo Dios conoce de mujeres católicas madres de familias numerosas han alzado su voz para manifestar su descontento y su disconformidad con tales palabras del sucesor de Pedro. Palabras de Francisco que a mí me llevan a considerar que claro que se puede ser un buen padre de familia o una buena madre de familia sin tener hijos biológicos, por no haberlos podido tener, y ni siquiera tenerlos adoptados, por las razones que sean. Pero lo que es católicamente inadmisible es pretender suplantar la exigente belleza de la familia numerosa por los reclamos de la mentalidad burguesa, materialista y masónica. Y esto “católicamente inadmisible” por desgracia es el pan nuestro de cada día en esta Iglesia.Desde luego, es tal la debacle moral de la que llamamos la esposa de Cristo, que cada día es más real esta evidencia: para perseverar en la fe católica en medio del vendaval de apostasía generalizada, es necesario tener un corazón de cristiano confesante.
- Me gusta este comentario del P. Bernardo Rodríguez, un asiduo en La cigüeña de la torre. Sereno, equilibrado, conciso, esperanzado, me convence. Dice así:
PBernardo Rodriguez
Queridas mamás conejas del blog y del mundo. Quizás las palabras del Papa Francisco no han sido las más acertadas, pero tampoco hay que darles mayor importancia. No estaba hablando “ex cathedra”.
Como un simple sacerdote les puedo decir que Dios ha bendecido la generosidad de sus corazones con el regalo de muchos hijos y si Dios bendice, las palabras de un Papa, poco importan.
Con cada una de ustedes, además de la bendición, se manifiesta la Providencia del buen Dios. Sé que a veces pasan apuros y que no hay para caprichos, pero esa Providencia se manifiesta en que nunca falta lo necesario en sus hogares.
Sigan fiándose de Dios, El es fiel a sus promesas y nunca nos falla. Por mi parte, voy a añadir a mis oraciones una por “todas las familias conejas del mundo”,
Como ya he dicho, la frase no ha sido muy acertada, pero a mí me ha motivado a orar por esas benditas conejas.
Dios las bendiga. 21 de enero, 2015. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de humanidades, educador,escritor, bloguero, militante social.
"Reflexiones 'cuniculares' "
Hubo un matrimonio italiano: ambos hoy día son santos. Ella nació a principios del siglo XX; él, en el último tercio del siglo XIX. Ella tenía 17 en el momento de casarse; él, 38. Y tuvieron 21 hijos.
Eran otros tiempos, cierto: la mujer, entonces, quedaba recluida en el hogar, y hoy no debe ser así, ni de hecho lo es. Al menos en Occidente, en casi toda Iberoamérica... Pero lo cierto es que la Iglesia los ha canonizado porque llevaron una santa vida matrimonial y porque confiaron en la Providencia: estar abiertos a la vida, según el plan de Dios, aceptando los hijos como un don del Padre.

Hoy día, empero, sabido es que esto no lo vive mucha gente católica. Entre otras razones, porque el concepto de paternidad responsable se mira siempre “a la baja”. Me explico si considero que es el propio Concilio Vaticano II, nada sospechoso de escoramiento hacia el conservadurismo, el que afirma el concepto de paternidad responsable generosa. De modo que, según el Concilio, huyendo en efecto de la irresponsabilidad que supone traer hijos a este mundo sin ton ni son, el ideal es la “apertura responsable desde la generosidad”. Mas esto queda empañado por la mentalidad antinatalista de corte neoburgués, masónico y materialista que hoy día impera en la sociedad. Y en la propia Iglesia.

De resultas que esto que es así, señores obispos que lo permitís, sacerdotes y agentes de pastoral que lo permitís y hasta lo promovéis, es sencillamente una vergüenza, algo escandaloso propio de una Iglesia mundanizada a tope. Es decir, una Iglesia que tolera el imperio de esta mentalidad antinatalista neoburguesa es una Iglesia que se ha abierto de piernas al mundo. Que se ha prostituido, mundanizado, endemoniado.

De manera que desde la certeza que expresan mis palabras es desde donde me desconciertan las del papa Francisco al grupo de periodistas que viajaba en el avión papal de regreso a Roma tras el viaje apostólico a Filipinas, con las cuales ha acabado llamando, en efecto, conejas a las mujeres católicas que han querido y quieren vivir una maternidad generosa, de gozosa apertura a la vida, y de paso conejos a sus esposos. Lo ha hecho de manera indirecta, informal, algo por lo demás muy propio del Santo Padre, sobre todo cuando deja a un lado los papeles y comienza a hacer declaraciones...
Pero sí, usando esa expresión de llamar conejas a las mujeres católicas que se deciden por tener familia numerosa, viviendo así con generosidad su vocación a la maternidad, ha levantado una oleada de protestas el Papa. Reflejada en multitud de bitácoras de Internet. Cierto que al parecer Francisco debió estar pensando en la realidad demográfica de Filipinas, de donde regresaba al Vaticano, en la cual es muy probable que se dé una situación de muchas "paternidades y maternidades" ejercidas de manera irresponsable: no pocas familias filipinas pobres traen hijos y más hijos a este mundo, sin medir bien las consecuencias: puede que acaben pariendo hijos para la pobreza, la falta de medios de educación y de sanidad...
Pero frente a esta realidad filipina en la que puede que se peque por exceso de apertura a la natalidad, en medio de situaciones de contundente pobreza, tenemos la realidad de la vieja Europa, también vieja por envejecida, casi convertida en un desierto demográfico: las parejas y matrimonios jóvenes con familia numerosa, esto es, con 3 hijos o más, son cada día que pasa más escasos; vamos, ni entre las jóvenes generaciones católicas abundan especialmente.
Abundando sobre el particular de las palabras del Papa, yo mismo he leído en Internet comentarios muy contrariados por causa de esas palabras del Vicario de Cristo, también de mujeres, o al menos de foristas que firman como tales. Madres y padres de familias numerosas que se han sentido ofendidos porque el Papa al parecer los ha llamado conejas y conejos. Conejas, sí, a las mujeres que, lejos de amoldarse al espíritu del mundo, han preferido confiar en la Providencia viviendo con generosidad su vocación de madres.
Desconcertante todo esto. Máxime considerando que hace apenas unos pocos días el mismo papa Francisco alabó las familias numerosas, que siempre han gozado de una especial estima para la Iglesia (cfr. el número correspondiente en el Catecismo de la Iglesia Católica), que ha sabido ver en ellas precisamente esto, la generosa acogida al don de la vida. En continuidad con toda la tradición bíblica, que siempre vio en las familias numerosas una especial bendición de Dios, del Dios de la vida.

Pero bueno, ¿de qué extrañarse? Siempre he manifestado, hasta la fecha de hoy al menos, mi voluntad de creer en Cristo y en su Iglesia cum Petro et sub Petro, sin que ello implique decir "sí guana" de manera borrega y acrítica a todo lo que el Papa dice, preside, propone, estimula, predica, desaconseja, aconseja, opina... Pero de qué extrañarse, sí, si resulta que en cierta diócesis española, pastoreada por un obispo homónimo del papa Francisco, un excura abiertamente homosexual y encima casado con otro hombre hace algunos cursos, ha permanecido más de 14 años impartiendo Religión católica en la escuela pública. Y sin embargo, seglares católicos esforzadamente militantes y deseosos de fidelidad a Cristo y a su Iglesia son despreciados y hasta humillados por ciertas autoridades eclesiásticas, entre otras por las mismas que han mantenido a ese excura gay dando clases de Religión católica durante tantos cursos. De qué extrañarse, cuando hace años en las movidas oenegeísticas y similares desarrollas en un ámbito confesional católico que yo me conozco, se hacía loa del aborto, la anticoncepción, la ideología de género… De qué extrañarse, cuando en un curso académico en un centro por el que pasé como profesor, la docente de Religión católica tenía fama de ser la profesora más promiscua y saltadora de camas de todo el claustro. Y salvo que todos los profesores se hubiesen puesto de acuerdo en difamar a tal profesora, era tal el murmullo del agua de ese río que… Etcétera y etcétera.
Pobre Iglesia de Cristo, tan asechada por el Maligno.
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