martes, 28 de julio de 2020

Escribe el Dr. Iñaki: "Por ello, la confrontación con el psicópata, especialmente si este es confrontado por varios a la vez es la única estrategia que le hace retroceder." A la luz de este pensamiento, ¡cuánta culpabilidad tienen los monos voladores del psicópata en la impunidad con la que este actúa contra su víctima! Hasta el extremo de que cabe afirmar sin temor casi a equivocarse -y si me equivoco, otros me querrán rectificar-, que muchas veces el auxilio de esos monos voladores es de crucial y determinante importancia para que el perverso pueda acometer con garantías de éxito su siniestro plan de violencia psicológica contra su inocente presa. Aunque a la vez persiste algo que me hace dudar: Iñaki Piñuel y Zabala habla de "confrontar al psicópata o al narcisista maligno a fin de hacerlos retroceder". Vale, pero ¿no estábamos en que con ellos no vale ninguna confrontación sino el contacto cero y el huir por tanto de cualquier clase de relación, vinculación, estrategia de diálogo (por lo demás imposible con estos maniupuladores y mentirosos consumados y compulsivos)?

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