domingo, 28 de diciembre de 2014

"Cuestión de fe 'in-fundada' "



LA VIDA HUMANA ES SAGRADA E INVIOLABLE, desde el instante de la concepción hasta el momento de la muerte natural…

Desde el primer momento fundacional de la Iglesia hace 2.000 años, esta ha defendido la anterior verdad, apoyándose en la Sagrada Escritura, y ulteriormente en la Tradición y el Magisterio: ley natural, derecho natural, reflexión teológica de los Padres Apostólicos (verbigracia, la Didajé, suerte de primer catecismo de la Iglesia, datado a finales del siglo I o principios del II) y de los Santos Padres, testimonio de los santos y de las grandes corrientes de espiritualidad…

No ha sido un camino sin algunos momentos de oscuridad, ciertamente, pero aparece sin fisuras la defensa de la vida humana. Y sin embargo, hay teólogos críticos y destacados miembros de la comunidad católica por mor de su activismo social o de su pasión por los micrófonos que, muy críticos con el Magisterio, postulan un reconocimiento del aborto provocado en algunos supuestos. Uno de ellos, el jesuita y experto en bioética Juan Masiá; otro, la benedictina y médico sor Teresa Forcades; una tercera de esas voces críticas, la argentina afincada en Cataluña sor Lucía Caram. Y algunos más. Desde posturas feministas más o menos militantes. Y teólogos de gran relieve o prestigio como Hans Küng que, recientemente, han vuelto a plantear la posible legitimidad moral de la eutanasia, pensando delicadamente en él, en sí mismo, pues el eminente teólogo suizo,uno de los grandes paladines de la corriente progresista eclesial, sufre el drama del Parkinson. Mas entonces, así las cosas, a quién creer, ¿al Catecismo de la Iglesia Católica o a Juan Masiá, a Hans Küng, a Teresa Forcades, a Lucía Caram...?

Bueno, yo creo saber a quién entregar mi fidelidad, pero tales voces críticas pueden desconcertar a muchos en la Iglesia. Y de hecho desconciertan. Que sí, es un hecho. Un secreto a voces.

Tengo entendido que apenas hay estas voces teológicas críticas o disidentes entre los cristianos fieles de las Iglesias ortodoxas. Y lo curioso es que ellos no tienen ni Comisión Teológica Internacional, tampoco Pontificia Comisión Bíblica, y por supuestísimo que tampoco Congregación para la Doctrina de la Fe, nombre actual del antiguo Santo Oficio, evolución a su vez de la Santa Inquisición. Mas a pesar de ello parecen estar más “vacunados” que los católicos frente al maremoto de las heterodoxias y herejías que tienen a la Iglesia católica “hecha un cristo”, nunca mejor dicho.idem supra

Me parece a mí.


2 de enero, 2015. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social.

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