Todo el itinerario seguido por la pareja homosexual española formada por el transexual ultrahormonado Diego Neira -ultrahormonado para "avaronizarse"- y la (presunta) andaluza Macarena ha coincido con al menos 5 casos de que tengo constancia protagonizados por fieles católicos que le han escrito cartas al Romano Pontífice, ni que decir que no contestadas. Yo conozco 5 casos (adrede escrita la cifra), ¡imaginémonos la cantidad de miles de cartas escritas al Papa por fieles católicos entusiasmados con Cristo y con su Iglesia, misivas que no han merecido empero respuesta alguna del que debiera ser el pastor de todos pero especialmente de los católicos empeñados en ser fieles hijos e hijas de la Iglesia!
¡Francisco prefiere aplicar su confusa y pasada de rosca misericordia sin sentido de la justicia de Dios, con una pareja de lesbianas! Todo lo que rodea este caso hace suponer casi con total certeza que el papa Bergoglio no los confirmó en la fe de la Iglesia, en la doctrina tradicional católica sobre la homosexualidad. Y esos 5 católicos que yo conozco -repito, ¡imaginemos por un momento los miles y miles que tiene que haber, es una cuestión meramente de números!-, si de verdad siguen confiando en una respuesta del Papa a sus respectivas cartas es que esperan como quien a Godot espera, y el que espera no raramente desespera...
Por supuesto que las personas merecen respeto por el hecho ontológico de ser personas, ya sean homosexuales, ladronas, bandoleras, pobres de solemnidad, lo que sean. Pero la medida de ese respeto, de ese afecto hacia el pecador, de esa acogida al otro, nos la da siempre Cristo: "Mujer, ¿dónde están ahora los que querían condenarte? Anda, yo tampoco te condeno; vete en paz, y no peques más".
Vaya tribulación la de la Iglesia en estos tiempos de brutal apostasía de la fe. Muchos católicos hoy día (obispos, sacerdotes, seglares, monjes, monjas, religiosos, religiosas...) descreen de Cristo y de la Iglesia y solo "creen" en su negocio: puesto de trabajo, fama, prestigio, poder, estatus, voluntad de dominio... Tibios, apóstatas, mundanos, burócratas antimilitantes, antinatalistas, advenedizos, mediocres políticamente correctos y similares pueblan casi todos los rincones de esta Iglesia mortalmente atribulada.
4 de octubre, 2016. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de Humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social.
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