He escuchado de nuevo este vídeo, ya conocía el contenido de “Carta abierta del Dr. Galat al papa Francisco”.
Considero que aunque lo mejor para la paz en Colombia fuese -o hubiese sido- el sí a ese plebiscito firmado por el actual Gobierno presidido por Santos y las FARC (es un suponer, una hipótesis), el Papa no está para dar consejos a nadie sobre tales cuestiones civiles, democráticas, seculares, o sea, políticas; esta autonomía de las cosas temporales, vuelta a señalar el magisterio del Concilio Vaticano II, es propia de la conciencia de cada ciudadano o ciudadana; el Papa está para confirmar en la fe a los católicos.
Valoro mucho el espacio “Un café con Galat”, óptima plataforma de evangelización a cuyo frente aparece el Dr. Galat, desde el país cafetero. Es de lo mejor que conozco hoy por hoy en cuanto a análisis audiovisuales de la realidad actual de la Iglesia. Y también me llama la atención que el ya muy sabio y curtido en mil batallas Dr. José Galat se refiera a Bergoglio como “papa Francisco o santidad”, con lo cual lo está reconociendo como Papa, pero sobre todo está demostrando que no es católico sedevacantista.
Está bien, lo celebro. Y aquí quería yo llegar, para lo cual planteo que acaso haya una única cuestión decisiva en todo este asunto, a saber, el papa Francisco es ya indiscutible a estas alturas que comete o consiente por activa y por pasiva, por escrito y oralmente, cientos de heterodoxias, errores, ambigüedades… Entonces, así las cosas, ¿es Francisco el Papa? Como ensaya el italiano Antonio Socci -autor tan querido en este sitio En Cristo y María-, ¿es Francisco o no es Francisco el actual Vicario de Cristo? Si no es el Papa (legítimo), ¿hacemos bien en llamarlo Santidad, Santo Padre…? Si no lo es y empero seguimos llamándolo, por respeto o por cuestión de costumbre o por lo que sea, “papa Francisco, santidad Francisco”, etcétera, ¿hacemos bien?, ¿caemos en un craso error?, ¿hacemos el ridículo?, ¿apoyamos su herejía?, ¿nos situamos fuera de la comunión debida con la Iglesia…?, ¿nos hacemos cómplices de sus desatinos?
Hay autores muy instruidos, bien informados, y sin duda muy críticos con el pontificado de Jorge Mario Bergoglio, que no obstante se refieren a este como “papa Francisco” cuando lo nombran directamente, o incluso no es raro que alguna vez se dejen caer con un “el actual Romano Pontífice” cuando se refieren a Francisco desde un estilo discursivo no directo. Pienso, pongamos, en el también italiano Sandro Magister. Entonces, ¿cabe seguir refiriéndose a Jorge Mario Bergoglio con el título de “papa Francisco, santidad Francisco, Santo Padre”, etcétera, aunque no tengamos del todo claro si es el Papa legítimo? ¿Si sospechamos que no lo puede ser porque es un hereje, en verdad tenemos que aceptar que sí es el Papa porque hasta la fecha al menos no ha incurrido en lo que se considera propiamente herejía “formal”?
Y sobre todo un seglar, como es mi caso, ¿incurre en una intolerable o inadmisible falta de respeto hacia el que es en teoría el Papa, o sea, también “su” Papa, por plantear por escrito y hacer públicas estas dubitaciones?
No hay comentarios:
Publicar un comentario