miércoles, 7 de agosto de 2019

Españoleeee, que viene la derecha!"




Yo no hice la mili; me declaré objetor de conciencia; entonces era muy activista, tal vez bastante perroflauta y toda su añadidura (llegué a barajar incluso la opción de la insumisión, encandilado por el testimonio de algunos curas muy jóvenes y muy progres que a la sazón me flipaban; pero me acojoné al final, no fuera a ser que acabara con mis huesos presos en el Salto del Negro); no sé ni disparar con una escopeta de balines (así llamamos en Canarias a las escopetas de aire comprimido); siempre he visto a los militares como personas muy graves, distantes, autoritarias, reaccionarias, super de derechas, por más que nunca ignoré, claro que no, la existencia de militares de ideología izquierdista y aun marxista… 


De modo que la confidencia que acabo de expresar, con los años se ha convertido en la total comprensión y certeza de algo tan elemental y de Perogrullo como que también entre los militares en España, sin ir más lejos, pero sin duda como en todas partes del mundo, hay de todo, y entre ese de todo hay por desgracia militares de alta graduación que se declaran podemitas, por ejemplo, por increíble que parezca, ¡podemitas!, échale hilo a la cometa.


Así pues, lo anterior también quiere decir que ahora me puedo sentir próximo a militares que además parecen tan buenas personas, por católicas, patriotas e identitarias, como el protagonista de una entrevista realizada por el brillante periodista y sobre todo católico militante Javier Navascués (presente en diversos foros católicos, impulsor del sitio digital Hispanidad Católica -escribo el nombre del sitio "desdigitalizándolo"-), militar que no es otro que el señor Paco Bendala, teniente coronel ya retirado del Ejército español y además director de El Español Digital y colaborador de El Correo de Madrid.


Y sí, sin duda, varias veces lo reconoce nuestro teniente coronel en la muy interesante entrevista publicada por ese ·tan necesario sitio llamado El Español Digital: España se ha convertido, en buena medida por culpa del PSOE, de la PSOEZ (no lo olvidemos: el partido más corrupto y cleptómano de cuantos ha habido en la historia de España, el mismo, sí, que nos llevó a la Guerra Civil porque "la vamos a ganar de calle y así acabaremos aplastando a la derecha"), en una cloaca de inmundicia moral, «a la que ya no la reconoce ni la madre que la parió», según tristemente célebre cita del ínclito Alfonso Guerra, ese personajillo seudointelectual que, aunque ultracorrupto y enriquecido con la política, aun se permitía su cínico y demagógico «Españoleeee, que viene la derecha, a votar todos por la PSOE, el partido de los descamisados».Resultado de imagen de ejercito español


¡El partido de los descamisados!, mentía el nota, será cretino, qué asco. El partido del Doctor Cum Fraude, o sea, Falconetti, como lo llama Federico Jiménez Losantos, vamos, el Usurpador, que así le dice el incombustible y siempre necesario Luis Pío Moa; y por su parte Enrique de Diego, que tiene muchos pelos por todo su cuerpo menos en la lengua, lo ha llegado a llamar "macarra y chulo puta". ¡El partido del ínclito Eligio Hernández, quien tiene la poca vergüenza de considerarse católico y a la vez admirador, gestor, administrador institucional y no sé qué más del ignominioso legado del socialista Juan Negrín, uno de los más refinados ladrones de Estado que ha conocido la historia de España! 


Miserables corruptos todos, traidores al Dios Uno y Trino, a la Iglesia y a España, al Reinado Social de Cristo.


Porque sí: tal es el drama que se vive actualmente en España, sumida en una crisis que es política, económica, moral, antropológica y religiosa, que incluso los que o bien por edad o bien por trayectoria social y militante nunca hemos estado en las filas de la filiación franquista, no descartamos la idea -que es como un sueño de nitidez, de esperanza, de afirmación de fe...- de que solamente un príncipe católico podría en verdad salvar a España de la debacle que la asola por causa del relativismo, el feminismo supremacista, el paganismo, el vacío axiológico y existencial, la secularización, la descristianización, el globalismo al servicio de los postulados e intereses del Nuevo Orden Mundial (Club Bilderberg, Plan Kalergi...), el absurdo y estúpido animalismo...


Pero claro, soñar siquiera con esta posibilidad es un sueño subversivo totalmente prohibido en el marco legal de nuestra democracia: 40 largos años de intoxicación y tergiversación de la verdad histórica vertidas sobre el legado del franquismo pesan como una losa y ...


Y que no, que no se puede: ¡El progresismo no lo permitiría! ¡El antifranquismo de todos los que se sienten directamente represaliados o herederos de tantos otros represaliados por la dictadura franquista, durante 40 años de exilio, penalidades, etcétera, no lo permitiría! 


De manera que igual no nos queda sino conformarnos con esta democracia basada en una Constitución gestada de espaldas a Dios, según lamentan cada vez más autorizadas voces. Total, como que acaso esta democracia burguesa, mangoneada por indeseables de la catadura moral de Pedro Falconetti Sánchez (más podemitas, separatistas y nacionalistas varios), acabará llevando a España a su ruina, probablemente, pero al menos lo hará desde la legalidad de las instituciones y órganos democráticos, ¡ahí es nada!, ¿no te gusta?, toma dos tazas.


En fin: será que quien no se consuela es porque no quiere.   



12 de agosto, 2019 (revisado y ampliado el 5 de octubre de 2019). Luis Henríquez Lorenzo: profesor de Humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social.
"Hijos putativos de Carlos Marx"




Desde luego, mejor que el término ecologista sería el término animalista para nombrar a toda esa caterva de alucinados desalmados (sin alma; bueno, perdón, con el alma dormida, aletargada, anestesiada por la atmósfera mundana y de apostasía imperante) y descerebrados que criminalizan toda la que ha sido hasta ahora milenaria relación del hombre (varón y hembra) con los animales (caza, pesca, ganadería, pastoreo, apicultura, faenas de carga y descarga, montura, silvestrismo, canaricultura, colombofilia, colombicultura, peleas de gallos...), y proponen a cambio una falsa, absurda y necia compasión del hombre hacia estos últimos.


Aunque el concepto compasión es netamente humano porque se aplica a la capacidad de libertad, de amar y de conciencia moral del hombre, el animalismo intenta apropiarse (usurpar) de conceptos como el referido de compasión, y lo cierto es que en tal intento va pareja la penitencia, digo el desastre: se deshumaniza al hombre (varón y hembra) y se acaba personalizando al animal. De modo que ciertamente se pone en circulación una visión idealizada a lo Walt Disney de lo que es la naturaleza, que en todo caso pasa por ser una realidad creacional en la que impera la ley del más fuerte: el pez más grande se come al más chico, los felinos a los herbívoros, las águilas y halcones a los roedores…Mas con todo, de qué extrañarse, si el animalismo es hijo putativo de la noción marxista de lucha de clases: el «sujeto» explotado sería el mundo animal, y el «agente» opresor, el hombre. Nada nuevo bajo el sol.



Por lo demás, lo más ignominioso de esta movida es que los adalides del animalismo son, en el 99% de los casos, también feministas supremacistas, o sea, abortistas, antifamilia tradicional, antinatalistas, ultralaicistas, perroflautas, globalistas, ateoides, proinvasión migratoria, anticatólicos, partidarios de la ideología de género, abanderados de las movidas LGTBIQ… 



En definitiva: el ser animalistas (supuestamente compasivos y respetuosos con los derechos de los animales) no les impide el apoyar todas las medidas anteriores expuestas que son las que han convertido España en una cloaca de podredumbre moral, en una sociedad radicalmente enferma de materialismo, nihilismo, individualismo, relativismo y hedonismo.Resultado de imagen de animalismo


Reconozco que puedo parecer muy crítico o tal vez injusto con el movimiento animalista y que hasta pudiera parecer que soy insensible hacia el mundo de los animales. Sin embargo, modestia aparte considero que sin ser o tener que ser un dechado de virtudes y bondades para con los animales sí que soy un hombre joven normal, sobre todo católico, y que los trata, a los animales, como se debe tratar a un animal: sin maltratarlos ni causarles daño alguno innecesario, sin ningún sadismo hacia ellos, pero en todo momento sin perder de vista que el animal es un ser vivo «esencial y cualitativamente distinto del hombre, porque Dios no ha creado a los animales a su imagen y semejanza, solo ha creado al hombre, varón y hembra, a su imagen y semejanza, con vocación a la vida eterna, con lenguaje articulado, con inteligencia racional, con alma inmortal, con sed de Dios…»


Solo el hombre busca a Dios, solo el hombre tiene sed de eternidad, sed de infinito, sed de Dios…Ninguna especie animal busca a Dios, manifiesta sed de Dios, salvo la especie humana, el Homo sapiens sapiens. Solo que me temo que este dato importará un comino a los adalides teóricos del animalismo y a todas sus tropas de intransigentes y totalitarios peones de la causa, capaces algunos de ellos de alegrarse de la muerte en la plaza de un torero, de las heridas a veces mortales provocadas por la actividad de pesca y caza en algunas personas practicantes de tales seculares modalidades deportivas (más que deportivas: la pesca y la caza atesoran seculares valores culturales, antropológicos, éticos, humanos, cinegéticos, medioambientales, filosóficos, económicos, lúdicos…), de la muerte por cáncer de un niño que soñara con ser torero, del suicidio por inorillables problemas personales de la joven y muy guapa cazadora española Mel Capitán…


A decir verdad, estos animalistas (muchos de los cuales no tienen ni pajolera idea ni experiencia alguna de lo que es la vida rural) son tontos útiles del gran proyecto de ingeniería social puesto en marcha por el muy masónico y sionista Nuevo Orden Mundial: subvertir todos los fundamentos de la civilización cristiana en aras de la vertebración o gestación de un mundo sin patrias, sin fronteras, mestizo, multicultural, con una única religión mundial sincretista…


Ahora que si queremos reírnos de las alucinadas de algunos de estos animalistas, pues lo tenemos a huevo, nunca mejor dicho: en estos días una pareja de mujeres jóvenes españolas (por lo demás, ningún animalista que se preciara les impediría ser pareja de lesbianas) adscrita a tan pintoresca ideología, han hecho viral en las redes un vídeo en que aparecen estallando contra el suelo huevos de gallina, "porque estos huevos son de ellas y les pertenecen, los humanos no tenemos ningún derecho a comernos estos huevos de ellas". Y "además" -continúan explicando en el vídeo-, "de hecho las hemos separado de los gallos, para que estos no las violen (sic), de modo que los huevos no tienen galladura, porque nosotras lo que pretendemos es que estas gallinas tengan la mejor vida posible, la más digna vida posible".


Ahora hay que respirar hondo y hacer un minuto de silencio (y no por las gallinas, claro, que al fin y al cabo cuando mueran, si es que no acabaron sus días en el estómago de algún humano, irán al pudridero, no al campo santo): en Irak, se teme que en cuestión de varias décadas pueda no quedar ni un solo cristiano; en México, las llamadas Brigadas de Autodefensa marcan en la espalda con hierros al rojo vivo, como si se tratase de ganado, a presuntos o reales autores de crímenes.


Me duele ser hombre, poetizara Pablo Neruda en su Residencia en la tierra. Y a mí me duele, y me indigna que estas animalistas utilicen los pronombres no de la manera magistral como los empleó nuestro genial Pedro Salinas para cantar con encendido optimismo el amor de la pareja humana ( "¡Qué alegría más alta: vivir en los pronombres!"), ¡sino de manera tan zafia y vulgar para nombrar a unas cochinas gallinas, coño! ¡Más putas que las gallinas, afirma la sabiduría popular, y estas muchachas animalistas las apartan de los gallos para no ser violadas por estos (sic)! ¡Mundo de locos, Dios, pretender que los gallos no ejerzan su virilidad, qué imbecilidad líquida o espesa! ¡Un poco de por favor y de respeto al menos a nuestra gramática, que normativiza que los llamados pronombres personales deben ser usados para referirse a las personas! 


Con todo, no seré menos hombre aunque sí pudiera parecer no tan gramatical ni poético ahora en este giro si les confieso que ahorita mismo siento unas enormes ganas de zamparme un par de huevos fritos, o de yemas batidas con azúcar integral y gofio, para chuparse los dedos, antes de que se me salten las lágrimas.


27 de agosto, 2019. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de Humanidades, escritor, educador, bloguero, militante social.

domingo, 4 de agosto de 2019


"Sobre el doble significado y unitario de la sexualidad humana"





Aunque la cuestión disputada ha vuelto a ponerse de rabiosa actualidad en la Iglesia merced a documentos del papa Francisco (cfr. Amoris Laetitia, por solo citar una de las principales fuentes generadoras de la controversia), como principio fundamental e inamovible de la doctrina moral católica (cfr. Catecismo de la Iglesia católica, encíclica Humanae Vitae de Pablo VI, Fides et Ratio, Donum Vitae y Veritatis Splendor de Juan Pablo II, etcétera), recordemos que el acto conyugal con que se entregan los esposos, de manera incondicional y para siempre, tiene un doble sentido o significado que debe quedar a salvo: el procreativo y el unitivo. Procreativo significa que debe quedar abierto a la posibilidad de una nueva vida; lo de unitivo pone el acento en la dimensión de reforzar el amor entre los esposos mediante la sexualidad conyugal, que expresa el don de sí de los esposos: para siempre, abierto a la vida.

(Ojo, una advertencia: he nombrado a Jorge Mario Bergoglio como papa Francisco porque, oficialmente, en efecto es el Papa. Y a este todo fiel católico le debe una fidelidad especial, porque es el vicario de Cristo en la tierra, es el dulce Cristo en la tierra. No en vano, los protestantes durante mucho tiempo han tildado con desprecio a las católicos de papistas, como queriendo dar a entender -sin ninguna base escriturística, por supuesto, ni teológica ni eclesiológica- que precisamente esa especial adhesión, fiel y obediente, de los católicos a la figura del sucesor de Pedro los alejaba del espíritu del Evangelio; nada más lejos de la verdad. No obstante si, como sostienen no pocos, el Papa sigue siendo Benedicto XVI, a quien en tal caso o supuesto habrían dado un golpe de estado hasta obligarlo a presentar una renuncia que, al cabo, se ha comprobado inválida de forma -con lo cual Benedicto XVI seguiría siendo legítimamente el Papa, además secuestrado en el Vaticano, en verdad el katejón que anuncia y al tiempo retrasa la venida del Anticristo...-, tal vez sí, tal vez no; pero yo no soy autoridad en la Iglesia para pronunciarme con certeza plena sobre este asunto. Siendo Internet hoy por hoy un hervidero de páginas digitales, sitios, voces y bitácoras que plantean o bien una ilegitimidad de origen o bien de oficio en Francisco, consecuentemente conozco de todo esto desde mi condición de aficionado a la apologética católica, y como bautizado que en todo momento ha de estar dispuesto a dar razón de su fe -cfr. 1 Pedro, 3,15-. No estoy tan desinformado como para ignorar, a estas alturas -luego de casi 7 años de "escandaloso, penoso, heteredoxo y blasfemo ejercicio del poder petrino", que diría el argentino Dr. Antonio Caponnetto, y que de hecho dice, y no solo él sino cada día que pasa más personas cualificadas en la Iglesia-, toda la perplejidad y la muy creciente contestación que se levantan en torno al pontificado de Jorge Mario Bergoglio. Mas si resulta que en la actualidad de la Iglesia hay obispos y cardenales estimados por su celo pastoral y su ortodoxia católica que se refieren a Bergoglio como papa Francisco y por ende lo reconocen como el legítimo y único sucesor de Pedro en estos momentos -verbigracia, los cardenales Mühler, Robert Sarah y Walter Brandmüller, el obispo Atanasio Schneider, o en España José Ignacio Munilla y Juan Antonio Reig Pla, a quienes considero dos de nuestros mejores obispos de la actualidad-, ¿quién soy yo, simple seglar del montón, para lanzar la sentencia, con todo el respaldo teológico y canónico pertinentes, de que estamos ante un falso papa? Desde luego, lo que no puedo pasar por alto -tal vez no deba tampoco- es que bastante de lo que Francisco dice, predica, hace y hasta deja de hacer tiene de católico lo que yo de chinoparlante -ni falta aclarar que tengo poquito de políglota, pues solo chapurreo muy malamente inglés y francés-. Pero nada más, toda vez que si los pastores de la Iglesia no lo hacen, de suerte que ellos -nos consta- son los responsables de tomar decisiones de tamaña envergadura en la Iglesia y son por ende los únicos que podrían tomar en firme y en vinculante una decisión al respecto de lo que aquí y ahora solo comentamos de pasada, o siquiera iluminar al muy desconcertado en estos momentos Pueblo de Dios, ¿quién soy yo para hacerlo?)  


Así que tengamos la fiesta en paz y volvamos, así pues, al curso del apunte sobre teología moral. Estábamos con que la doble dimensión del amor conyugal debe respetarse ”a la par”, al unísono, de modo que no cabe interferir con métodos de barrera o artificiales en la generación de una posible nueva vida. De ahí que la Iglesia rechace los métodos anticonceptivos, cuyo uso es siempre ilícito, inmoral, incluso en el supuesto de que los esposos reflexionen así: ”Los usamos en el seno de este matrimonio nuestro porque el marco de nuestra fidelidad es justamente nuestra alianza matrimonial: nos queremos, somos fieles, ya hemos tenido hijos, no hemos estado cerrados al don de la vida, reconocemos que el necesario abrazo conyugal fortalece nuestro amor... Podemos entender como pareja que no son exactamente el ideal, solo que nuestra referencia, desde la que cobran toda su razón de ser estos métodos anticonceptivos que excepcionalmente usamos, es el amor y la fidelidad que nos profesamos”. Pero no: ni siquiera una reflexión de este tipo legitimaría el uso de métodos anticonceptivos, pues un acto de suyo contraceptivo es un mal en sí mismo, objetivamente, y no cabe procurar un mal moral al objeto de buscar un bien o un supuesto bien.

Por otra parte, cierto que hasta el Concilio Vaticano II la insistencia de la doctrina moral católica se centró en la dimensión de la procreación, dejando a un lado la dimensión amorosa y unitiva. Solo a la luz del Concilio Vaticano II y especialmente gracias a la teología del cuerpo de Juan Pablo II, la dimensión unitiva o amorosa de la sexualidad humana pasa a un primer plano, de veras en pie de igualdad con la dimensión procreativa.

A decir verdad, no faltan autores que, no sé si seguidores de una línea muy neotomista o algo así (tal vez escolástica, no alcanzo a comprender del todo este aspecto) se muestran críticos con el acento que en las últimas décadas la Iglesia ha ido poniendo en la dimensión unitiva o amorosa de la sexualidad humana. Argumentan que si se pone el acento en ese aspecto, que es indudablemente subjetivo, se corre el riesgo de minusvalorar el aspecto inequívocamente procreativo de todo acto sexual (aspecto incontestablemente objetivo), con lo cual quedaría abierta la puerta a la mentalidad anticoncepcionista, completamente extendida hoy en la mentalidad imperante.

Podría ser: doctores tiene la santa madre Iglesia que quieran y sepan dilucidar estos espinosos asuntos. Con todo, a mi juicio una correcta lectura de la teología del cuerpo de Juan Pablo II no nos llevaría a ningún reduccionismo: ambos significados del acto sexual humano, que deben no separarse artificialmente (el procreativo y el unitivo o amoroso), quedarían en total armonía.

Asimismo, no es este el espacio para dilucidar si en efecto hay un cambio de mentalidad o perspectiva en la teología moral de los papas anteriores al Vaticano II con respecto a los papas posteriores a dicho acontecimiento eclesial (además, tal empresa escapa a mi competencia teológica), de manera que nos baste señalar que en efecto en la teología moral de alguien como Juan Pablo II se insiste, tal vez por la adhesión del filósofo Woytila a los postulados del personalismo comunitario y de otras corrientes filosóficas modernas, en la dimensión unitiva o amorosa del acto sexual humano, sin olvidar, en modo alguno, la dimensión procreativa, en tanto en los documentos de teología moral de papas inmediatamente antecedentes como Pío XI o incluso Pío XII, el acento se pone en lo procreativo. (A decir verdad, ya en Pío XII hay un cierto giro o cambio de agujas en pro de la dimensión amorosa o procreativa del acto sexual conyugal, cambio que en su momento suscitara críticas y suspicacias hacia el magisterio papal entre algunos sectores comúnmente considerados decantadamente tradicionalistas.)

Pero en definitiva, también bástenos con que de la teología moral que se desprende de encíclicas como la Humanae Vitae de san Pablo VI o la Donum Vitae de san Juan Pablo II, la hipersexualización actual (separación de sexo y amor, de sexo y procreación, de sexo y conyugalidad, exaltación del vicio contra natura de la sodomía, etcétera) queda totalmente deslegitimada.

Y también queda deslegitimada la mentalidad antinatalista que hoy día es mayoritaria, incluso entre la mayoría de los pocos jóvenes católicos que aún frecuentan los sacramentos: como que las familias numerosas de 3 o más hijos prácticamente han desaparecido de entre las generaciones más jóvenes en nuestra España actual, palmaria constatación que le lleva a uno a sospechar -acaso malpensado que es uno- que la gran mayoría de las parejas y matrimonios formados por bautizados católicos no se toman lo que se dice muy en serio la sin duda exigente moral sexual conyugal que sigue proponiendo la Iglesia.

España es un desierto demográfico, pero ni con estas: la cultura de la muerte, el relativismo, el hedonismo, el egoísmo, la destrucción de la familia llevada a cabo por sociatas, podemitas, perroflautas y resto de enemigos del Dios Uno y Trino, de la Iglesia y de la patria, nos han traído a este drama. A esta ruina.

Y lo que nos queda: cuatro años más de Pedro y Pablo (ya se sabe, y el uno y el otro también lo deben saber, que se les empieza a llamar los Picapiedras Pedro y Pablo) en el Gobierno de la nación, van a ser más de lo que hasta ahora multiplicado por dos, por tres... Más laicismo, más aborto, más memoria histórica sectaria y guerracivilista, más relativismo (dictadura del relativismo la denominó certeramente nuestro querido Benedicto XVI), más crisis económica, desempleo y políticas clientelistas, más globalismo o multiculturalismo con toda su carga como inevitable de migración sin control (el NOM manda, por supuesto, el Plan Kalergui...), más nepotismo (todo queda en casa: se reparten cargos, ministerios, puestos y prebendas en función de "ser pareja de", "amigo de", "expareja de"...), probablemente una ley de eutanasia, más nuevos ricos que no han dado casi un palo al agua en su vida y que en pocos años han transitado del duro asfalto de pasar por descamisados habitantes de núcleos poblacionales de la clase trabajadora a ser casta (menuda jeta la de estos individuos e individuas, desvergonzados vividores que gozan de las mieles de la buena vida burguesa y capitalista en tanto siguen predicando contra el capitalismo opresor y bla bla bla, y asimismo siguen queriéndonos vender la burra de las excelencias del socialismo en cualquiera de sus apellidos: chavista, bolivariano, castrista, socialdemócrata..., todos la misma patraña, el mismo cuento, la misma mentira), más feminismo supremacista, más desierto demográfico...


Desde luego, parafraseando una cita de uno de los teólogos progresistas por antonomasia, tal vez el que más, el gran maestro de entre tales teólogos y tendencias eclesiales más o menos contestatarias (nos referimos al alemán Karl Rahner), para soportar todo esto, esta desvergüenza de una clase política sin moral ni escrúpulos y sin convicciones o principios que merezcan tal nombre y sí preferentemente dispuesta a traicionar y mentir con tal de aferrarse al poder (dinero, prestigio, placer, buena vida burguesa...), para soportar este laicismo beligerante y por decreto, el cristiano o es místico o no podrá mantener a flote su fe, ante tanto embate agresivo de fuerzas tóxicas, demoledoras y enemigas. O es místico en el seno de una España que se adivina, para los próximos años de Frente Popular II, aún más beligerantemente anticatólica, o no podrá repetir al final de sus días en este mundo con 2 Timoteo 4,6-8: " Para mí ha llegado la hora del sacrificio y se acerca el momento de mi partida. He combatido el buen combate, he terminado mi carrera, siempre fiel a la fe. Por lo demás, ya me está preparada la corona de los santos, con que me premiará en aquel día el Señor, justo juez; y conmigo la recibirán todos aquellos que anhelaron su venida gloriosa."    


13 de enero, 2020. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de Humanidades, educador, bloguero, escritor, militante social.

jueves, 1 de agosto de 2019


"¿No hay más cera que esta?, ¿estos son los mimbres?"




Con independencia de las exigencias de VOX con vistas a dar su apoyo a la candidata pepera Isabel Díaz Ayuso, lo que me interesa considerar es el perfil de la candidata del PP a presidir la Comunidad de Madrid.




Una mujer que se declara agnóstica, partidaria de las movidas LGTBIQ, de la ideología de género, del feminismo supremacista, del aborto, de cualquier modelo de convivencia de pareja al que sin ser familia propiamente se le llame familia...



Desde luego, dan ganas de llorar. Yo que he estado varias décadas de mi vida en organizaciones militantes de izquierdas (a la izquierda del PSOE, por supuesto), desde que era adolescente hasta anteayer mismo, como quien dice, ahora descreo de todas esas movidas radicalmente perrofláuticas, globalistas, anticatólicas... Por esto, se me queda el cuerpo como traspuesto y más que el cuerpo el espíritu y a decir verdad sobre todo el alma desangelada, se me queda desangelada.Resultado de imagen de isabel diaz  ayuso


Y sí, se me queda una voz como exclamando muy desde dentro, desde el hondón de esa alma: entre la altura moral de una figura de "extrema derecha" como Blas Piñar (católico de Santa Misa y Rosario diarios, orador incomparable, padre de 8 hijos, abuelo y bisabuelo de más de 100 retoños, hombre muy sabio en teología y en historia de España, patriota desde la cuna a la sepultura...) y la bajura amoral de una figura de "extrema indecencia ideológica" como Isabel Díaz Ayuso, no hay color. No puede haberlo.


Ahora que vengan todos los endilgadores de sambenitos y etiquetas con sus mantras archimanidos y tan gastados por el abuso: "Facha, neofranquista, fascista...".


Me la suda.


1 de agosto, 2019. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de Humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social. 

martes, 30 de julio de 2019

"Desde la sinrazón del animalismo, pobre España nuestra"



España, camisa blanca de mi esperanza...


Cecilia (cantautora)



Menudo desalmado y descerebrado es el Falconetti este, también llamado Pedro Sánchez.

Acabar con el sufrimiento animal, promete este corrupto, fraudulento y traidor (el incombustible economista Roberto Centeno lo llama "el indigente mental de Pedro Sánchez"), mientras se empeña día tras día en aumentar el sufrimiento de todos los españoles de bien a base de más aborto, más sectaria Ley de Memoria Histórica, más inmigración invasiva (Plan Kalergi, Club Bielderber, Nuevo Orden Mundial masónico, sionista, neomarxista…), más feminismo supremacista, más globalismo, más guerracivilismo, más amenazas a la unidad de España por causa de los pactos con los separatistas, más impuestos, más laicismo, más descristianización, más multiculturalismo, más ideología de género, más desmantelamiento del Estado del Bienestar, más colapso de la economía española…Resultado de imagen de animalismo

Solo un desalmado y descerebrado como el Pedro Sánchez puede tomarse en serio los delirios de los animalistas (también los podemitas, los de EQUO y similares se los toman en serio, al tiempo que exigen aborto libre y gratuito) aun al precio de seguir destruyendo España.

No solo es que son enemigos del Dios Uno y Trino y de su Iglesia, y de la patria, todos estos sociatas, podemitas, comunistas y resto de perroflautas, es que son enemigos del mundo rural todo, al asumir las delirantes y estúpidas tesis del movimiento animalista.


Y todo esto que ocurre mientras el PSOE sigue siendo lo que del mismo escribe el muy combativo periodista Javier García Isac en su artículo "PSOE: 140 años de odio, corrupción, cobardía y crimen" (Rambla Libre, 27/07/2019), del que me permito extraer el siguiente párrafo:

Los socialistas no solo tienen una historia cargada de odio, corrupción, cobardía y crimen, lo tienen de mentirosos y tergiversadores. Cada uno se enorgullece de lo que quiere o desee, pero es nuestra obligación no permitirles colgarse medallas que no les corresponden. Lo último, apropiarse del voto femenino en este país, precisamente ellos que se opusieron con todas sus fuerzas al empoderamiento de la mujer, por considerarlas “tontas” al entender que estas solo hacían caso de sus maridos y de los curas. Siempre los curas al final de todo, quizá esa fuera la justificación de la persecución religiosa iniciada por ellos y que les llevó a asesinar a mas de 7.000 religiosos, entre obispos, sacerdotes, monjas y frailes, aparte de los miles de crímenes cometidos contra aquellos seglares que profesaban la religión católica.  En un país moderno y civilizado, el PSOE estaría o bien ilegalizado o bien no tendría ningún tipo de aceptación, sería una organización residual con un mínimo de adeptos. Su existencia como partido mayoritario de la izquierda española, lo representarían otras siglas no ligadas al pasado más tenebroso de la reciente historia española. Este país necesita una segunda y verdadera transición, donde las siglas del odio como PSOE, PCE, PNV O ERC den paso a otras formaciones modernas y civilizadas, alejada de los crímenes que cometieron y del odio que destilan.


1 de agosto, 2019. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de Humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social.