sábado, 1 de junio de 2013

"¿Por qué un sí incondicional al papa Francisco frente a un sí condicional a Berty Russell ((XXXI)"

El testimonio de los SANTOS, para la espantosa crisis que asola esta IglesiaHa predicado el Papa, en su homilía dicha esta mañana, en la misa celebrada en la Casa de Santa Marta, que la Iglesia es la familia de Jesús, y que los cristianos no deben experimentar vergüenza de manifestarse como cristianos ante el mundo, por cuyo espíritu (mundano) no deben dejarse atrapar, y sí por el "escándalo de la Cruz", así que se vaya evitando la tentación de conformarse con ser cristianos tibios, sociales, razonables.


Ni puedo ni quiero ni debo llevarle la contraria al Papa: enseña la verdad del Evangelio. Sin embargo, mi perplejidad de siempre: ¿Por qué la Iglesia está saturada de trepas, arribistas, burócratas, mundanizantes, mediocres, figurones, antinatalistas y meros enchufados que muy poco o nada arriesgan en el camino de la fe?

A mí la hipocresía eclesiástica me ha arruinado la vida; y con ser esto grave, no es tan grave como el hecho de que la predicación del Papa (sus deseos de impulsar la nueva evangelización, su deseo de una Iglesia pobre y para los pobres...) no se corresponde con lo que abunda en la Iglesia hoy día.


Y yo lo que aprecio es que todo sigue igual: yo llevo cultivando una espiritualidad de conversión o militante desde hace 25 años, desde la fidelidad al Magisterio, y he ido acumulando una cierta cultura interdisciplinar (filosofía, teología, arte, cine, personalismo comunitario, historia de la Iglesia, historia de los movimientos sociales, filología...), y renuncié a mi trabajo tras ingresar en el Seminario Diocesano de Canarias, y sigo creyendo en el matrimonio cristiano militante (acaso una de las razones de no haberme podido casar: es muy difícil encontrar en España una chica joven deseosa de tener hijos según el plan de Dios, y de ser conyugalmente espiritual y solidaria, etcétera), y empero aunque he pedido ayuda y ayuda y comprensión a un montón de autoridades eclesiales, no he obtenido más que indiferencia, desprecio y rechazo.

Pero claro: como insiste en enseñarnos el papa Francisco, los cristianos debemos estar alegres a pesar de las desgracias, las injusticias, los contratiempos, la desgana, los múltiples sinsabores de la vida...

Ya... En fin. Sea.


Luis Henríquez. 1 de junio, 2013.

"De golondrinas y de flores: es el amor que pasa (XI)"


29/4/2009



Buenas tardes, Cándida Sofía, saludos, ¿estás bien?:



La Esposa de Cristo, el dulce EsposoTe confiaré que en general me he dado a considerar que no puede estar en Cristo quien no está en su Iglesia, porque Cristo es el Esposo y la Iglesia (santa y pecadora, muy santa y muy pecadora; nadie sensato debería negar esto) es la Esposa, precisamente por voluntad de Cristo Jesús.


Que la Iglesia ha cometido innúmeros atropellos, indudable; sin embargo, también ha propiciado innúmeras obras de misericordia, apoyo mutuo, justicia social, solidaridad, militancia social... Ahí tenemos como muestra toda una legión, también innúmera, de santos y santas de Dios, estén o no en los altares, de mártires (más de dos millones de mártires cristianos solo en el siglo XX), de familias cristianas... La madre cristiana, por ejemplo, sin ir más lejos, es el centro indiscutible e inamovible de toda la tradición del movimiento obrero, de manera que este no habría llegado a ser lo que fue sin el testimonio de la madre cristiana. Obviamente, hoy la progresía pseudoprogresista y pseudosolidaria presenta a menudo un modelo de mujer y de familia diametralmente opuestos a la solidaridad. Y todos tan contentos criticando a la Iglesia, porque es muy progre hacerlo, políticamente muy correcto (o sea, que yo también seré algo progre o el no sé qué por criticar a la Iglesia, cosa que hago, como sabes, en fin...).

Pero igual, Sofía, muchos secularistas que se molestan por el "tufo" cristiano, ni conocen que grupos de la "defenestrada" Iglesia católica lanzaron hace casi cincuenta años la editorial ZYX, no en vano la más potente editorial obrera surgida en la moderna historia de España, reconocido esto por intelectuales libertarios de la talla de Heleno Saña, entre otros. Sin la presencia cristiana, no se entendería nada del movimiento obrero en España en el último medio siglo. Como no se entendería nada de la solidaridad internacional en estos momentos, pues no en vano alrededor de 300.000 organizaciones católicas trabajan hoy por hoy, indirecta o indirectamente, en la solidaridad con los pobres. Ningún partido político ni gobierno nacional ni sindicato ni asociación alguna puede presumir de contar ni con la décima parte de tal caudal de solidaridad con que sí cuenta la Iglesia católica... 

Por lo demás, hace bien la Iglesia en denunciar la lacra del aborto, pues precisamente la ética de la izquierda real (la real, es decir, la compasiva, no la extraviada por el rollo progre al uso en el que militan progays, profeministas y demás familia) debe empezar por defender la vida del débil, y el débil es en este caso la vida desprotegida del nasciturus. Que fastidia que lo haga y que hoy día sea casi la única que lo haga, pues así de esperpéntico es el panorama actual, qué le vamos a hacer.

Así que ya está bien de chorradas y de mentiras injuriosas contra la Iglesia católica, Sofía, más cuando se auspician y promueven desde plataformas de progresismos recalcitrantes. Y fíjate en que esta queja, querida, la formula o aventura alguien que también critica a la Iglesia (igual me contradigo, no sé, yo soy así, un nido o nudo de contradicciones). 

Nada, niña, saludos.



Luis Henríquez. 1 de junio, 2013.

"Dios protegerá a Beatriz (claro que con el auxilio de los médicos)"



El "dilema" del aborto en el seno de la Iglesia católicaDios escribe derecho con renglones torcidos…


La veinteañera salvadoreña Beatriz (como se sabe, no es su nombre de pila) sobrevivirá, y la criatura que lleva en su vientre no sobrevivirá, porque aseguran los médicos en sus diagnósticos prenatales que el feto sufre tremendas malformaciones que harían prácticamente inviable su vida. Ella ya tiene un bebé de 18 meses, y se ha quedado de nuevo en estado: situación propia de los países del llamado Tercer Mundo, Centroamérica incluida; en Europa, como se sabe, ni las católicas enchufadas en trabajos de la Iglesia -salvo honrosas excepciones, bendito sea Dios- predican con el ejemplo de una generosa apertura a la vida, o de un compromiso de fe militante o de conversión; mientras, alguien como yo que denuncia todo esto y que sufre el puteo-ninguneo de la hipocresía eclesiástica, especialmente, aunque no solo, desde la Diócesis de Canarias, tiene que tratar de estar alegre, de ser un "cristiano alegre" pese a todo, pese a los males e injusticias del mundo, pese a las injusticias, hipocresías e incoherencias de la propia Iglesia (según nos aconseja el papa Francisco).



Pero bueno, lo mejor es que el final de toda esta historia será que la joven mujer y madre Beatriz salvará su vida, y en El Salvador el crimen del aborto seguirá sin tener amparo jurídico o legal.  El papa Francisco está de acuerdo conmigo; perdón por la inmodestia: la opinión que expongo es fiel a la doctrina de la Iglesia al respecto que el propio papa Francisco acoge y enseña.

Si bien, como tantas veces he querido reconocer en mis escritos, a menudo me planteo que para qué, para qué esa fidelidad mía al Magisterio, si resulta que muy poca gente de iglesia manifiesta con hechos, con obras (no debo juzgar actitudes, la conciencia ajena, sagrario que es íntimo e inviolable), fidelidad al Magisterio. Y aun así se ganan la vida en lo profesional gracias a la Iglesia, mientras que a mí me han cerrado todas las puertas eclesiales, me han ignorado, han pasado de mí, me han difamado -y me difaman-...

Debo ser imbécil, amén de muy mediocre cristiano. Buenas noches.


Postdata:

La breve nota anterior la he subido a Atrio, portal mayoritariamente visitado, lo más probable, por católicos progresistas (esto es, católicos contrarios al Magisterio), agnósticos, ateos, feministas y librepensadores. Y empero yo siempre le estoy agradecido a su coordinador Antonio Duato, que noble y amablemente nunca censura mis comentarios, aunque discrepen a veces de la línea "aperturista" progresista de Atrio. 

Reconozco que utilizar el término "crimen" para referirme al aborto puede molestar a mucha gente partidaria del aborto, gente por lo demás solidaria y benemérita. Pero es que de verdad creo que el aborto, aparte de un drama para la mujer que aborta, es eso, truncar violentamente una vida humana. Una vida humana en ciernes, esto es obvio, sin autonomía (tampoco tienen autonomía muchas personas muy ancianas o enfermas y empero las cuidamos). Una vida humana sin apenas conciencia, sin memoria, sin historia personal (intrahistoria, Unamuno dixit), cierto, pero una vida en su fase inicial, y que ha de ser protegida.


Luis Henríquez. 1 de junio, 2013.