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miércoles, 29 de mayo de 2013

"De golondrinas y de flores: es el amor que pasa (X)"


4/5/2009


Las "cruces" en el camino del amor, en el camino de la vidaHola, Cándida, mi Sofía preferida, saludos:



Leo libros metafísicos (dicho así, suena a que leo libros de C. Castaneda, K. Méndez, jejeje), teológicos, filosóficos, literarios, históricos, sobre arte, sobre contenidos sociales, musicales, cinematográficos, sobre cuestiones de actualidad, sobre cuestiones de espiritualidad...

Me gusta leer, aunque lo cierto es que Internet me está quitando mucho tiempo, mucho tiempo que antes dedicaba a otras actividades, entre ellas leer, escribir, hacer deporte, ver cine, escuchar música...

Confío en que te vaya bien. Siempre que pienso en ti pienso en una buena mujer joven -yo te creo buena mujer- soltera en estos momentos, cuando lo cierto es que eres lo que se dicen "un buen partido", es decir, una chica estupenda con la que formar una familia cristiana y tener hijos. Y resulta que DIOS no pone en tu camino a ese hombre que sea tu esposo y padre de tus hijos, y es duro convivir con la realidad de muchas otras parejas y matrimonios en los que uno de los dos o incluso a menudo los dos no son fieles el uno a la otra, o la otra al uno, y no cuidan esa relación y sin embargo ahí los ves cómo pareciendo que les va bien, que avanzan en la vida y hasta cuando fracasan en una relación afectiva enseguida se buscan otra pareja. Y personas como tú, por ejemplo, que viven en el temor de DIOS y que vives ahora la castidad, resulta que no consiguen nada, nada de nada.

Para mí por lo menos me resulta durilla la situación, te lo confieso: tanto esforzarse en una dirección para no lograr esos objetivos. Pero la vida es así, con esa componente de como insoportable absurdo. Pero al menos estamos vivos y lo podemos contar, ya sea para lamentarlo, o para extrañarnos siquiera.

Estos "piropos" te los digo en serio, créeme, porque siento que tú debes ser una buena persona, una buena persona en toda esa dimensión interna o íntima tuya que desconozco. Sin embargo, ahora me parece ver más claro incluso que existen más dificultades para la eficaz relación entre un hombre y una mujer separados de momento por miles y miles de kilómetros, como es nuestro caso, pues a la dificultad y el costo del viaje se une la dificultad de que acaso habría que abandonar la tierra natal de para irse a vivir con la otra persona, en otro país, otro continente, toda vez que la tierra es la familia, la tierra natal tira del hondón del alma, y tiran los amigos de siempre, y el entorno todo donde uno ha crecido... así que todo esto puede o pueda ser duro y angustioso.

Imagínate que tú conoces a un hombre de Madrid, por ejemplo, y te enamoras de él y desees compartir la vida en Madrid, lejos de tu entorno, lejos de tus amigos,de tu familia, de tus raíces... Imagínate que estás embarazada y que vives tu embarazo lejos de tu madre, de tus hermanos... Precisamente en ese estado de buena esperanza en el que la mujer más necesita del apoyo de su madre, de sus tías, de sus amigas... 

Sin embargo, ustedes las jóvenes hispanoamericanas son, siguen siendo, frente a las europeas, frente a las españolas, mucho más temerosas de DIOS y fieles a su Iglesia. Y esto a mí me gusta, me interesa, si bien yo no soy solamente persona cercana a los asuntos de la Iglesia, pues también me interesan muchas cosas del mundo: el cine, el teatro, la música actual, el arte, la literatura, la filosofía...

En fin, lo que más me gusta de todo esto nuestro, de esta relación nuestra, es que no tenemos por qué romper y olvidarnos el uno de la otra por el hecho de no ser fácil el que podamos conocernos en persona, pues de lo que se trata por este medio es de compartir la vida, tú tu vida y yo mi vida, contándonos cosas mutuamente. Y DIOS irá orientando nuestras vidas.

En fin, te mando besos en abundancia. Espero que los recibas con agrado y que tú misma me mandes a mí besos tuyos, que yo recibiré también con agrado.

Dios nos bendiga.


Luis Henríquez. 30 de mayo, 2013.

lunes, 20 de mayo de 2013

"De golondrinas y de flores: es el amor que pasa (VIII)"


20/7/2009




Hola, saludos, Cándida, ¿cómo está mi Sofía preferida?

Siempre nos quedará el amorDe vuelta a casa, luego de mi periplo por la isla canaria de El Hierro, resulta que no dispongo de momento de acceso a Internet en mi domicilio, razón por la cual me es más difícil el conectarme y así responder a tantos correos que recibo. Con todo, confío en que estés bien.

Con respecto a esa familia de siete hijos de que me hablas, pues qué quieres que te diga que no sea que fuera de los del Camino Neocatecumenal, el Opus Dei, o tal vez -pero es muy raro o excepcional- más allá de algunos pocos grupos más (en sus "buenos tiempos", también eso mismo era posible encontrarlo en un grupo apostólico y militante muy distinto a los anteriores, distinto por su compromiso solidario verdaderamente "de izquierdas", me refiero al Movimiento Cultural Cristiano y al Colectivo con los Pobres de la Tierra; actualmente, ya casi que no), es casi imposible encontrar hoy día a hombres y mujeres jóvenes dispuestos a traer a este mundo tantos hijos, sobre todo en Occidente. 

Sin ánimo de juzgar a nadie en particular y sin cerrarme al reconocimiento -siguiendo en esto a san Pablo en una de sus cartas- de cuanto bello, verdadero, justo y noble hay o haya en la cultura secular y en la experiencia humana consideradas de forma global o conjunta-, lo cierto es que Occidente es cada vez menos cristiano, es decir, es cada vez más pagano, más retorcidamente decadente. Occidente está rabiosamente secularizado, Sofía.

Así las cosas, yo como hombre puedo decirte que si se le plantea a cualquier mujer joven occidental -incluidas no pocas de las ya de por sí escasísimas que siguen asistiendo a misa- el tener una familia así de generosamente abierta a la vida, lo primero que hará sin duda es mandarte a la mierda, es decir, al carajo, a tomar el fresco por ahí, a tomar por culo, si me permites la grosera expresión. Y de paso acusarte de troglodita y de machista enemigo de la liberación de la mujer...

Y se quedan tan seguras de que actúan bien... las que van de católicas incluso y que viven en lo profesional de la Iglesia, pasando por alto la propìa doctrina al respecto del matrimonio de la "empresa" que les da de comer: Sí: aunque sean mujeres jóvenes que se ganan la vida dando clases de Religión católica en la enseñanza pública (verdadero nido, por cierto, digo la enseñanza de la Religión católica en los centros docentes públicos, de corporativismo, amiguismo, enchufismo, nepotismo y mediocridad mundana y burguesa), en colegios católicos concertados o privados, o en cualesquiera otras organizaciones de la Iglesia más o menos eclesiales... Mientras que a mí, Cándida, me han ignorado completamente, sobre todo desde la Diócesis de Canarias. 

Por pura desgracia -insisto en que sin querer entrar a juzgar a nadie en concreto, pues todos somos pecadores-, sobreabunda hoy día en los ambientes eclesiales la más estricta mediocridad, cuando no el compadreo amiguista y mundanizante ajeno casi a cualquier atisbo de profecía y de compromiso militante. Y el "adaptarse al espíritu del mundo", pues ten por seguro que creyendo en estas ideas "machistas" en que creo (obviamente, me refiero a las de tener hijos desde la generosidad, etcétera), lo mínimo que obtengo es que me digan lo que ya he reconocido: troglodita, machista.

De modo que siendo así lo que hay abundante en la Iglesia católica, mi querida Cándida, mi Sofía preferida, ya sabes cuál es una de mis tentaciones "favoritas": acabar por tirar la toalla y, en vista de lo que hay, pasar de complicarme la vida con movidas católicas, y así ulteriormente centrarme en mis cosas, en mis asuntos, que es, parece, lo que casi todo el mundo hace hoy día, incluidos muchos y muchas que van de católicos solidarios por la vida y por la Iglesia.

Por lo demás, no comparto muchas de las sensibilidades de los Kikos, pero claro que no seré yo quien trate de aguarles la fiesta: si esa familia bendecida con siete hijos es a su vez bendecida con siete vocaciones a la vida religiosa o consagrada, chapó; y si no, chapó también, pues los hijos han de quererse por ser hijos, no porque lleguen a obispos o a abadesas.

Saludos, Cándida Sofía. Nos cuidamos.


Luis Henríquez. 20 de mayo, 2013.