El papa Francisco, en la homilía de la Eucaristía de hoy viernes 10/1/2014, lamenta que haya en la Iglesia "muchos cristianos convencidos a medias".
Es verdad; y no solo porque lo dice el Papa, nuestro Santo Padre, sino porque es verdad: muchos cristianos convencidos a medias... Y en consecuencia, sí, abunda lo que abunda: trepas, mediocres, figurones, arribistas, mundanizantes, feministas radicales, progres demoledores de la doctrina de la fe, enchufados y antinatalistas campan a sus anchas, copando a menudo incluso los trabajos: escuela católica, profesorado docente de Religión católica en la escuela pública, facultades teológicas, centros asistenciales y culturales confesionales...
Y es justamente por lo mismo que dices, papa Francisco, siervo de los siervos de Dios, por lo que acabas de decir en la homilía de tu misa de hoy viernes 10 de enero de 2014, por lo que los hipócritas, trepas y mediocres de la Diócesis de Canarias a los que insistentemente he pedido ayuda, durante 7, 8 años, han pasado de mí, inmisericordemente.
(Pero ya te llegará a ti la hora de la verdad, monseñor Cases Andreu, no creas que tu actitud miserable, injusta e hipócrita para conmigo se saldrá con la suya. Y espero que no me vengas con el cuento de que tengo que perdonar, pues tengo serias dudas de que tú creas realmente en el perdón de Cristo, en la misericordia del Padre; y desde luego, de estar equivocado yo en esto que medio te adjudico, no sería nada en comparación con el daño moral que tu desprecio ha causado a mi persona, miserablemente hipócrita o hipócritamente miserable, que es lo que has sido tú conmigo. Hasta tal extremo, que si algo lamento es el seguir ocupándome de sujetos tan mediocres como tú, monseñor, y tan hipócritas; ya Dios te pedirá cuentas, tranquilo. A mí me gustaría, por la parte que me conviene, alejar de mí el pensamiento perturbador de tener que acordarme de hipócritas como tú, monseñor, pero no lo consigo, para mi desgracia y para tu contento, hipócrita... En fin: con todo, o pese a todo, sé que incluso a hipócritas y mediocres como tú, monseñor Cases, tengo que tratar de perdonar, sí, por más que me cueste -que sí me cuesta-, no sea que Dios acabe por no perdonarme a mí, que también soy pecador, falible).
(Pero ya te llegará a ti la hora de la verdad, monseñor Cases Andreu, no creas que tu actitud miserable, injusta e hipócrita para conmigo se saldrá con la suya. Y espero que no me vengas con el cuento de que tengo que perdonar, pues tengo serias dudas de que tú creas realmente en el perdón de Cristo, en la misericordia del Padre; y desde luego, de estar equivocado yo en esto que medio te adjudico, no sería nada en comparación con el daño moral que tu desprecio ha causado a mi persona, miserablemente hipócrita o hipócritamente miserable, que es lo que has sido tú conmigo. Hasta tal extremo, que si algo lamento es el seguir ocupándome de sujetos tan mediocres como tú, monseñor, y tan hipócritas; ya Dios te pedirá cuentas, tranquilo. A mí me gustaría, por la parte que me conviene, alejar de mí el pensamiento perturbador de tener que acordarme de hipócritas como tú, monseñor, pero no lo consigo, para mi desgracia y para tu contento, hipócrita... En fin: con todo, o pese a todo, sé que incluso a hipócritas y mediocres como tú, monseñor Cases, tengo que tratar de perdonar, sí, por más que me cueste -que sí me cuesta-, no sea que Dios acabe por no perdonarme a mí, que también soy pecador, falible).
Y es por esto, papa Francisco, siervo de los siervos de Dios, por lo que yo, al escuchar tus palabras y compararlas o confrontarlas con lo que acontece en la Iglesia universal y se ha hecho frecuente en ella, se ha enquistado en ella, me quedo boquiabierto, de piedra. Y me digo bueno, sí, el papa Francisco denuncia lo que denuncia, y está bien que lo haga, para eso es el sucesor de Pedro llamado a confirmarnos en la fe, pero en realidad yo sigo puteado por hipócritas diocesanos canariensis; o lo que es lo mismo: la Iglesia sigue atestada de cristianos "convencidos a medias" (palabras del papa Francisco, ya sabemos), y nada parece cambiar, todo sigue igual, a pesar de las quejosas palabras del Papa, de nuestro Santo Padre...
En fin... Para que encima de todo esto algunos trepillas eclesiales, farsantes y caraduras, se empeñen en acusarlo a uno de resentido, cátaro, fanático, fundamentalista y difamador... O para que a los eclesiásticos de turno les parezca mal que yo me atreva a tutear a algunas altas dignidades eclesiásticas, porque ¿no ha manifestado el mismo papa Francisco que los apóstoles se tuteaban entre sí y trataban de tú a Cristo Jesús...? Pero además es que me cuesta aceptar que encima de haber sufrido la la injusta y mezquina hipocresía de sujetos como el actual obispo de Canarias, tenga yo más encima aún que tratarlos con respeto reverencial y no sé qué...
Luis Henríquez: escritor, profesor de Lengua y Literatura españolas, educador, bloguero, militante social.
7 comentarios:
Un tema de extensa reflexión...será que sólo queremos esa mitad que nos conviene, que medio queremos seguir a Jesús y aún así llegar al Padre, que medio le sirvo a Dios y medio me sirvo de Él o a mi mismo. Le digo sí pero... ¿Y lo que no me gusta? ¿Lo que no me conviene? ¿Entonces?... Señor hago como que te sigo, como que vivo de acuerdo al evangelio y vivo de apariencias... Al final lo único completo que tendré será la plena conciencia de la tibieza de mi vida. NO ÉSTE NO ES EL CAMINO NUESTRO DIOS NO ES UN DIOS A MEDIAS.
Siempre GRACIAS por tus comentarios, Gabriela, siempre GRACIAS. Y de paso desde este mi blog te felicito porque en tu Facebook publicas a menudo, por no decir siempre, "mucho y bueno".
El mensaje a Laodicea
3:14 Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto:
3:15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente!
3:16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.
3:17 Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.
3:18 Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.
3:19 Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.
3:20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
3:21 Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.
3:22 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
La Biblia: APOCALIPSIS
Hoy puedo pasar un ratito por aquí ya que he conseguido que me traigan mi portátil pues un imprevisto familiar me tiene en el hospital de "enfermera jefe" todo el día y no sé hasta cuando estaré, además tengo que estar atendiendo a mi paciente y no me queda mucho tiempo libre......Y precisamente es en aquello que más nos conviene en lo que creemos y lo que no interesa lo apartamos.Saludos
gRACIAS, VALERIA y Charo, por el paso de ustedes por aquí. Buena semana.
las circunstancias que Dios nos permite vivir muestra su voluntad, y como las afrontamos, muestra la abundancia de nuestro corazon, los Catolicos mediocres abundan, pero sin animo de ofender cada comunidad tiene el pastor que se merece, hacemos una dotrina a nuestro acomodo, valoramos a las personas de igual forma, las tomamos y dejamos sin caridad, mientras nos sirven y luego faltamos al amor cristiano, pero cuando alguien lo hace con nosotros ahi si vemos y sentimos el error del otro.
La denuncia exige oracion por aquel a quien denunciamos. Amarnos unos a otros y aun mas a nuestros enemigos sigue siendo el mandato vigente del Señor.
salud, paz y bien....
Gracias a todos por sus comentarios.
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