Si eres una monja "mediática" (Facebook, twitera, apareces en medios de comunicación diversos...) que hace mucho bien a muchas personas, formidable. Si eres una religiosa profesa que da testimonio de pobreza, compromiso solidario, castidad, pureza de vida, obediencia, bendito sea Dios; esto es, si sinceramente deseas vivir en plenitud el Evangelio, razón de ser de tu opción religiosa profesa, solo me queda respetarte y felicitarte, y tratar de tomar ejemplo yo mismo, tan mediocre y pecador.
Sin embargo, sin menoscabo de todo lo anterior, habría que considerar que tus opiniones sobre el aborto, la homosexualidad y sobre el papel mismo de la Iglesia en la sociedad son no poco "contrarias" a la doctrina de la Iglesia católica. Cierto que tú no defiendes abiertamente el aborto, cierto, pero con tu "postura", más pastoral que doctrinal, dejas la puerta abierta al aborto, y esto no. Cierto que a las personas homosexuales, sin duda no pocas de ellas maravillosas, excelentes personas, hay que amarlas, acogerlas, respetarlas: son personas, como lo son los hambrientos y también los ladrones de guante blanco... Sin embargo, la doctrina moral de la Iglesia católica condena el acto homosexual en sí, como tal, por grave y objetivamente desordenado.
La Iglesia católica, especialmente en Europa y los Estados Unidos, pero crecientemente también por toda Iberoamérica (a este respecto, demoledor un reciente informe efectuado por la Iglesia católica en Alemania: de miles de jóvenes católicos encuestados, se desprende que nueve de cada diez jóvenes católicos alemanas pasan olímpicamente de la moral sexual católica: usan anticonceptivos y mantienen relaciones sexuales prematrimoniales con total normalidad, y comulgan luego sin mayor problema de conciencia, según se desprende del informe), sufre un radical o rabioso proceso de secularización interna, al que contribuimos todos con nuestros pecados, nuestros desaciertos -yo el primero-, nuestro mal testimonio de vida cristiana, solo que también tú, sor Lucía Caram, quiero afirmar que también tú contribuyes a agravarlo, con algunas de tus opiniones laicistas, mundanizantes.
Y nada más, un abrazo en Cristo, la Iglesia y los Pobres.
5 comentarios:
El pecado de omisión también es grave, considero prudente el no juzgar pero si conocemos una situación concreta es nuestro deber hacer lo que está a nuestro alcance y nos sea permitido... esto es servir como instrumentos a Dios, muchas veces una decisión puede cambiar en un ser humano al sentir en su corazón y conciencia el mensaje de Aquél que lo creo...
fantoches y fantoches mundanizados de la DEMOLICION, CON MAS MARXISMO SOCIOLOGICO Y CULTURAL que otra cosa, que nada.
Y si tienen mistica, parece que oran con el Demonio, al que no conocen, NADA.
THE END. DIOS NO LOS PERDONE.
En todo caso, Valeria, Gabriela, Alejandro -y resto de foristas u opinantes, dejen o no su "huella" de paso por este mi blog-, compete a las autoridades eclesiásticas el llamar la atención a una monja como sor Lucía por sus ideas heterodoxas sobre el aborto, la homosexualidad, la acción de la Iglesia católica en sociedad, el divorcio, la libertad sexual, o la "leche machanga" -disculpen la broma-, mas, si no lo hacen, o no creen su responsabilidad el hacerlo...
Y también en todo caso, Valeria, Gabriela, Alejandro, si las "autoridades" eclesiales parecen hacer oídos sordos a esta realidad de la permanente y sistemática contestación eclesial, y miran para otro lado o esconden la cabeza, como el avestruz...
Tengo una amiga que ya en varias ocasiones me ha dicho: "Pareces bobo en el fondo, Luis, tú que tanto criticas a los eclesiásticos, como si fueses la única persona de la sociedad que no se hubiera dado ya cuenta de la clase de hipócritas que suelen ser esos tipos...".
Pues eso, Valeria, Gabriela, Alejandro.
Pues eso, Valeria, Gabriela, Alejandro: obispos mediocres e hipócritas de la talla de Cases Andreu, titular de la Diócesis de Canarias -ni el detalle de mera educación tuvo este sujeto de recibirme, tantas veces en que insistí para que lo hiciera...- son los que por activa y por pasiva están construyendo una Iglesia que, además de formada por pecadores ((pecadores somos todos, y yo que estas líneas escribo el primero), como por lo demás no podía ser de otra manera, está formada, en vez de por militantes o evangelizadores fieles al Evangelio, la Tradición y el Magisterio, formada, decía, por trepas, antimilitantes, arribistas, antinatalistas, figurones, enchufados, antinatalistas, feministas proaborto...
Vivir para ver.
Publicar un comentario