lunes, 16 de agosto de 2021

 

"Un tal Paco (o cómo establecer algunos límites a la maledicencia)"

Por Luis Henríquez Lorenzo





Ojo al siguiente texto (agüita con él). Lo reproduzco tal cual aparece en la bitácora El Diestro el 10 de agosto de este 2021. Veamos: 



Al parecer el autor del artículo está mendigando por todos sitios que le publiquen sus caquitas, pues ya publicó la mitad de esta bazofia en El Correo de España.

Y como allí le dije le repito: es usted un completo ignorante en cuestiones de Iglesia. Le guste o no, si la sede no está vacante entonces el Papa es Bergoglio (1). ¿Desde cuando el Papado confiere santidad a la persona? Ande, dele un repaso a la historia de la Iglesia. ¿Y encima, se cree usted que Benedicto XVI fue un buen Papa? En lo sustancial desde Juan XXIII en adelante fueron todos lo mismo, mutatis mutandis: nos modernistas de tomo y lomo, y el modernismo es una herejía condenada por la Iglesia.

Viganò tiene razón, para un obispo espabilado que hay en toda la estructura “oficial” de la Iglesia. Todo lo surgido del Concilio Vaticano II se hizo con la intención de atacar la Santa Tradición: se INVENTARON una nueva iglesia, una nueva misa y una nueva religión. De nuevo demuestra usted una ignorancia que dá vergüenza ajena sobre doctrina, liturgia e historia de la Iglesia, como ese 99% de ignorantes (y dejamos a Dios el grado de culpa personal de esa ignorancia en cada caso) ofendiditos al que usted pertenece.

Y para El diestro, que se busquen mejores comentaristas en cuestión religiosa.



Lo firma un tal Paco (2), alias de Dios sabe quién. Lo que dice es lo que yo le merezco como persona y como articulista (más concretamente por mi artículo "A los hermanos católicos de La luz de la fe"); ni que aclarar que, empero, a mí no me conoce de nada, salvo que yo sí doy la cara publicando con nombre y apellidos. He de reconocer que desde hace algunos días me había hecho una vez más la promesa de no contestar a comentarios irrespetuosos no solo ya contra mis escritos, que ni que decir que pueden ser más atinados o menos y estar mejor o peor redactados, sino contra mi persona. Entre otras razones porque creo en la libertad de expresión, acepto el ecumenismo y el diálgo interreligioso según lo enseña la Santa Madre Iglesia (particular que por cierto no aceptan todos estos integristas que, como el tal Paco, atacan de malos modos a sus contrarios, un día sí y otro también), y porque ya es de agradecer que me permitan publicar en algunas bitácoras de Internet, "no por andar mendigando", según calumnia del forista Paco, sino porque deseo encontrar areópagos modernos desde los que comunicar mis ideas. Es decir: si me contenta que me publiquen algunos de mis escritos en algunas bitácoras, igual me pareciera excesivo que vayan a dar también espacio a mis quejas ante ataques tan injustificados, maledicentes, calumniosos y malignos como el del forista Paco, quien por cierto lanza ataques similares en otras bitácoras, qué curioso, él que se queja de que yo publique aquí y allá, donde me lo permitan. 

Comoquiera que sea, me tomo la libertad de responder, con la venia de los respectivos comités de redacción de las bitácoras en las que hasta la fecha me permiten publicar mis reflexiones. Desde luego, si los responsables de tales bitácoras o revistas digitales a que estoy aludiendo consideran que es el precio que los autores han de pagar por hacer públicos algunos de sus escritos, y además consideran que no ha lugar a mis quejas en forma de esta respuesta, justamente por respeto a los lectores y a los propios foristas aunque algunos de estos te ataquen de malos modos, les pido disculpas, toda vez que enviar este escrito que es una queja, sí que lo voy a hacer, vaya que si no, como Luis que me llamo. Así que me repito: disculpas por adelantado.

Con disculpas y todo, empero, siga adelante esta queja. Este Paco, agazapado tras un alias, sin conocerme de nada me insulta descalificando mis escritos como "caquitas, bazofia propia de un completo ignorante en la realidad de la Iglesia", además de la ya consabida de acusarme de que "mendigo minutos de gloria en diferentes bitácoras".

Resulta que este Paco conoce, según presume él, tanta teología que es sedevacantista, vaya por Dios: se manifiesta como sedevacantista. Esto es: estamos ante un señor que está fuera de la comunión con la Santa Madre Iglesia, por cismático y sectario. Y por temerario, añadiría yo, pues acusa sin saber. Y por cobarde, pues agazapado tras un alias se dedica a insultar, a dar estopa en El Diestro, en El Correo de España, me parece que también en El Español Digital, ¡y sabe Dios en cuántas bitácoras más!, como Paco, Paca, Paquito o vaya usted a saber con qué sobrenombres.

Ya por el mero hecho de manifestarse el nota este de Paco como sedevacantista y, por ende, calumniador de la Iglesia, del Concilio Vaticano II y de los papas del Concilio, uno debería no haber entrado al trapo. Por la principal razón, insisto, de que un personaje que presenta como credenciales intelectuales, dialécticas y espirituales su condición de sedevacantista, solo merece que pasen de él: tolerancia cero con el intolerante.

La Iglesia en el año 2021 tras el Concilio Vaticano II, celebrado y clausurado hace ya algo más de 50 años, es la misma fundada por Cristo sobre la roca de Pedro hace 2.000 años. Negar este dato dogmático, como hace este enterado de la batata llamado Paco, es situarse fuera de la comunión con el Magisterio de la Iglesia. Por cismático, herético y, en el caso particular del sedevacantista Paco, por enterado de la batata aficionado a insultar a sus contrarios detrás de un alias.

Señor Paco (lo llamo señor aunque usted a mí me suela tratar con total falta de respeto): usted se erige en Magisterio* (ni que decir que falso) contra el Magisterio (auténtico) de la Iglesia. Usted está fuera de la comunión con la Iglesia de Cristo, incluso con toda la teología y todo el conocimiento de que usted presume, y que desde luego si es verdad que atesora, mucho que digamos no se manifiesta en sus comentarios de forista, en los que más bien recurre a ataques ad hominem, o a argumentaciones tendenciosas y falsas, infundadas o sacadas de quicio, muy propias del entorno integrista, en el que parece que usted está como pez en el agua.

Por lo que respecta a la legitimidad o ilegitimidad de Jorge Mario como Francisco, solo me queda por añadir -o recomendarle- que estudie un poco más el asunto: vea el Código de Derecho Canónigo, analice diversos aspectos de la historia de la Iglesia, busque los muy interesantes estudios al respecto que están en la bitácora Como Vara de Almendro… El Papa es Benedicto XVI, cosa que usted no acepta, señor Paco, como sectario y fanatizado sedevacantista que usted es, pretendiendo endilgarnos a Jorge Mario Bergoglio para así matar dos pájaros de un tiro, esto es, para así cargarse también la pieza preciada del Concilio Vaticano II, conectando el tan odiado por usted y los de su cuerda Vaticano II con la línea rupturista y demoledora de Bergoglio.

Asimismo, señor Paco, ¿dónde y cuándo he escrito yo que el mero hecho de ser papa significa o implica santidad asegurada? Todo lo contrario: a otro sedevacantista como usted -o igual es usted mismo con alias distinto- que me ataca bastante aunque es más respetuoso que usted en las formas, le he dicho que yo no sé si en verdad el papa Pablo VI fue un homosexual irredento y vicioso durante toda su vida, cosa que sí aseguran contra viento y marea los tradicionalistas cismáticos. Pero planteemos como hipótesis que puede que fuera homosexual, planteemos que en efecto consintiera pecados contra la castidad por su condición de gay. Pero que también puede ser que se arrepintiera de tales pecados (aunque esta posibilidad la niegan totalmente desde sectores del extremismo tradicionalista disidente). En todo caso, hasta un santo como Pablo VI -lo digo porque está oficialmente canonizado, aunque ya sé que usted lo rechaza, que para esto es usted sedevacantista y nobleza obliga- fue sobre todo pecador.

Así que sí, señor Paco, los santos también pecan, particular que un hombre que presume de ser tan culto como usted debiera saber. 

Ah, por último ultimísimo ya: sostiene usted que la Iglesia actual por culpa del infausto Vaticano II ha caído en la herejía del modernismo y está por tanto irremediablemente podrida. Esta suya de usted es una afirmación cismática y herética, típica y tópica del integrismo cismático dizque católico. También va alegando por ahí usted, como buen sedevacantista que es, que la llamada Misa de Pablo VI es "inválidad, herética, ilegítima, protestantizante". Otra falsedad como una catedral de grande, que es calumniosa e injuriosa contra la Iglesia de Cristo, y que por tanto hace mucho daño a la que propiamente llamamos la Esposa del Esposo. La Iglesia tiene la promesa de la indefectibilidad dada por nuestro Señor, lo cual viene a significar que aún en los episodios de mayor apostasía y crisis -y los actuales pertenecen a esta clase de etapas o momentos históricos-, el Señor estará con ella. En esta Iglesia cum Petro et sub Petro yo quiero estar; usted, a lo que parece, prefiere estar en el cisma de los sedevacantistas.


Usted mismo, hermano. Dios le bendiga.

 

Postdata. Ya creo haber desenmascarado a Paco: es sedevacantista, esto es, cismático, además de herético (el sedevacantismo es un delirio o absurdo teológico que en sí mismo es una herejía, ellos que están siempre a la caza del hereje, mire usted por dónde, aunque el hereje cazado se llame Bonhöefer y muriera por oponerse a Hitler desde su fe cristiana protestante en un campo de concentración nazi); está fuera de la comunión con el sucesor de Pedro, está al margen del Magisterio, él mismo se cree parte de ese Magisterio. Además de los insultos y calumnias que me prodiga, su discurso se centra particularmente en echar mierda y porquería contra el Concilio Vaticano II, contra todos sus artífices, contra todos sus papas, a fin de entronizar el que es el propósito de los integristas dizque católicos. A saber: la Iglesia luego del Concilio Vaticano II ya no es la Iglesia de Cristo, no es la Iglesia de Pío XII hacia atrás.


Este delirio de esta tropa integrista, fanatizada y sectaria, no tiene ni pies ni cabeza, es falso de toda falsedad, es tendencioso. Ignora adrede que la Tradición de la Iglesia es viva, dinámica, y no fosilizada, como creen los integristas. E ignora adrede que los intérpretes de esa Tradición autorizados por Cristo son los pastores en comunión con el sucesor de Pedro. Además parecen faltos de fe en las propias promesas del Señor, pues manifiestan que no creen especialmente en la indefectibilidad de la Iglesia.


En definitiva, calumniar a los papas del Vaticano II es su modus operandi. Que en la Iglesia se ha infiltrado la masonería es innegable. Pero acusar de masones, apóstatas, herejes y modernistas a Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI como hace este Paco, es calumnioso, y de mal hijo de la Iglesia, que es lo que en verdad acaba siendo un integrista sedevacantista como este Paco, y encima faltón .


Nada más. Ni aunque quisiera puedo reivindicar en modo alguno que pretendo con mis escritos sentar cátedra, ¿cátedra de qué? No deseo tampoco caer en la mera opinionitis, cierto, solo que mis escritos son lo que son: una vía para tomarme en serio mi pertenencia filial, leal y militante a la Iglesia. Soy consciente de que para personas de otra cuerda ideológica o mejor formadas e informadas que yo mis reflexiones les parecerán erradas, insatisfactorias, hasta superficiales. Asomo esto. Lo que ya no me parece justo es la actitud de foristas como Paco, con sus insultos, menosprecios y maledicencia. De modo que juzgo que por necesidad de que se acabe respetando mínimamente mi honor, mi dignidad ultrajada por los ataques injuriosos ad hominem del tal Paco, deben publicar esta respuesta mía. Yo llegué a las bitácoras en las que colaboro hoy por hoy libremente, sin ninguna recomendación bajo el brazo, tocando la puerta, no colándome como intruso, invasor o como elefante en una chatarrería. De modo que llegué con la educación debida, tocando puertas a cara descubierta, con luz y taquígrafos. Los responsables de las citadas bitácoras y aun de otras me abrieron, me dijeron que pasara, dándome la bienvenida. Pero ustedes como dueños de la casa cuando quieran pueden rogarme que me vaya, que ya se acabó el tiempo de la visita. Y un gusto haberse conocido. Pero es que este Paco de marras hasta llega a pedirles a ustedes que ya decidan rechazar mis colaboraciones. Por qué, ¿quién se ha creído que es?


Por si sirve de algo, aunque lo dudo, recomiendo este artículo https://www.infocatolica.com/blog/reforma.php/2108111158-653-elogio-y-defensa-de-la-mi#more41545 a todos los Pacos filolefebvristas, lefebvristas y sedevacantistas que frecuentan ciertas bitácoras. Se trata de un artículo del padre José María Iraburu sobre la Novus Ordo Missae o Misa de Pablo VI. La postura de toda esta tropa integrista de echar pestes contra la llamada Misa de san Pablo VI no solo no es una postura católica y sí cismática, es que es calumniosa y necia, sin base teológica que merezca tal nombre.


La llamada Misa de san Pío V no es la que se celebraba en tiempos de los Padres Apostólicos, ni la que se celebró durante la Edad Media. Ni es la que se celebra en el Oriente Cristiano, puesto que los aspectos meramente formales de la liturgia han venido cambiando desde la noche pascual en que Cristo instituye la Eucaristía. La Iglesia es rica en ritos, y cualquiera de ellos es digno, es católico. Todo esto quiere decir que la liturgia es cambiante, y la puede modificar el sucesor de Pedro y los pastores en comunión con él. Por tanto, es difamación lo que afirma Paco de que la única misa verdadera y válida es la de san Pío V. Es difamación, además de un disparate teológico. Es falso, cismático, herético, anticatólico. La Iglesia ha decretado que la reforma litúrgica surgida del Vaticano II es fiel a la Tradición. Y lo es; negar este dato del Magisterio es lo que hacen los integristas dizque católicos -que no están en comunión con la Iglesia, ojo a este dato-, en cuyas filas milita el señor Paco que me difama, calumnia e injuria desde su necio fanatismo integrista.



(1) La sede no está vacante, como afirma desde su tono de maledicencia contra mí este individuo, o individua (alias Paco), acusándome veladamente de sedevacantista, cuando en verdad el sedevacantista es él, o ella, pues calumnia a todos los papas del Concilio Vaticano II, los acusa de masones, modernistas, apóstatas y herejes. La sede no está vacante porque el Papa sigue siendo Benedicto XVI, cuya renuncia fue adrede inválida, particular que han demostrado diversos estudios jurídicos.


(2) Por cierto, ¿no será este tal Paco un tal Cambalache, que se manifiesta admirador de monseñor Viganò y seguidor del filolefebvrista canal Adoración y Liberación, Cambalache que ha entrado como elefante en chatarrería en el canal Arturo Periodista Católico? Este Cambalache más parece lefebvrista que sedevacantista, de modo que improbable parece que sea Paco; pero en ambos casos estamos ante la misma retahíla de referirse injusta y calumniosamente al Concilio Vaticano II como  "Conciliábulo de Satanás, Vaticueva, Conciliábulo de la herejía modernista que ha corrompido la Iglesia de Cristo"... La cantinela de costumbre.





13 de agosto, 2021. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de Humanidades, educador, bloguero, militante social, escritor.

No hay comentarios: