miércoles, 26 de mayo de 2021

"A condición de ser políticamente incorrectos"



A la luz de sus obras, una mayoría de políticos hoy por hoy no parecen estar en política para servir al bien común, esto es, por fidelidad a unos ideales de justicia, honestidad, solidaridad, servicio... No hay sino que escuchar lo que dicen y lo que hacen y aun lo que omiten o dejan de hacer. Una vergüenza y una ignominia lo que está ocurriendo, sin ir más lejos en España.

El Partido Popular -por el que nunca he votado, pues tradicionalmente mi voto ha sido de izquierdas o en blanco-, sin duda sigue contando con simpatizantes, militantes y votantes dignos de encomio, honestos, buena gente. Solo que, salvadas tales honrosas excepciones de rigor, este partido es derecha cobarde, y a menudo muy cobarde. Hasta el punto de hacerle el juego a la izquierda, es decir, al ideario progre, al laicismo mondo y lirondo. Los nacionalismos separatistas son sanguijuelas que desangran la patria común. PSOE, Podemos y ese Podemos con sacarina que es Más Madrid son mafias que impulsan el nepotismo, el desprecio a España y la desmantelación de todo su tejido sociocultural tradicional.

En este escenario de decrepitud moral, cívica, espiritual e ideológica, solo VOX se yergue como alternativa al imperio de lo políticamente correcto al servicio del NOM (Nuevo Orden Mundial). Ojo: cuando digo VOX me estoy queriendo referir no solo al partido presidido por Santi Abascal sino a todos esos grupos u organizaciones identitarias y patriotas que no tienen hoy por hoy apenas voz, que no tienen representación parlamentaria ni presencia alguna en las instituciones políticas. Tales grupos también cuentan.

Y también ojo: no estoy afirmando que VOX sea modélico en todo, el ejemplo a seguir completamente sin rechistar, el partido pluscuamperfecto todo digno de encomio y aplauso. No, porque como cualquier otra realización humana, VOX está sujetO a la imperfección.
Pero sí que al lado de lo que hay (al lado de sociatas, podemitas, separatistas, comunistas, feministas, anarkoides, progreeclesiales y demás ralea de perroflautas al servicio del globalismo y su invasión migratoria), las diferencias salen a relucir. Frente al laicismo radical y totalmente excluyente de Dios, que prepara el camino a la Agenda 2030, VOX marca la diferencia.
Hasta tal extremo, que es como comparar la noche con el día, la luz con la oscuridad, el bien con el mal. Dicho con el trasfondo del pensamiento agustiniano: de una parte la Ciudad de Dios, de otra, la Ciudad del Mundo o Secular. VOX y el resto de las fuerzas identitarias y patriotas, sensibles a la herencia cristiana configuradora de la civilización occidental, estarían en ese eje del bien, en la Ciudad de Dios; las fuerzas disgregadoras del globalismo al servicio del NOM, en el eje del mal, esto es, en la Ciudad mundana o Secular.


27 de mayo, 2021. Luis Alberto Henríquez: profesor de Humanidades, educador, bloguero, escritor, militante social.

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