"Ni
lo uno ni lo otro (ni lo tercero)"
De
la manera que enseguida veremos se manifiesta un forista al que le
crispan irremediablemente sus nervios todos los autores que se
manifiestan más o menos críticos con el nazismo; palabra,
por cierto, que a él no le gusta, pues la considera un invento de
la propaganda comunista. El término que él prefiere para referirse
a esa ideología es el de nacionalsocialismo. No hay problema:
nacionalsocialismo.
Para
este forista, el nacionalsocialismo es una ideología buena; para mí,
sin negar que en verdad pueda albergar aspectos buenos, es "en
su conjunto" una ideología criminal, deshumanizante,
totalitaria, perversa, genocida (al principio no lo fue, pero acabó
siéndolo), fomentadora del odio a los judíos, inhumana,
incompatible con el ser cristiano... Por lo demás, también
atesora aspectos buenos el marxismo, y no digamos el anarquismo, y
hasta las superestrellas y galácticos del mundo del fútbol; en
definitiva, que no hay corpus doctrinal ni realidad humana, por muy
tóxicos o errados que estén, de los que no puedan sacarse aspectos
nobles, justos, propositivos.
Creo
que el Magisterio de la Iglesia opina lo mismo que yo; perdón por la
aparente inmodestia de esta expresión, aunque no es mi intención...
Y el testimonio de tantos cristianos que se enfrentaron a la
ideología nazi o nacionalsocialista, y que por tal enfrentamiento
fueron asesinados, es sobradamente elocuente: algunos son
oficialmente santos y beatos de la Iglesia, como el franciscano
capuchino Maximiliano Kolbe, el carmelita Tito Brandsma...
Testimonios como el de la llamada iglesia confesante (rama
o sección de la comunidad protestante en Alemania que se enfrentó a
Hitler, y que cuenta con testigos o mártires como Dietrich
Bonhöefer, entre no pocos otros), o como los integrantes del grupo
de la Rosa Blanca: verdadero semillero de
ecumenismo de la sangre al haber sido sus víctimas
asesinadas por el régimen nazi o nacionalsocialista un grupo
integrado por cristianos reformados, por católicos y hasta por algún
ortodoxo, tal el caso del joven Alexander Schmorell (canonizado por
la Iglesia Ortodoxa Rusa).
Este
forista, del que omitiré el alias con el que concurre a determinados
sitios de Internet a depositar sus injuriosas deyecciones (agazapado
tras un alias, claro, como los buenos cobardes), ya ha tenido ocasión
de meterse conmigo, más concretamente con mis escritos, sobra
aclarar que de muy malos e injuriosos modos, que incluyen los
insultos y las sumarísimas descalificaciones. Nada que me sorprenda
ya, conociendo un poco el pecado, digo el pescado.
Así
pues, se expresa como sigue (el texto va tal cual lo expele este
individuo, sin corrección alguna):
<<agitprop
es un termino puramente comunista, analfabeto integral y
sinverguenza. los fascistas no hacen eso. son victimas de ello.
borrego.
los
fascistas siempre han sido las victimas de la propaganda de
agitacion y mentiras fabricadas por los comunistas como el
holocuento . hijo de puta y sinverguenza.>>
<<eres
un descerebrado y un comunista. ya salio el imbecil de turno con el
insulto facil de los "nazis". os quitan ese insulto y no
sabeis decir nada mas. eres un comunista basura. asi sois la mayoria
de supuestos "conservadores" unos sionistas. comunismo y
fascismo existen. pero eso de "nazis" no es mas que un
insulto de comunistas. en este diario de sionistas os quitan este
insulto y sois incapaces de decir algo mas. sois una basura unos
cobardes y unos sionistas de mierda. la gran mayoria de escritores
de este diario cobarde.>>
Sin comentarios. Considero que la ideología comunista es una doctrina completamente errada, mas ello no ha sido óbice para la existencia de personas comunistas que han sido aproximadamente lo que suele entenderse por personas honestas, idealistas, apasionadas por la justicia social; engañadas, ciertamente, por una ideología criminal y fraudulenta como se ha manifestado sobradamente que es el marxismo, solo que esas personas particularmente encarnaron en sus vidas valores humanos. Algunos de tales comunistas fueron hasta poetas de la talla del peruano César Vallejo y el español alicantino Miguel Hernández, por solo citar dos nombres sobradamente conocidos y celebrados de una prolija lista posible en la que asimismo habría que incluir a artistas plásticos, filósofos, cineastas: de entre estos últimos, en Italia los nombres de Luchino Visconti, Michelangelo Antonioni, Pasolini, Ettore Scola, Bertolucci, Nanni Moretti; en España, Juan Antonio Bardem; en la época dorada de Hollywood, el fenómeno del macartismo o caza de brujas decretada contra todos los cineastas sospechosos de comunismo, quienes no debían ser precisamente pocos...
Hasta el extremo de que sin la menor duda de ninguna clase, la nómina de autores clásicos del mundo del cine que se dejaron influir por la doctrina marxista alcanzó incomparablemente cotas de mayor calidad artística que las alcanzadas por los cineastas que se dejaron influir por el nacionalsocialismo. Nadie en su sano juicio dudaría de este dato. Vamos, ni punto de comparación; es algo que ofende a la inteligencia humana el solo plantear tal duda. Pero bueno, ante la contundencia de los exabruptos del forista de marras me parece que no habría que llamar al filósofo y especialista en la memoria de las víctimas del Holocausto Reyes Mate, para ampliar los comentarios.
En fin. Asimismo, si no comulgamos con los exabruptos del forista de marras anterior no es menos cierto que también nos sentimos espiritual, ideológica y hasta políticamente distantes de planteamientos como los que siguen y que enseguida veremos. Son los propios de la mentalidad del animalismo, tan de moda en nuestro tiempo histórico que nos toca vivir.
Ahí
van (sin corrección alguna tampoco; van como aparecen en el muro
de Facebook de una activista animalista, salvo en
los pasajes en cursiva: cursiva nuestra):
<< Vamos a tener que darnos una segunda oportunidad sí, humanos, sí, una oportunidad.
No
podemos volver a la normalidad porque la normalidad era el
problema.
Es
nuestro deber y es nuestra responsabilidad:
-
Volver con un mayor compromiso social, donde la individualidad y el
egocentrismo no tengan cabida, entender que pertenecemos a un
todo, a un colectivo.
-
Llegó el momento de la revolución de los cuidados: Reconocer,
empoderar la función del cuidado del otro, de los animales, de la
naturaleza, de otros humanos y de nosotros/as mismas.
-
Respetar, construir en defensa de los animales, sí, esos
compañeros/as con los que compartimos el planeta, nos han demostrado
que pueden vivir sin nosotros. Durante este confinamiento han
podido disfrutar un poco más de esa libertad y de la tierra que les
hemos arrebatado, no hagamos que todo sea una simple ilusión.
-
Cambiar nuestro modelo económico: ya hemos aprendido lo que es
importante, lo que es vital ( apostar por economías sociales,
apostar por la sanidad, por la educación..), debemos caminar hacia
un modelo sostenible, un consumo más local, apostar por energías
renovables, reducir nuestra huella destructiva y dañina.
-
Y ya es hora de dar el paso hacia el veganismo ( no podemos seguir
viviendo del cuerpo de los otros, la ganadería es la segunda causa
del cambio climático en el mundo, conlleva pobreza humana, y también
la explotación y muerte de animales), es insostenible, insolidario y
antiético.
Volveremos
a salir a la calle, nuestra especie seguirá, pero si nada cambia,
solo significará que no hemos aprendido nada.>>
Desde
luego, la excentricidad del movimiento animalista no conoce límites.
Ergo, es todo inútil con ellos, o muy bien lo pareciera. La
caza es ecológica, ayuda a mantener el equilibrio en muchos
ecosistemas, suma antropología, entraña contenido filosófico, se
ha vinculado milenariamente al arte, está fecundamente unida a la
economía humana, facilita la protección del medio ambiente
(ruralidad, tradición...), invita al ejercicio de la libertad del
hombre desde la soberanía sobre los animales... La caza y la pesca
llevan con el hombre desde la noche de los tiempos... Gracias a la
caza (a la ingesta de productos de origen animal) el hombre en su
evolución, en su hominización, llegó a ser lo que hoy
somos: Homo Sapiens.
Pero
es que todo el orden creado por Dios lo pretenden conculcar los
animalistas. Por esto hablan de derechos de los animales, en pie de
igualdad con los derechos humanos, ¡por favor, Dios santo! Por esto
niegan que el hombre tenga derecho a usar de los animales para
proporcionarse alimento, protección, guardia, vestidos...
Y
es inútil el debate, me temo. Porque es un movimiento totalitario en
la agenda de la ingeniería social del Nuevo Orden Mundial. Es un
movimiento propio de esta sociedad enferma y falsamente compasiva:
llorar por la muerte de las focas en los mares del Norte y no decir
ni pío en contra y sí aplaudir y celebrar los miles y miles de
abortos que se producen anualmente en España, lo que pone de
manifiesto es la profunda injusticia, efecto deshumanizador y
sinrazón del animalismo. Estos alucinados, manipulando el lenguaje,
claro, hablan de ejecuciones de animales cuando ejecutar,
en su acepción principal de matar, debe reservarse a
personas, según toda la tradición cultural y jurídica y hasta
lingüística de Occidente.
Se
empeñan, contra la voz autorizada de aficionados y expertos, en
denunciar que los toreros "son unos asesinos, torturadores
sádicos y maltratadores que disfrutan haciendo sufrir al toro en la
plaza, y que por ende los aficionados a la tauromaquia van a la plaza
movidos por el sadismo de ver cómo el toro sufre". Desde luego,
hay que decirlo: si algún aficionado a la tauromaquia hay (quien
estas líneas escribe no se cuenta entre ellos) que vaya a las plazas
con la intención de ver sufrir al toro, mejor que se quede en su
casa y que no tenga ni la tentación de encender la tele para ver
retransmitida una corrida de toros. Porque ningún torero que se
precie habría de disfrutar sádicamente de ver cómo el toro sufre,
ni debe haber aficionado a los toros que se precie que disfrute
sádicamente presenciando cómo sufre el toro en la lidia. No
cabe duda de que todo el dinero que puede ganar un torero influye lo
suyo en su decisión de ponerse delante de un toro, pero como que hay
Dios: hace falta tanto valor para ponerse delante de una bestia como
es el toro de lidia que, el 99,5% de los hombres (y también de las
mujeres) no se pondría así como así delante de un bicho astado
como es el toro ni por todo el oro del mundo. Ergo, el torero
se pone delante del toro porque debe llevar en la sangre la
tauromaquia. Y aunque ama el suculento dinero que le pueden dar por
torear -como también lo adoran muchos futbolistas de élite, y
automovilistas, tenistas, jugadores de golf...-, ama tanto al
toro de lidia que se disputa o juega la vida con él cada vez que
sale a la plaza vestido de luces. De manera que, animalistas, el
torero podrá ser un hombre no muy culto, pongamos, podrá ser hasta
machista (es lo que ustedes profieren de ellos para perseverar en su
afán abolicionista), ¡pero de ahí a que sea acusado de
maltratador, sádico y asesino!, son ganas de joder. Así que por
favor, dejen de joder, solo se les pide esto, dejen de joder a tantos
colectivos a los que ustedes estigmatizan: toreros, cazadores,
carniceros, pescadores, pescaderos, apicultores, domadores de
animales, pastores, ganaderos, amaestradores de perros, dueños de
zoos, acuarios y tiendas de animales, galleros y aficionados a las
riñas de gallos...
El animalismo es fruto de un mundo que ha vuelto la espalda a Dios. Las animalistas, quienes son capaces de llorar a moco tendido ante un camión cargado de corderos rumbo al matadero, pongamos, luego son en el 99% de los casos abortistas radicales, feministas supremacistas, perroflautas, ultralaicistas, negadores de la centralidad para la sociedad del modelo de familia formada por hombre y mujer.
A
mí ya es que me indigna tanto el solo escuchar hablar a cualquiera
que se reivindique animalista que, desde que los veo venir,
simplemente "cambio de canal", me rajo de donde estoy, hago
oídos sordos, paso de escucharlos totalmente. Ya no puedo con tanta
estupidez integral.
Vamos
con un tercer y último escrito que también me rechina. Como
en los anteriores reproducidos, en este respetaremos el texto
original tal cual, sin corrección alguna. Es este:
<< Vamos a ver Zavala, que no te enteras, Wojtila en realidad fue un agente comunista aunque, tan espabilado como tú y tantos como tú, puede que ni siquiera se enterara.
Y
Wojtila fue un papa demoledor para la Iglesia, un gran destructor. Ni
siquiera tenía la fe católica, como todo liberal-modernista, por
mas que conservador en ciertos temas de moral, pero rabiosamente
gnóstico en lo estrictamente religioso. ¿Por qué no haces una
investigación SERIA y después una película del descomunal destrozo
que este antipapa (en el sentido de mal papa) hizo a la Iglesia?
Y
Navascués, mas delito tienes tú, que sabes de qué va la cosa, y
encima le das bombo y platillo a la fábula juanpablista.
Que
Dios os conceda la gracia del arrepentimiento.>>
¿Cómo se puede escribir esto de un papa como Juan Pablo II? ¿Qué clase de fanático rigorista hay que ser para escribir lo anterior? ¿Cómo se puede afirmar que no fue ni siquiera católico un papa que hizo del seguimiento de Cristo y de su Iglesia todo el eje existencial de su vida? Que pecó, que cometió errores (algunos de bulto, muy desafortunados), ¡sin duda! Durante toda su vida además. Mas ¿quién no los comete? ¿Acaso los integristas, que así fueran el súmmun de las perfecciones en ciencia y virtud?
Desde
luego, me parece indignante un texto como el anterior reproducido, no
tanto porque yo mismo desconozca que en efecto el hombre llamado en
el siglo Karol Wojtyla no pudo ser sino pecador, falible, limitado y,
por ende, cometedor de
toda clase de desaciertos y hasta imprudencias incluso en su estado
como Juan Pablo II. No, nada de esto. Lo indignante es la condena
sumarísima, el rigor inmisericorde e implacable, esa especie de celo
incontenible en pro de la caza del hereje. Me revientan acusaciones
como esta, ¡el acusar al polaco Juan Pablo II nada
menos que de "agente
comunista"!
El
celo del rigorista, sí, desde el cual solo serían herejes
despreciables, sin nada bueno que pudieran aportar a la humanidad,
hombres de la talla del literato, filósofo y anarquista León
Tolstoi, el también anarquista catalán Salvador Seguí, el pastor
bautista negro Martin Luther King… Celo del rigorista, sí, desde
el cual solo serían despreciables la reina del góspel Mahalia
Jackson, la escritora y cineasta francesa Marguerite Duras, el legado
de la MPB (música popular brasileña), los cineastas de la nouvelle
vague francesa, la canción de autor y el arte todo (pintura,
poesía, cortos cinematográficos…) del recientemente fallecido
Luis Eduardo Aute, las canciones del comunista Silvio Rodríguez y el
izquierdista Joan Manuel Serrat (unánime y oficialmente considerados
los dos más grandes cantautores en lengua española del
último medio siglo), la canción de autor del exreligioso,
exseminarista y finalmente comunista y cantautor chileno Víctor
Jara, la obra musical de Pablo Milanés y de Amancio Prada, ¡dos de
las voces masculinas más hermosas que siguen siendo de la música
popular en español y, desde luego, de las pocas que pueden acercarse
en calidad sonora a la incomparable voz del brasileño e izquierdista
Milton Nascimento…! ¡Por favor, por Dios!
O
lo que es lo mismo: solo un rigorista integrista en la estela del
sedevacantismo o el lefebvrismo más radicalizado podría suscribir
una afirmación como la que aquí nos ocupa. Así de claro y el
chocolate espeso.
11 de mayo, 2020. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de Humanidades, educador, bloguero, militante social, escritor.
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