"Para darse una vuelta por la obra de Leonardo Castellani"
Hay fieles en la Iglesia cuyo número exacto solo Dios conoce (obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, seglares…) que no tienen apenas fe en Cristo, y en su Iglesia puede que hasta menos; principalmente tienen fe en mantener su “negocio” en la Iglesia: su puesto de trabajo, su parcela de poder, prestigio y hasta placer; esto es, les interesa la Iglesia no como misterium salutis, no como Cuerpo Místico de Cristo, ni siquiera como Pueblo de Dios, definición esta típica del espíritu eclesial del Concilio Vaticano II; les interesa la Iglesia en la medida en que les funciona como una gran oficina o plataforma de colocación profesional.
Y así las cosas, la enseñanza, la sanidad, los servicios sociales y en general todas las organizaciones que la Iglesia mantiene como plataformas de servicio a la sociedad, están frecuentadas y hasta controladas por burócratas, tibios, laicistas, o directamente apóstatas.
Es la Gran Apostasía, son los frutos podridos de la misma. Muchos seglares en la actualidad, por ejemplo, no dicen ni pío sobre la podredumbre moral que asola la Iglesia, son acríticos, acomodaticios, tibios y mundanos. Porque les importa un comino Cristo, les importa un bledo la Iglesia; lo que les interesa, casi exclusivamente, es no comprometer su puesto de trabajo, su estatus, su parcela de poder, prestigio y placer.
Es una vergüenza todo esto que está pasando en la Esposa de Cristo. Una ignominia, un insulto a la cruz de Cristo redentora. Los pastores de la Iglesia deben conocer que todo esto es así, de hecho lo conocen, cómo no iban a conocerlo, mas por lo que manifiestan, también les importa un pepino el que así sea. Hasta el extremo de que uno tiene la impresión de que muchos pastores de la Iglesia hoy por hoy son radicalmente insensibles al dolor del otro, del prójimo; esto es, al estar tan mundanizados, al vivir de hecho como apóstatas, dramáticamente alejados del misterio de Cristo, ni se les ve ni se les espera: o van a su bola de meros burócratas del culto, o directamente te tratan de perjudicar, si tienes la ventura o desventura de cruzarte en su camino. Así de crudo pero de real me parece que es el estado actual de la Iglesia.
La Gran Apostasía, repito. Cualquiera con un mínimo de sensibilidad y preocupación y ojos en la cara y entendimiento ve esto mismo que está pasando, sin necesidad de conocer la, dicen, muy interesante obra de alguien como el sacerdote argentino, teólogo y escritor Leonardo Castellani (1899-1981), quien con una profética lucidez se ocupó de la realidad de la apostasía actual en la Iglesia. Empero, hoy día Castellani es poco conocido, poco estimado, dado casi al olvido, como otros grandes de la cultura universal, pese al esfuerzo de algunos entusiastas de su obra, como en España ese guerrero solitario de las letras que hoy pasa por ser Juan Manuel de Prada; con todo, igual es buen momento para darse una vuelta por la obra de Leonardo Castellani.
8 de diciembre, 2017. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de Humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social.
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