Estos días anda por España Diego Armando Maradona; como se sabe, compatriota del papa Francisco.
El llamado Pelusa ha tenido la suerte de ser recibido al menos en dos ocasiones por el argentino Jorge Mario Bergoglio (¿o fueron tres?), el "padre Jorge", como le gusta ser llamado, actual ocupante -cada vez más católicos afirman sin titubeos, usurpante- de la Silla de Pedro.
Católicos militantes como Asia Bibi y su familia, papa Francisco, no han tenido la suerte de ser recibidos por ti, Vicario de Cristo que eres. Y va y resulta que a un impresentable chulesco como el "pelusa Maradona" sí lo has recibido. Has recibido a un "católico" de vida tan poco ejemplar como Maradona, quien no dudó en consentir que se fundara una alucinada secta en su nombre (la "iglesia de Maradona" se llama), ni ha dudado en cacarear su amistad con el sátrapa Fidel Castro...
Maradona está estos días en España, para asuntos relacionados con el fútbol, cómo no, y bien que se ha hecho notar el famoso pelotero argentino, pues ya ha protagonizado un encontronazo con algunos periodistas deportivos y hace una o dos noches también protagonizó al parecer una discusión tan fuerte con su actual pareja sentimental que varios vecinos afectados consideraron la opción de denunciar el altercado a las fuerzas de orden público.
Es Maradona, bien recibido por partida doble (o acaso triple) por el papa Francisco, quien sin embargo desprecia a los católicos: les espeta docenas y docenas de insultos; interviene a congregaciones llenas de vocaciones; defenestra a ilustres eclesiásticos; no contesta a cartas que le escriben cientos, miles de católicos -yo mismo entre estos- y empero llama personalmente por teléfono y paga el viaje al Vaticano a una pareja española compuesta por el transexual Diego Neira y la lesbiana Macarena, y se retrata con ellos y esas fotos ya se han hecho virales...
A mi juicio, tan despreciable como cualquier otro, toda esta realidad es ignominiosa, demoledoramente desoladora. ¿La abominación de la desolación?
Como se dice en Canarias popular o coloquialmente, guárdame una cría, papa Francisco, con tu pontificado cada día que pasa más criticado, contestado, resistido; por solo citar tres nombres ilustres de esa creciente oposición a tu pontificado, padre Jorge: Roberto de Mattei, Sandro Magister, Antonio Socci, en una lista posible en la que cupieran ya cientos de intelectuales reputados, acaso miles, juntamente con millones de católicos anónimos.
Yo también te escribí hace dos años una carta, te regalé firmado un ejemplar de mi última obra publicada (carta en la que te daba detalle de la decadencia de la diócesis de Canarias y del injusto trato por mí recibido por parte de sus principales autoridades, quienes han pasado de mí, de mi dolor, de mis circunstancias existenciales, de mi realidad, de mi condición incluso de militante católico, y me han por tanto despreciado de todas las maneras posibles), te abrí mi corazón en aquellos 5 folios serenamente escritos... Pero tú prefieres, papa Francisco, recibir a Diego Armando Maradona, hacer confidencias al ateo, republicano y anticlerical Roberto Scalfaro -a quien al parecer le llegaste a recomendar que no se convirtiera a Cristo ni a su Iglesia, que mejor obraba permaneciendo fiel a su conciencia de agnóstico o ateo y laicista anticlerical-, visitar a sátrapas y dictadorzuelos como Fidel Castro, Nicolás Maduro y Evo Morales, recibir a una pareja lesbiana española (y agasajarlas, a ella y a ella), casi canonizar al gran heresiarca Martín Lutero (enemigo mortal de la Iglesia y del Papa, manipulador de las Sagradas Escrituras, asesino de la Tradición y el Magisterio...), recomendar a un obispo anglicano fallecido hace cosa de un año que no se convirtiera a la fe católica, apostólica y romana...
Dios te pedirá cuentas de todo esto, papa Francisco. Y para ese crucial momento igual de poco o hasta de nada te servirá la herejía del genial Orígenes (esto es, la apocatástasis: todas las almas sin excepción se salvan) en la que al parecer crees según declaraciones tuyas.
16 de febrero, 2017. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de Humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social.
El llamado Pelusa ha tenido la suerte de ser recibido al menos en dos ocasiones por el argentino Jorge Mario Bergoglio (¿o fueron tres?), el "padre Jorge", como le gusta ser llamado, actual ocupante -cada vez más católicos afirman sin titubeos, usurpante- de la Silla de Pedro.
Católicos militantes como Asia Bibi y su familia, papa Francisco, no han tenido la suerte de ser recibidos por ti, Vicario de Cristo que eres. Y va y resulta que a un impresentable chulesco como el "pelusa Maradona" sí lo has recibido. Has recibido a un "católico" de vida tan poco ejemplar como Maradona, quien no dudó en consentir que se fundara una alucinada secta en su nombre (la "iglesia de Maradona" se llama), ni ha dudado en cacarear su amistad con el sátrapa Fidel Castro...
Maradona está estos días en España, para asuntos relacionados con el fútbol, cómo no, y bien que se ha hecho notar el famoso pelotero argentino, pues ya ha protagonizado un encontronazo con algunos periodistas deportivos y hace una o dos noches también protagonizó al parecer una discusión tan fuerte con su actual pareja sentimental que varios vecinos afectados consideraron la opción de denunciar el altercado a las fuerzas de orden público.
Es Maradona, bien recibido por partida doble (o acaso triple) por el papa Francisco, quien sin embargo desprecia a los católicos: les espeta docenas y docenas de insultos; interviene a congregaciones llenas de vocaciones; defenestra a ilustres eclesiásticos; no contesta a cartas que le escriben cientos, miles de católicos -yo mismo entre estos- y empero llama personalmente por teléfono y paga el viaje al Vaticano a una pareja española compuesta por el transexual Diego Neira y la lesbiana Macarena, y se retrata con ellos y esas fotos ya se han hecho virales...
A mi juicio, tan despreciable como cualquier otro, toda esta realidad es ignominiosa, demoledoramente desoladora. ¿La abominación de la desolación?
Como se dice en Canarias popular o coloquialmente, guárdame una cría, papa Francisco, con tu pontificado cada día que pasa más criticado, contestado, resistido; por solo citar tres nombres ilustres de esa creciente oposición a tu pontificado, padre Jorge: Roberto de Mattei, Sandro Magister, Antonio Socci, en una lista posible en la que cupieran ya cientos de intelectuales reputados, acaso miles, juntamente con millones de católicos anónimos.
Yo también te escribí hace dos años una carta, te regalé firmado un ejemplar de mi última obra publicada (carta en la que te daba detalle de la decadencia de la diócesis de Canarias y del injusto trato por mí recibido por parte de sus principales autoridades, quienes han pasado de mí, de mi dolor, de mis circunstancias existenciales, de mi realidad, de mi condición incluso de militante católico, y me han por tanto despreciado de todas las maneras posibles), te abrí mi corazón en aquellos 5 folios serenamente escritos... Pero tú prefieres, papa Francisco, recibir a Diego Armando Maradona, hacer confidencias al ateo, republicano y anticlerical Roberto Scalfaro -a quien al parecer le llegaste a recomendar que no se convirtiera a Cristo ni a su Iglesia, que mejor obraba permaneciendo fiel a su conciencia de agnóstico o ateo y laicista anticlerical-, visitar a sátrapas y dictadorzuelos como Fidel Castro, Nicolás Maduro y Evo Morales, recibir a una pareja lesbiana española (y agasajarlas, a ella y a ella), casi canonizar al gran heresiarca Martín Lutero (enemigo mortal de la Iglesia y del Papa, manipulador de las Sagradas Escrituras, asesino de la Tradición y el Magisterio...), recomendar a un obispo anglicano fallecido hace cosa de un año que no se convirtiera a la fe católica, apostólica y romana...
Dios te pedirá cuentas de todo esto, papa Francisco. Y para ese crucial momento igual de poco o hasta de nada te servirá la herejía del genial Orígenes (esto es, la apocatástasis: todas las almas sin excepción se salvan) en la que al parecer crees según declaraciones tuyas.
16 de febrero, 2017. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de Humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social.
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