domingo, 13 de junio de 2021

 "Rehacer su vida (ni que decir que al margen de las leyes de Dios)"


Obispos contra obispos, sacerdotes contra sus pastores, cardenales contra cardenales... Cuando seáis testigos de esto en la Iglesia, comprended que es señal de que todo en la Iglesia es como si pareciera que se viene abajo.

Revelación de la Virgen en Garabandal.


Por mediación de sor Lucía, meditamos a la luz de los llamados tres secretos de Fátima: "Conocemos por María Santísima que el Inmaculado Corazón de Jesús triunfará, en la lucha final entre Cristo y Satanás. La Virgen acabará aplastando la cabeza de la serpiente (la serpiente que es Satanás). Y esta lucha se dirimirá en la familia, hoy día sistemáticamente atacada por la ideología de género: activismo LGTBIQ, antinatalismo, aborto, feminismo supremacista, la lacra del divorcio...

El movimiento feminista actual, que es de suponer no carece de aspectos potencialmente fecundos y positivos, sin embargo es totalmente partidario y vocero de lo afirmado en el párrafo que da inicio a esta breve reflexión. Ergo, el movimiento feminista no tiene como horizonte axiológico y ontológico la Ciudad de Dios agustiniana y sí la Ciudad Secular ilustrada, marxista, inmanentista y postmoderna. De manera que puede alcanzar alguna utilidad la reflexión que sigue a propósito del bárbaro y horrendo crimen de las dos niñitas (Olivia y Anna) a manos de su padre Tomás Gimeno, ocurrido en Tenerife, desde la desaparición del progenitor y de las niñas el 27 del pasado mes de abril hasta el 10 de junio del presente 2021, en que se descubre en el fondo del océano en las costas de la isla picuda el cadáver de la pequeña de 6 años (Olivia). Veamos:

Las mismas feministas que se rasgan las vestiduras por causa del espantoso crimen de las dos niñitas asesinadas por su propio padre en Tenerife son acérrimas partidarias del aborto, del globalismo y su impepinable invasión migratoria. Asimismo son decididas adalides del laicismo, aun en sus formas o derivas más extremas, irreligiosas y desacralizadoras. Aplauden entusiastas y hasta enrabietadas los distintos ataques a los sentimientos católicos nacionales, en nombre de una enérgica propuesta de separación Iglesia/Estado, asimismo aplaudida por alguna que otra escuálida hueste de católicos progres, también llamados seudocatólicos, católicos vergonzantes o dizque católicos, quienes no siguen el Magisterio bimilenario de la Iglesia sino uno apócrifo y sobre todo heterodoxo que se inventan ellos. Aplauden estas feministas, que han amanecido doloridas por la cruelísima muerte de estas niñas totalmente inocentes, la Ley de Memoria Histórica, que entroniza la mentira, la manipulación de la historia y, en todo caso, el sectarismo anticatólico. Se pasan la vida satanizando el machismo del hombre blanco, de tradición cristiana aunque no vaya a misa ni a servicio religioso alguno, hombre hoy día notoriamente desamparado por unas leyes contaminadas de celo feminista supremacista. Y a la vez no les tiembla el pulso a la hora de defender el secular machismo de los inmigrantes, mayoritariamente africanos ("son sus costumbres, hay que respetarlos", pretextan), a través del tan socorrido como gastado e insensato (y anticatólico, todo sea dicho) Welcome, Refugiies. Ni que recordar que apoyan sin mayor problema de conciencia leyes justificadoras y aplicadoras de la eutanasia, y asimismo la mentalidad antinatalista que degrada la sacralidad de la vida humana. No hace falta tampoco recordar que atacan sin piedad el modelo tradicional de familia (unión amorosa entre un hombre y una mujer, fiel, estable, fecunda), solo que de paso lo recordamos. Tampoco hace falta recordar que están entre los principales promotores de la gestación de un mundo al margen de los mandamientos del Dios Uno y Trino, al margen del sentir de su Iglesia y en contra de las necesidades y urgencias de la patria, completamente rendido a la invasión migratoria y al multiculturalismo. El hedonismo, el vacío de valores, el relativismo moral, el implacable ataque a la tradicional vocación de la mujer a la maternidad (inscrita en su ser) y el más craso materialismo, hijo del marxismo cultural, encuentran eco permanente en las huestes del feminismo. 

Pues bien: con todos estos bueyes las feministas ponen el grito en el cielo rasgándose las vestiduras por el crimen atroz de las niñitas de Tenerife (una de ellas, la más pequeña, un bebé de un año). Y hasta pretenden que uno las crea. 


Postdata. Los medios de comunicación escritos y sobre todo de Internet que he consultado presentan a Tomás Gimeno como un "vividor, mujeriego, vicioso, irredento adicto al ocio nocturno, a las drogas, al ligoteo, egoísta, permanentemente infiel a la madre de sus hijas Beatriz Zimmermann. Hombre guapo, joven, deportista, caprichoso, enterrado en dinero, vivía para dar culto a su ego, a un narcisismo que a todas luces parece morboso, maligno". De la madre de las niñitas -que han volado directas al cielo, para toda la eternidad-, apenas nada he logrado leer, salvo que debía estar muy herida y cansada de las infidelidades del padre de sus hijas, quien llegó a perpetrar contra ella violencia psicológica e incluso física al menos en una ocasión. Los medios la presentan como una mujer joven totalmente inocente y víctima de los excesos machistas de su ex. Mas ¿será todo esto exactamente la verdad y solo la verdad? ¿Nada es achacable en toda esta terrible historia a Beatriz Zimmermann?

No es asunto mío, y hasta puede que los seres queridos de ambos progenitores se puedan sentir molestos por mis comentarios, así que stop. No obstante, una última observación. Supongamos que Beatriz y Tomás se casaran por la Iglesia. Su matrimonio acabó naufragando, según todas las evidencias, pero ambos están vivos. Entonces, si se casaron por la Iglesia no les es lícito iniciar a ninguno de los dos una nueva relación afectiva que incluya la donación sexual. Esta sigue siendo la doctrina de la Iglesia. Con todo, sé que lo que estoy planteando hará reír a más de uno, porque tan sabido como que en efecto esta es la doctrina de la Iglesia es que muy pocos bautizados católicos parecen dispuestos a vivirla. 

Y este es el desmadre actual, y es por esto por lo que impera el desmadre padre en los tiempos que corren. O lo que es lo mismo: el mundanismo, el vicio, el egoísmo, la lujuria, la infidelidad, el materialismo, la promiscuidad sexual y el generalizado vivir como si Dios no existiera se han instalado en la conciencia, en el modus vivendi de una mayoría de contemporáneos. O lo que también viene a ser lo mismo: si Beatriz decidió romper su convivencia con Tomás y acabar separándose de él, porque ya era un infierno la convivencia, lo cierto es que -siempre considerando la premisa de que se casaran en su momento por la Iglesia- no tiene derecho a iniciar ninguna nueva convivencia de pareja con hombre alguno. 

Así de claro, crudo, desnudo y exigente. Esta es la cruz que redime y salva y que muy pocos quieren hoy vivir. Rehacer su vida, frase preferida por el mundanismo. Rahacer su vida, sí, que viene a ser un eufemismo que significa: toma decisiones en tu vida al margen de las leyes de Dios. 


14 de junio, 2021. Luis Alberto Henríquez Lorenzo: profesor de Humanidades, educador, bloguero, militante social, escritor.

   

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