No he leído el último libro del papa emérito, que ni siquiera se ha publicado en español, pero afirmar que la actual presidente de Chile es "atea y marxista, y no estamos de acuerdo en muchas cosas, pero en ella he visto una voluntad ética muy cercana a la cristiana", no es signo ni de chochear ni de despreciar a las personas marxistas y ateas por el mero hecho de serlo.
La médico y política chilena Michelle Bachelet podrá tener mil y un fallos y será pecadora como la que más, según apuntan severamente algunos compatriotas suyos que asoman por este hilo de Infovaticana (que si promiscua, laicista, lo que sea), pero al igual que el papa Alejandro VI fue completamente inmoral, completamente "golfo" (libinidoso, libertino, mundano, conspirador, nepotista...) y sin embargo jamás cayó en herejía cuando escribió o predicó como vicario de Cristo, la señora Michele Bachelet, cualesquiera que vengan a ser sus fallos, sus debilidades, sus pecados, ¿por qué no puede tener unas convicciones éticas en parte próximas a la cosmovisión católica? Es lo que el sabio de Benedicto XVI apunta.
Michele Bachelet (Wikipedia la presenta como agnóstica, más que como atea) estuvo próxima, o incluso colaboró con ella, a la Vicaría de la Solidaridad impulsada por el llorado cardenal Raúl Silva Henríquez, actualmente abierto su proceso de beatificación. ¿Por qué la "atea o agnóstica" Michele Bachelet, vale que coleccionadora de amantes, como apuntan algunos foristas -particular que yo, ni que decirlo, ignoro completamente, y ¡ay como sea una mera difamación!-, no puede atesorar valores, talentos, capacidades, actitudes positivas, loables, nobles, humanas...? No hace falta ser un adivino para conjeturar que Michelle Bachelet de joven debió ser la clásica activista progre de ideas liberales en materia de relaciones de pareja, ya se entiende, pero este asunto es muy delicado, pertenece a la intimidad y la intrahistoria de Michel Bachelet, de manera que es fácilmente temerario e injusto emitir juicios sumarísimos y de irremisible condena al respecto.
El cantautor chileno Víctor Jara, no sé si acabó ateo, pues marxista desde luego sí que fue, durante buena parte de su corta vida (murió asesinado sin haber cumplido los 42 años). Pero su marxistización fue un proceso, pues hasta los 20 años más o menos su cosmovisión fue católica: Víctor Jara fue novicio por 2 años en una congregación religiosa misionera. Es indudable que se alejó de la Iglesia, sacramentalmente hablando, es innegable que su ideario se tiñó de marxismo, pero ¿hasta el extremo de sepultar todo su pasado de valores cristianos?, ¿hasta el extremo de llevarlo al ateísmo y al abandono o pérdida de todo valor humano loable, positivo, humano, noble y verdadero?
El poeta alicantino Miguel Hernández fue ferviente católico en su Orihuela natal, en medio de un ambiente rural, o como mucho provinciano. Ya instalado en Madrid y en contacto con republicanos, izquierdistas, ateos, anticlericales, comunistas, artistas bohemios que incluían mujeres liberadas del mundo del arte y de las letras, el joven Miguel Hernández se aleja de la Iglesia, apostata de la fe católica de su primera hora existencial, se hace combatiente comunista, en las letras y en la acción activista o militante. Pero resulta que ya en su lecho de muerte, enfermo y preso, se reconcilia con la Iglesia, recibe los últimos sacramentos. Entonces, ¿vamos a negar todo valor, toda verdad posible, toda nobleza a la vida y obra de alguien como Miguel Hernández?
El prócer cubano José Martí (poeta, prosista, narrador, pensador, político...) fue masón, de ideales religiosos panteístas o similares. Mas ¿es justo condenar sumarísimamente toda la vida y obra de José Martí, no debiendo reconocer en ella nada bueno, justo, noble, loable, positivo, humano, solidario, generoso...?
El franco-alemán Albert Schweitzer (1875-1965), Premio Nobel de la Paz en 1952, fue médico misionero, musicólogo, músico (el mejor intérprete de Bach, al menos de los tiempos modernos), teólogo, filósofo, pastor protestante... ¿Es justo afirmar que nada del legado de Albert Schweitzer es positivo, loable, noble, saludable, humano, cristiano, verdadero...?
¿Qué clase de integrismo y de espíritu de la intransigencia deberían llevarnos a negar la existencia de cualesquiera aspectos positivos en la vida y obra de personalidades como Michele Bachelet, Víctor Jara, José Martí, Miguel Hernández, Albert Schweitzer...?
28 de septiembre, 2016. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de Humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social.
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